La OMS dio a conocer el Informe sobre las estadísticas sanitarias mundiales 2025, en el que revela los efectos más profundos de la pandemia de COVID-19 en la salud y la pérdida de vidas, la longevidad y la salud y el bienestar en general. El aumento de los niveles de ansiedad y depresión relacionados con la pandemia redujo la esperanza de vida saludable mundial en 6 semanas, borrando la mayoría de los avances logrados por la menor mortalidad por enfermedades no transmisibles (ENT) durante el mismo período.
En el informe también se resumen los datos mundiales sobre los progresos realizados en la consecución de los objetivos de la OMS y se revelan los efectos, no solo de la perturbación de la pandemia, sino también de una tendencia más prolongada a la desaceleración de los progresos. La institución advierte de que el avance general está amenazado y que es necesario adoptar medidas mundiales urgentes para volver a la normalidad.
- Se estimó que al final de 2024, 1,4 mil millones de personas más vivían de manera más saludable, superando la meta de 1 mil millones.
- Hubo progresos notables es la reducción en el consumo de tabaco, la mejora en la calidad del air y el mejor acceso a agua, higiene y saneamiento.
- Solo 431 millones más de personas tuvieron acceso a servicios de salud esenciales sin dificultades financieras.
- Casi 637 millones más de personas estaban mejor protegidas de emergencias sanitarias.
- Las muertes maternas e infantiles no están disminuyendo lo suficientemente rápido para alcanzar las metas globales. El progreso se ha estancado, poniendo en riesgo millones de vidas.
- Las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles, como enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, diabetes y cáncer, están aumentando, impulsadas por el crecimiento y envejecimiento de la población.
- El consumo de alcohol a nivel mundial cayó de 5,7 a 5 litros per cápita entre 2010 y 2022.
- Las tasas de incidencia de VIH y tuberculosis están cayendo, y menos personas necesitan tratamiento para enfermedades tropicales desatendidas.
- La malaria ha resurgido desde 2015 y la resistencia a los antimicrobianos sigue siendo un problema de salud pública.
Si no se corrige urgentemente el rumbo para cumplir los objetivos de 2030, el mundo corre el riesgo de perder la oportunidad de prevenir otras 700 000 muertes maternas y 8 millones de muertes de menores de 5 años entre 2024 y 2030.
La recuperación de los servicios de salud esenciales sigue siendo incompleta. Todavía se prevé un déficit de 11,1 millones de trabajadores de la salud para 2030 y casi el 70 % de la brecha se concentra en las regiones de África y el Mediterráneo Oriental.
Los sistemas de salud respondedores dependen de una información sanitaria coherente. Los datos oportunos y fiables impulsan mejores decisiones y resultados más rápidos, pero todavía falta mucho por hacer. La OMS está apoyando a los países a través de la estrategia SCORE para fortalecer los sistemas de información sanitaria ,y a través del Centro Mundial de Datos Sanitarios, contribuye a normalizar, mejorar y liberar el valor de los datos en todos los países y sistemas.
Muchos países también se están quedando atrás a la hora de abordar los riesgos fundamentales para la salud, como la desnutrición, la contaminación del aire y las condiciones de vida inseguras.
Las recientes interrupciones de la ayuda internacional amenazan aún más con desestabilizar los progresos. En particular, en los países con las mayores necesidades de atención de la salud.
Se necesita con urgencia un financiamiento sostenido y predecible, tanto de fuentes nacionales como internacionales, para proteger los logros obtenidos con tanto esfuerzo y responder a las crecientes amenazas.