Un dentista de Tulsa, a quien le cerraron el consultorio porque tenía instrumentos oxidados y sus empleados usaban las agujas más de una vez, fue el responsable del primer contagio de hepatitis C de un paciente a otro en una consulta odontológica en el país, informaron el miércoles funcionarios de salud.
El jefe estatal de Epidemiología de Oklahoma informó que, sobre la base de pruebas genéticas realizadas en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), hubo al menos un caso en que el consultorio del Dr. W. Scott Harrington propagó una enfermedad infecciosa.
“Este es el primer informe documentado de transmisión del virus de hepatitis C de un paciente a otro en un consultorio odontológico en Estados Unidos”, dijo la Dra. Kristy Bradley. “Cuando esto comenzó, no pensamos necesariamente que encontraríamos evidencia de contagio, pero había suficientes señales de alerta como para que investigáramos”.
Bradley dijo que la investigación no determinará exactamente cómo se propagó la enfermedad, pero conjeturó en que podría haber sido el resultado de instrumentos dentales contaminados o contaminación por el uso múltiple de agujas o jeringas, entre otras posibilidades.
Las autoridades estatales informaron que en los CDC continúan las pruebas genéticas de muestras de VIH.
“Aunque nuestra investigación documenta la transmisión de hepatitis C, no tenemos razones para creer que hubo casos de hepatitis B como resultado de contaminación en esta consulta dental”, dijo Bradley.
Expertos advirtieron el miércoles que no debe permitirse que el caso de Harrington afecte el trabajo de los odontólogos y cirujanos dentistas que operan con seguridad.
“Existen casos aislados como este”, dijo el Dr. John Molinari, microbiólogo y director de control de infecciones de Dental Advisor, una publicación de investigación de Ann Arbor, Michigan. “Pero la mayoría abrumadora de los dentistas, asistentes e higienistas” hacen bien las cosas.
Inspectores estatales de salud cerraron la clínica de Harrington el 28 de marzo tras encontrar deficiencias sanitarias. Una denuncia de 17 quejas presentada por el estado calificó a Harrington de una “amenaza a la salud pública”. La denuncia indicó que las autoridades encontraron instrumentos herrumbrados, frascos de medicamentos poten
4 Hasta el momento, más de 4.000 personas han sido estudiadas, y 89 de ellos tuvieron resultados positivos para hepatitis C, 5 para hepatitis B, y 4 para VIH. Estos resultados no demuestran por sí mismos que las infecciones tuvieron lugar durante el tratamiento en la clínica del Dr. Scott Harrington, aunque parece probable. Necesitan ser complementados por estudios de genómica que identifiquen las cepas implicadas. En ausencia de información sobre la frecuencia de la infección por estos agentes patógenos en la población general, es prematuro atribuir culpas.
La capacitación de los profesionales de la salud debe incluir no solamente aspectos técnicos, sino también de conducta y de valores. Es cierto que se trata de un caso aislado, pero la percepción en la opinión pública tiende a generalizar sin razón. Es labor de las autoridades supervisar constantemente el cumplimiento con las buenas prácticas en salud, particularmente la prevención de las infecciones, al personal profesional y técnico; y también educar al público, puesto que tiene todo el derecho a exigir se cumpla con las normas correspondientes.