Sabemos que el tiempo es valioso y que estar al día con los desarrollos más relevantes en salud puede ser un desafío. Por ello, esta selección es una guía curada de noticas que, en el futuro próximo, pueden convertirse en realidad para el ejercicio de los profesionales de la salud.
Un equipo de investigación de la Universidad de Stanford encontró que una combinación de dos anticuerpos podría mantenerse eficaz frente al SARS-CoV-2, a pesar de las mutaciones del virus. El enfoque consiste en unir dos anticuerpos con funciones complementarias: uno se adhiere a una región del virus que prácticamente no cambia con el tiempo, actuando como una especie de ancla; y el otro se encarga de bloquear la capacidad del virus para unirse a las células humanas. Juntos forman un anticuerpo "bispecífico" o CoV2-biRN.
Este hallazgo fue posible gracias al análisis de anticuerpos donados por personas que ya habían superado la COVID-19. Uno de los anticuerpos se dirigía a una región poco explorada del virus: el dominio N-terminal (NTD) de la proteína spike. Aunque antes se consideraba de poco interés terapéutico, esta zona resultó ser esencial como punto de anclaje estable, facilitando que el segundo anticuerpo actúe sobre el dominio de unión al receptor RBD.
En pruebas de laboratorio, el CoV2-biRN demostró capacidad para neutralizar todas las variantes probadas del virus. Además, los ensayos con ratones infectados con una versión de ómicron mostraron una significativa reducción de la carga viral en los pulmones.
No obstante, será necesario avanzar hacia ensayos clínicos antes de pensar en la aplicación masiva del tratamiento. El siguiente paso para el equipo es diseñar anticuerpos bispecíficos que no solo funcionen contra el SARS-CoV-2, sino contra toda la familia de coronavirus.
Fuente: Ultrapotent SARS coronavirus-neutralizing single-domain antibodies that clamp the spike at its base
Un equipo de científicos del Centro de Biotecnología Médica VIB-UGent, en Bélgica, descubrió anticuerpos ultracompactos producidos por llamas, que actúan bloqueando la capacidad del virus para infectar células humanas. A diferencia de muchos tratamientos actuales, que se enfocan en regiones del virus que mutan con frecuencia, como el dominio de unión al receptor RBD, estos nanocuerpos se dirigen a una zona mucho más estable del virus: la subunidad S2 de la proteína spike.
El desarrollo del avance tiene un protagonista peculiar: una llama llamada Winter. Estos animales poseen un sistema inmunitario que produce nanocuerpos, los cuales, al ser mucho más pequeños que los anticuerpos humanos, pueden acceder a regiones que otras terapias no alcanzan. Usando muestras de Winter, los investigadores identificaron una serie de anticuerpos con actividad neutralizante extraordinariamente amplia frente a distintos coronavirus.
En estudios preclínicos con animales, los nanocuerpos demostraron una protección efectiva contra la infección, incluso a dosis muy bajas. Más impresionante aún: cuando los investigadores intentaron forzar al virus a desarrollar resistencia a estos anticuerpos, el virus apenas logró producir variantes evasivas.
Aunque el SARS-CoV-2 sigue siendo el foco de la investigación, las implicaciones del hallazgo van más allá. Debido a que la región atacada por los nanocuerpos está presente en varios coronavirus, estos anticuerpos podrían utilizarse como base para tratamientos de amplio espectro, lo que incluye otras enfermedades respiratorias causadas por coronavirus, como el MERS.
Científicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh y la Universidad Estatal de Pensilvania han presentado una vacuna de ARN mensajero (mRNA) más flexible, eficaz y rentable. Emplea un enfoque denominado plataforma de mRNA trans-amplificadora, que divide el contenido del ARN en dos partes: una con la información genética del antígeno del virus y otra con una enzima llamada replicasa. Esta última puede fabricarse por adelantado y mantenerse lista para ser combinada con nuevos antígenos cuando surjan variantes, lo que permite una respuesta mucho más rápida ante brotes emergentes.
Uno de los mayores problemas de las vacunas actuales es que los virus como el SARS-CoV-2 cambian constantemente, lo que obliga a rediseñar los biológicos. Para contrarrestar esta realidad, los científicos analizaron las secuencias genéticas de todas las variantes conocidas del virus del COVID-19 y crearon una proteína spike de consenso: una versión sintetizada que concentra los elementos comunes de todas las cepas.
Además de ofrecer protección más amplia y duradera, esta tecnología tiene el potencial de revolucionar la forma en que el mundo responde a enfermedades virales emergentes. Las lecciones obtenidas de esta investigación pueden trasladarse a virus de alta preocupación, como el H5N.
La idea es diseñar vacunas que no necesiten actualización constante. La plataforma trans-amplificadora no solo ahorra tiempo y recursos en la producción, sino que también mejora la escalabilidad, una necesidad urgente en escenarios de pandemia.