La Universidad de Castilla-La Mancha presentó en sus cursos de verano el informe "Obesidad: presente y futuro de una epidemia", donde relaciona el aumento de la obesidad infantil con el escaso ejercicio, más que con una mala alimentación.
El estudio, realizado por el Centro de Estudios Sociosanitarios desde 1992 y dirigido por Vicente Martínez Vizcaíno, explica que los niños se están alimentando razonablemente bien, pero que se está produciendo un fenómeno paradójico consistente en la constatación de que se comen menos calorías y la obesidad está aumentando.
La investigación demuestra que el aumento de la obesidad no viene dado sólo por problemas en la conducta alimentaria, sino por una disminución de la actividad física. Por ello, la propuesta de los investigadores consiste en que los niños abandonen la vida excesivamente sedentaria, y que hagan más actividad física.
El estudio se ha desarrollado con más de 1.000 niños procedentes de 20 colegios de otros tantos municipios de mayor población de la provincia de Cuenca, donde se dividieron en dos grupos: los niños que realizaron más actividad física extraescolar y en otro los que menos. Al cabo de un año de trabajo, se observado cómo el aumento del ejercicio físico ha favorecido tanto la disminución de la grasa corporal como el aumento del colesterol bueno.