El accidente cerebrovascular (ACV) continúa siendo la segunda causa de muerte a nivel mundial, según un análisis publicado en The Lancet Neurology. El estudio proporciona estimaciones actualizadas sobre la carga global del ACV, con especial énfasis en el subtipo isquémico, que representa aproximadamente el 85 % de todos los casos.
Los resultados muestran que, a pesar de los avances en prevención y tratamiento, el número absoluto de casos y muertes por ACV ha aumentado, impulsado principalmente por el envejecimiento poblacional y el crecimiento demográfico.
El estudio destaca que los factores de riesgo modificables continúan siendo los principales impulsores de la carga del ACV. Entre ellos se incluyen:
- Hipertensión arterial
- Tabaquismo
- Dieta poco saludable
- Sedentarismo
- Consumo excesivo de alcohol
- Contaminación ambiental
En conjunto, estos factores explican más del 90 % de los AVAD atribuibles al ACV. La hipertensión arterial, en particular, se mantiene como el principal factor de riesgo, con una prevalencia creciente en países de ingresos bajos y medios.
Tendencias de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) por accidente cerebrovascular debido a factores de riesgo, para ambos sexos, 1990–2021. Los datos en paréntesis son intervalos de incertidumbre del 95 %.
El análisis también revela importantes disparidades geográficas. Las regiones con menor acceso a servicios de salud, diagnóstico precoz y tratamiento adecuado presentan tasas significativamente más altas de mortalidad y discapacidad por ACV. África subsahariana y el sudeste asiático figuran entre las zonas más afectadas.
En contraste, países con sistemas de salud mejor diseñados y programas de prevención bien establecidos han logrado reducir la mortalidad ajustada por edad, aunque no necesariamente la incidencia.
Tasas estandarizadas por edad globales (por 100 000 personas) de AVAD (C) y muertes (D) para ambos sexos por ACV, 2021.
Los autores subrayan la necesidad urgente de implementar estrategias de prevención primaria y secundaria, especialmente en regiones de alto riesgo. Estas incluyen:
- Campañas de concientización sobre los síntomas del ACV
- Control riguroso de la presión arterial
- Promoción de estilos de vida saludables
- Acceso equitativo a terapias trombolíticas y unidades de ACV
El ACV isquémico sigue siendo una amenaza significativa para la salud global. La evidencia actual refuerza el llamado a intensificar los esfuerzos de prevención, especialmente en torno a los factores de riesgo modificables. La implementación de políticas públicas basadas en evidencia y adaptadas a las realidades locales será clave para reducir la carga en las próximas décadas.