Dormir más, vivir mejor

La falta de sueño afecta la salud cardiovascular y la memoria

Una revisión científica confirma que dormir menos altera el metabolismo de muchos células, como las neuronas, de manera similar a lo que se observa en algunas enfermedades neurodegenerativas.

Dormir es como una especie de reseteo para el cuerpo. Un reinicio del sistema de funcionamiento humano, donde las células aprovechan la ventaja de descansar o repararse a ellas mismas. Es una función básica para la vida, y cuando falla, se generan serios perjuicios.

Un trabajo publicado recientemente en la revista Science se ha centrado en los efectos metabólicos que la falta de sueño tiene en el cuerpo y ha encontrado que esta privación de una función vital tiene una influencia directa en la salud general, incluyendo el cerebro: según los autores, dormir menos de lo indicado altera el metabolismo de muchos células, incluidas las neuronas, con el consecuente impacto en la cognición y en la memoria a largo plazo. Los efectos descritos son similares a aquellos observados en enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer .

Perder una noche de sueño, por lo tanto, no debe dejar a una persona con cansancio temporario o un mal estado de ánimo. El impacto puede ser mucho más profundo. El Insomnio (definido como dormir menos de cinco horas o tener descanso interrumpido, según los expertos) ya ha estado asociado con un aumento en el riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, todas estas patologías vinculadas a disfunción metabólica (un​ desequilibrio en el cuerpo para producir y utilizar energía y permanecer saludable). El nuevo trabajo profundiza en esta relación entre insomnio y metabolismo y concluye que, en situaciones de privación de sueño, algunas células priorizan asignar su gasto energético a otra celúla para sobrevivir, lo que provoca una escasez de combustible para otras demandas, como la​ formación de memoria a largo plazo.

Cuando el sueño es insuficiente, el metabolismo del cuerpo es transformado al revés. La homeostasis energética - el equilibrio entre ingesta de energía y energía gastada para que el cuerpo funcione apropiadamente — es desregulada, lo que desencadena una especie de efecto dominó en el que algunos procesos vitales comienzan a fallar . Por ejemplo, la glucosa no es eliminada apropiadamente, hay una alteración en las hormonas que regulan la saciedad, y la inflamación y el estrés oxidativo son estimulados. Todas estas alteraciones pueden tener consecuencias cardiovasculares y neurodegenerativas.

Relación con neurodegeneración

El insomnio ha sido caracterizado como un factor de riesgo para trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson; y es también correlacionado con un aumento del riesgo de hipertensión, hiperglucemia y obesidad. En ambos casos, Alzheimer y Parkinson,  la perturbación del sueño ocurre antes del comienzo de otros síntomas. Sorprendentemente, los perfiles metabólicos del Alzheimer y el Parkinson son similares a aquellos observados después de la deprivación del sueño, especialmente en relación a producción de energía y estrés oxidativo. Los autores consideran que estas condiciones podrian indicar tener un mecanismo metabólico conjunto.