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Zika, dengue y los proyectos para mejores vacunas contra ellos

Distinguir lo relevante en la avalancha de noticias científicas es difícil. En IntraMed, destacamos algunos avances de las últimas semanas que podrían tener impacto futuro en la práctica clínica.

Noticias médicas

/ Publicado el 29 de agosto de 2025

Autor/a: Leonardo Biolatto

Fuente: IntraMed

Sabemos que el tiempo es valioso y que estar al día con los desarrollos más relevantes en salud puede ser un desafío. Por ello, esta selección es una guía curada de noticias que, en el futuro próximo, pueden convertirse en realidad para el ejercicio de los profesionales de la salud.

Un dato clave en los niños abre la puerta a una vacuna más efectiva contra el dengue

Fuente: Frequency of dengue virus–specific T cells is related to infection outcome in endemic settings

En medio del avance del dengue hacia territorios donde antes no se registraba, un equipo de investigadores del La Jolla Institute for Immunology (LJI) ha identificado una pista para fortalecer la inmunidad contra el virus. Según el estudio que publicaron, los niños con antecedentes de dos o más infecciones por dengue presentan una mejor respuesta inmunitaria, gracias a la activación de células T especializadas.

La doctora Daniela Weiskopf, líder de la investigación y profesora asistente en LJI, explicó que estos menores, al enfrentar nuevamente el virus, muestran síntomas muy leves o incluso nulos. "Observamos una respuesta significativa de células T en quienes habían sido infectados en múltiples ocasiones", afirmó.

El virus tiene cuatro variantes o serotipos, lo que complica el desarrollo de inmunidad completa. Los resultados de este estudio podrían ser la base para una vacuna que, en lugar de centrarse únicamente en anticuerpos, estimule una respuesta de células T capaz de frenar la enfermedad. Sobre todo, en un contexto epidemiológico cambiante, con mosquitos portadores del virus que han llegado a nuevas zonas, incluido el sur de California.

El equipo científico trabajó con 71 niños de Managua, Nicaragua, un país donde el dengue es endémico. Desde 2004, la doctora Eva Harris, de la Universidad de California en Berkeley, coordina junto a investigadores locales un seguimiento anual de anticuerpos para detectar infecciones previas, incluso aquellas sin síntomas clínicos.

Los análisis revelaron que la cantidad de células T específicas contra el dengue aumenta con cada infección, y este refuerzo parece ofrecer protección frente a cuadros clínicos graves. Por el contrario, quienes solo habían sido infectados una vez, mostraban más síntomas en contagios posteriores.

Este hallazgo podría explicar por qué vacunas actuales solo mostraron eficacia en niños de 9 a 16 años que vivían en zonas endémicas y que, presumiblemente, ya habían tenido contacto con el virus. En personas sin infecciones previas, la inmunidad inducida no era suficiente, posiblemente por falta de células T preparadas para actuar.

Descubren cómo el virus del zika sabotea nuestras defensas

Fuente: Zika but not Dengue virus infection limits NF-κB activity in human monocyte-derived dendritic cells and suppresses their ability to activate T cells

El virus del zika y el del dengue comparten parentesco: ambos son flavivirus transmitidos por mosquitos y especializados en atacar células dendríticas, esenciales para activar la respuesta inmunitaria. Sin embargo, un nuevo estudio demuestra que emplean tácticas opuestas.

Mientras el dengue provoca que las células dendríticas produzcan grandes cantidades de citoquinas proinflamatorias —desencadenando una respuesta inmune intensa—, el zika prefiere la infiltración silenciosa. Este virus penetra en las células dendríticas y bloquea su capacidad de alertar a los linfocitos T, esenciales para frenar la infección.

Los investigadores descubrieron que el zika logra este sabotaje suprimiendo la molécula NF-κB p65, esencial para que las células dendríticas maduren y activen la respuesta defensiva. Sin esta proteína, las células quedan inmaduras y el virus avanza sin ser detectado, incluso atravesando la placenta y poniendo en riesgo la salud de los fetos.

Por el contrario, el dengue hiperestimula el sistema inmune, lo que puede derivar en daños colaterales mientras el virus aprovecha para expandirse a otras células. Este contraste en los métodos de ataque explica por qué la respuesta inmunitaria frente al zika suele ser más débil que frente al dengue.

Ante el riesgo de una crisis sanitaria por estos virus, los investigadores trabajan en un proyecto ambicioso: una vacuna pan-flavivirus capaz de ofrecer protección contra varias enfermedades de este grupo, como zika, dengue, fiebre amarilla o virus del Nilo Occidental. En paralelo, se exploran antivirales que interfieran con la capacidad del zika para suprimir NF-κB p65 o que modulen la respuesta exagerada inducida por el dengue.

Millones de personas viven en zonas donde circulan simultáneamente varios flavivirus, lo que eleva el riesgo de infecciones cruzadas y complica el control epidemiológico. La meta final es desarrollar soluciones seguras y eficaces que puedan aplicarse de forma preventiva en estas regiones vulnerables.

Si se logra descifrar por completo cómo el zika desactiva las defensas celulares y cómo el dengue las sobrecarga, se abrirá la puerta a terapias personalizadas que no solo prevengan la infección, sino que también reduzcan hospitalizaciones y muertes asociadas a estos virus.