La donación y el trasplante de órganos crecen en forma sostenida en la Argentina. En el primer caso, la tasa de donantes por millón de habitantes aumentó en los últimos tres años hasta ubicarse en 12,35, un récord para el país. En tanto, el número de trasplantes se incrementó por quinto año consecutivo: durante 2007, 1143 pacientes recibieron un órgano.
Aunque la cantidad de donantes casi se duplicó desde 2002, cuando aquella tasa fue de sólo 6,42 habitantes en un millón, aún existe un abismo respecto de la cantidad de pacientes que esperan un órgano. Hay 5447 personas en todo el país que forman parte de una desesperante lista de espera, y otros 2676 que necesitan un tejido vital para poder volver a proyectar sus vidas.
España es el país que tiene la mayor tasa de donantes, 34 por millón. Si bien la Argentina aún está lejos de esa cifra, se ubica segunda en la región, detrás de Uruguay. Y el Incucai destaca el crecimiento sostenido de donaciones y trasplantes durante los últimos años.
El trasplante de órganos y la donación en la Argentina se rigen por la ley 24.193, que fue modificada el 22 de enero de 2006, para que toda persona capaz y mayor de 18 años pueda ser donante tras su fallecimiento, salvo que haya manifestado su oposición. A esta normativa se la denominó "ley del donante presunto" y, aunque no se aplica aún con todo rigor, favoreció ampliamente el aumento de trasplantes y la tasa de donaciones, según coincidieron fuentes consultadas por LA NACION.
El Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), coordinado por el Ministerio de Salud, informó que el año pasado, 2154 personas recibieron un órgano o tejido fundamental para continuar con sus vidas. De esa cifra, 1143 pacientes recibieron un trasplante de órganos y, otras 1012, uno de córneas.
Las estadísticas oficiales indican que la cantidad de trasplantes se incrementó notablemente en los últimos cinco años: de 562 en 2002 se pasó a 703, en 2003, de 887, en 2004, a 935 en 2005, y de ahí, a 1025 personas trasplantadas en 2006.
En tanto, la tasa de donantes por millón de habitantes pasó de 10,55, en 2005, a 11,68, en 2006, y despegó en 2007, a 12,35. En verdad, el gran salto en este sentido se dio entre 2003 y 2004: entres esos años, la tasa aumentó de 7,95 a 10,57 habitantes en un millón que consintieron ser donantes.
Esta tasa es el indicador aceptado internacionalmente para medir la efectividad de las políticas sobre donación y si bien ha mejorado mucho en la Argentina todavía se mantiene a una distancia bastante grande de otros países. En España, 34 personas sobre un millón aceptan ser donantes, en los Estados Unidos, 27, y, en Uruguay, 25. Ese país lidera la intención de donación en la región.
La ciudad de Buenos Aires, según las estadísticas porteñas, se ubica en los estándares más altos. En 2007 hubo 217 donantes que permitieron un total de 721 órganos y tejidos trasplantados. Según el Incucai, en el caso del 15% del total de los donantes en la Capital se aplicó la ley del donante presunto y las familias aceptaron. En gran parte, el mejor posicionamiento de la ciudad respecto del país responde a un tema de densidad poblacional.
Irónicamente, estos "vientos de esperanza" no implican que todavía haya pacientes con 12 años de diálisis todos los días que esperan un rinón compatible. La situación de mejora estadística, al parecer, aún es muy fría respecto del calor que requieren quienes aguardan un órgano. "Si uno está en esto tiene que ser siempre optimista. Nunca fui pesimista y aunque a veces la información no dice lo que uno quisiera, es tierra fértil para ir introduciendo el concepto de la donación que, después de todo, es un tema familiar porque esto es responsabilidad de todos los que participan del procedimiento", aseguró el director de la Unidad de Trasplante Hepático de la Fundación Favaloro, Luis Gustavo Podestá. "Los indicadores marcan que hay un porcentaje de donación más alto y que bajó la mortalidad en lista de espera. No estamos en la situación que quisiéramos, la que se vive en el mundo desarrollado, pero estamos mejor", agregó el especialista.
