El manejo del vómito tras la administración oral de medicamentos en niños sigue siendo un dilema clínico cotidiano sin lineamientos oficiales. Aunque esta situación es especialmente común en niños pequeños, la falta de guías lleva a que la decisión de repetir o no una dosis dependa casi exclusivamente del criterio del profesional actuante. |
La mayoría de los médicos se basan en el intervalo de tiempo entre la toma y el vómito para decidir: si ocurrió antes de los 30 minutos, suelen repetir la dosis; si pasaron más de 60 minutos, prefieren no hacerlo. Así lo muestran dos encuestas en Canadá e India, aunque ambas concluyen que además del tiempo, deben considerarse otros factores, como el tipo de fármaco, la forma de dosificación y el estado del paciente.
Un equipo del Hospital de Niños Queen Silvia (Suecia) desarrolló un documento de apoyo a decisiones clínicas para estandarizar la conducta frente a esta situación. La herramienta surgió a partir de una revisión bibliográfica, discusión entre pediatras, farmacólogos clínicos y farmacéuticos hospitalarios, e incluyó la selección de 40 medicamentos de uso habitual en pediatría para analizar casos concretos.
Se deben considerar tres ejes fundamentales antes de decidir una redosificación: 1. El estado clínico del paciente. Si la indicación es aguda o crítica (como una convulsión), hay mayor justificación para repetir la dosis. Si se trata de una medicación crónica o con riesgo de efectos adversos por sobredosis, puede preferirse la abstención. La observación de signos clínicos y parámetros vitales puede orientar la decisión. 2. Las características del fármaco. Forma farmacéutica, velocidad de absorción, vida media y margen terapéutico son factores decisivos. Si la droga tiene un margen terapéutico estrecho, una sobredosificación puede ser peligrosa. La presencia de restos visibles en el vómito también debe ser tenida en cuenta. 3. El tiempo entre administración y vómito. Aunque los datos sobre vaciamiento gástrico en niños son escasos y variables, el consenso indica que si el vómito ocurre tras más de 60 minutos y no hay restos visibles, es probable que la absorción haya sido suficiente. Las formas líquidas, al vaciarse más rápidamente, pueden requerir menos precauciones. |
Más allá del manejo agudo, el documento enfatiza la prevención del vómito. Mejorar la técnica de administración, adaptar la forma farmacéutica a las preferencias del niño, minimizar el volumen a ingerir y capacitar a cuidadores son estrategias clave. Incluso puede considerarse el uso de antieméticos en ciertos casos.
La herramienta fue validada y ya se encuentra en uso clínico. Aunque fue desarrollada en un hospital específico, sus fundamentos son extrapolables y pueden ser útiles en otros contextos. Ante la falta de guías oficiales, representa un paso importante hacia decisiones más seguras y fundamentadas.
A continuación, se presenta un cuadro de resumen con los principales aspectos a considerar:
ASPECTO | PREGUNTAS CLAVE | EJEMPLO/CONSIDERACIÓN |
Tiempo | ¿Cuántos minutos pasaron desde la administración? |
<30 min: considerar repetir. >60 min y sin restos: no repetir. |
Estado clínico | ¿Cuál es la indicación? ¿Qué riesgo tiene no tratar o sobredosificar? |
Midazolam en crisis: repetir. Midazolam prequirúrgico: evitar repetir. |
Características del fármaco | ¿Tiene margen terapéutico estrecho? ¿Se observa en el vómito? |
Si se ve intacto: no absorbido. Si es solución y no hay restos: posible absorción. |
Forma farmacéutica | ¿Es solución, comprimido, cápsula, liberación prolongada? | Las soluciones se absorben más rápido. Liberación prolongada: mayor riesgo si se repite. |
Prevención | ¿Puede optimizarse la administración para evitar vómitos futuros? | Capacitación a padres, elección de forma con mejor sabor, uso de antieméticos. |
En conclusión, la decisión de redosificar después de que un niño vomite un medicamento oral es compleja y debe basarse en una evaluación individualizada. Es crucial ir más allá del factor tiempo y considerar la condición médica del paciente, las propiedades específicas del medicamento y el tiempo transcurrido. Las medidas preventivas son igualmente importantes para minimizar la necesidad de intentos de administración repetidos.