Sabemos que el tiempo es valioso y que estar al día con los desarrollos más relevantes en salud puede ser un desafío. Por ello, esta selección es una guía curada de noticas que, en el futuro próximo, pueden convertirse en realidad para el ejercicio de los profesionales de la salud.
La Academia Americana de Neurología publicó una revisión sistemática actualizada donde se evalúa la eficacia de las inyecciones epidurales de corticoides en personas que sufren dolor crónico de espalda. El análisis reemplaza uno previo de 2007 y arroja resultados que podrían cambiar el enfoque terapéutico para muchos especialistas.
Las inyecciones epidurales de corticoides tienen como objetivo principal reducir el dolor causado por afecciones específicas, como la radiculopatía y la estenosis espinal. Se trata de situaciones que afectan significativamente la calidad de vida de los pacientes, al dificultar el movimiento, el sueño y la realización de actividades cotidianas.
Los estudios revisados muestran que estas inyecciones pueden ofrecer una reducción moderada del dolor en ciertos casos, durante un período de hasta tres meses. Además, podrían disminuir la discapacidad asociada en ciertos grupos de pacientes, hasta por seis meses.
Los investigadores recopilaron 90 estudios realizados a lo largo de 16 años. Los principales datos vinculados al tratamiento en el contexto de la radiculopatía fueron los siguientes:
- Las inyecciones epidurales pueden reducir el dolor y la discapacidad de manera moderada durante los primeros tres meses.
- Un 24 % más de pacientes tratados reportaron alivio del dolor, en comparación con quienes no recibieron el tratamiento.
- Un 16 % más experimentó disminución de la discapacidad en el mismo período.
- Un 11 % más de los pacientes tratados siguieron mostrando menos discapacidad, hasta seis meses después del procedimiento.
La mayoría de los estudios se centraron en casos de radiculopatía en la zona lumbar. Por lo tanto, no es posible expandir las hipótesis a la región cervical. Además, para las personas con estenosis espinal, los resultados fueron menos alentadores en términos de reducción del dolor.
Fuente: Efficacy of open-label placebos for premenstrual syndrome: a randomised controlled trial
El síndrome premenstrual afecta a casi la mitad de las mujeres en edad reproductiva, generando molestias físicas y emocionales, como dolor abdominal, náuseas, cambios de humor y ansiedad. Además, quienes lo padecen son más susceptibles a desarrollar depresión, trastornos alimenticios, migrañas e incluso mayor riesgo de suicidio.
Aunque existen diversos tratamientos disponibles, desde remedios naturales y suplementos como el magnesio hasta antidepresivos y terapias hormonales, no siempre resultan eficaces y pueden generar efectos secundarios, como somnolencia o aumento de peso. Por ello, un reciente estudio realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad de Basilea, en colaboración con la Escuela de Medicina de Harvard, exploró la alternativa del placebo informado. Es decir, que el paciente sepa que está recibiendo un placebo.
Los placebos son seguros y carecen de efectos secundarios, lo que los convierte en una opción atractiva para el tratamiento de síntomas recurrentes y molestos. La clave radica en la respuesta cerebral ante el acto de tomar algo regularmente, ya que el cuerpo "aprende" que dicho acto puede generar alivio.
El estudio incluyó a 150 mujeres de entre 18 y 45 años con síntomas moderados a graves de síndrome premenstrual que no tomaban psicofármacos. Las participantes se dividieron en tres grupos:
- Control: Continuaron con sus tratamientos habituales.
- Placebo sin información adicional: Recibieron las píldoras de placebo, pero sin mayor explicación.
- Placebo con consulta informativa: Además de recibir las píldoras, participaron en una sesión de 20 minutos en la que se explicaron los beneficios del placebo.
Las participantes de los grupos con placebo podían decidir si mantenían sus tratamientos anteriores y tenían que tomar las píldoras dos veces al día durante seis semanas. Los resultados revelaron que los placebos lograron reducir los síntomas tanto en el grupo con información adicional como en el que no la recibió.
Sin embargo, el mayor impacto se observó en las mujeres que participaron en la consulta informativa, con una reducción de la intensidad de los síntomas de hasta un 80 %. Esto contrastó significativamente con el grupo que continuó solo con su tratamiento habitual, en quienes la mejoría fue mínima.
La comunicación médica resultó ser un factor clave en la eficacia del tratamiento, según los autores. El hecho de que las mujeres se sintieran escuchadas y atendidas durante la consulta influyó positivamente en su percepción del tratamiento.
Un equipo de científicos de la Universidad de Arizona identificó los terpenos de Cannabis sativa que podrían ser un tratamiento para el dolor crónico asociado con la fibromialgia y la poscirugía. El nuevo trabajo se apoya en estudios previos que ya demostraban el potencial analgésico de los terpenos en modelos de inflamación y dolor neuropático inducido por quimioterapia.
Si bien los terpenos no parecen efectivos para aliviar el dolor agudo provocado por lesiones puntuales (como quemaduras o golpes), sí mostraron ser prometedores para el manejo del dolor crónico. Son compuestos naturales responsables de los aromas y sabores en muchas plantas, incluida la Cannabis sativa. Además de sus conocidas propiedades organolépticas, tienen potencial terapéutico como analgésicos, sin causar los efectos secundarios psicoactivos asociados al THC.
El equipo de investigación probó cuatro terpenos comunes: geraniol, linalool, beta-cariofileno y alfa-humuleno. Los datos mostraron que el geraniol fue el más efectivo en la reducción del dolor, seguido de linalool, beta-cariofileno y alfa-humuleno, en ese orden.
La falta de comprensión sobre el dolor asociado a la fibromialgia dificulta el desarrollo de tratamientos efectivos, pero los terpenos podrían ser una opción viable. Por otro lado, el mecanismo de acción de los terpenos está relacionado con el receptor de adenosina A2a, el mismo que bloquea la cafeína. Esto sugiere un posible efecto sedante, lo que podría motivar futuras investigaciones en este ámbito.