El jefe de Unidad de Trasplante de la Fundación Favaloro, Gabriel Gondolesi, consideró que las campañas han ayudado. "Creo que lo que más ha ayudado fue la difusión de las cosas positivas relacionadas con los trasplantes. El número de donantes ha aumentado y debe seguir aumentando. Todavía hay mucho por hacer", dijo.
En opinión del especialista, la política para sostener el aumento de donantes se basa en la educación desde los colegios, como se hizo en España, un país líder en este tema. "Hay que sembrar educación para los próximos 30 años. Si queremos llegar a los estándares españoles, hay que hablar en las aulas y en las mesas familiares. Todavía queda mucho por hacer, pero es claro que el aumento ha sido positivo", destacó Gondolesi, que trabajó siete años en New York.
Por Franco Varise
De la Redacción de LA NACION
Doscientos niños esperan un órgano
Ahora hay tres niñas en estado crítico
le dice Sofía todos los días a su mamá, Analía Alegre. Sofía tiene cinco años, hace siete meses que está internada en terapia intensiva del hospital Garrahan y al mes de estar internada, debido a su gravedad, le implantaron un corazón artificial: aún espera un donante.
Sofía es una de los 200 niños del país que esperan un órgano. Y como su salud está muy comprometida, está primera en la lista de emergencia nacional, lo que implica que al momento en que se dé la posibilidad de una donación será la primera en recibir un órgano.
Pero lo cierto es que la procuración de órganos pediátrica es muy baja, a pesar de que en 2007 haya aumentado un 18% más que en 2006, según el Incucai. En total hay 200 chiquitos que esperan un órgano y que no pueden disfrutar de su vida de niños.
El director del Incucai, Armando Pichón, explicó a LA NACION que hay dos grandes razones de por qué es baja la procuración de órganos pediátricos. "Una, es que los niños no están hechos para morirse -dijo el especialista-, sí están más expuestos a accidentarse, pero el porcentaje es bajo. Otra de las razones es que la ley de donante presunto sólo se aplica para los mayores de 18 años, por lo que la decisión es de sus padres."
En esa lista de emergencia, también está Agustina Castillo, que esta semana fue trasladada de Córdoba al Garrahan junto con su mamá Angela y su papá Cesar. Tiene cuatro años y presenta un cuadro de una miocardiopatía dilata, aparentemente con compromiso hepático. Lo que también es grave que, como su padre es albañil, no poseen obra social y no tiene un lugar donde quedarse en Buenos Aires.
Y a esa lista de emergencia, el fin de semana pasado se sumó una nueva niña, María Mercedes Albarracín, de 14 años, a la que le implantaron un corazón artificial en el Hospital Privado de Córdoba.
"Ya es mucho el tiempo que estamos en el Garrahan con mi nena, la espera se hace interminable y triste. Si bien es chiquita ella sabe que no es natural tener ese aparato colgando de su pecho y que sólo pueda caminar dos metros", dijo Analía a LA NACION.
Para que un niño viva, debe morir otro y la mamá de Héctor, Sonia Moreno, lo sabe bien. Hace cuatro años que viajó desde la provincia del Chaco a vivir en una pensión porteña, ya que su hijo, ahora de siete años, había entrado en la lista de espera del Incucai por una cardiopatía congénita.
"Sé que a la hora de pensar en donar los órganos de sus hijos, los papás tienen que tomar una decisión muy dolorosa", dijo Sonia a LA NACION.
Según Pichón, para que aumenten las donaciones pediátricas y de adultos es necesario "mucha información en las escuelas y en los medios de comunicación, y que se sepa que, a pesar de la tristeza que ocasiona una muerte de un ser querido, donando siempre se salvan vidas".
Paula Soler
Intervención en el Italiano
Ayer, mientras se conocían estadísticas, un hombre de entre 40 y 49 años recibió un hígado en el Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires. Aunque la identidad, tanto del trasplantado como del donante, se mantuvo en reserva, según fuentes del Incucai, el órgano provino de un hombre de más de 50 años, de la Capital Federal que había sufrido un accidente cerebrovascular. El paciente que ayer fue intervenido quirúrgicamente por un equipo especializado del Italiano estaba tercero en la lista de espera que elabora el instituto en el nivel nacional.