Saltaron todas las alarmas después de un comunicado del Ministerio de Salud Pública, Higiene y Bienestar Social de la República Democrática del Congo, que anunciaban la irrupción de una enfermedad desconocida. Pero lo cierto es que el 24 de octubre ya se habían registrado los primeros casos en ese país.
Varios síntomas se parecen a los de la gripe –fiebre, dolor de cabeza, tos, secreción nasal y dificultades respiratorias - pero se suma la anemia. Y, según los últimos informes – que casi con seguridad, serán “los últimos” por poco tiempo-, el número de muertos no está claro.
La agencia AP informó (y reprodujeron varios medios) que hasta ayer las autoridades habían reportado el fallecimiento de 71 personas, de las cuales 27 que murieron en hospitales; de estas, 10 fallecieron debido a la falta de transfusiones de sangre y 17 como resultado de problemas respiratorios. Las otras 44 personas murieron en la provincia de Kwango, especialmente en Panzi, una región rural en el sur del país que enfrenta graves dificultades en el acceso a los medicamentos.
Port su parte, la breve noticia que publicó la DW señala que “otras fuentes” que citaron a “autoridades sanitarias” indicaron que el número hacía aumentado a 131, y otros medios barajaban datos, según los cuales ya habían superado los 140.
Insistimos: nada está claro, lo que –lamentablemente- suele ocurrir en estos casos. En ese contexto, el 5 de diciembre el ministro de Salud de la república, Roger Kamba, declaró –en rueda de prensa llevada a cabo en la capital, en Kinshasa, oficialmente la alerta epidemiológica. No mucho más…
En el informe del 4 de diciembre, el Ministerio había descripto la enfermedad como de “origen aún desconocido”. Y había señalado, además, que el brote había causado la mayor cantidad de muertes entre el 10 y el 25 de noviembre, y que la mayoría de las víctimas eran “niños mayores de 15 años”.
Desde Kwango
“Recomiendo evitar el contacto con los cadáveres para prevenir la transmisión”, instó el ministro de Salud de la provincia más afectada, Apollinaire Yumba, y destacó que un equipo de intervención, que incluye personal de la OMS, está trabajando para dar una “respuesta rápida y eficaz” al brote. Asimismo, un grupo de expertos toma muestras a los pacientes para análisis de laboratorio, cuyos resultados –añade el comunicado- “se comunicarán tan pronto como estén disponibles, y se compartirán actualizaciones periódicas con la población y socios”.
Mientras se espera lograr mayor claridad, el Ministerio provincial pidió que se mantenga la calma, pero se esté alerta, y ha implementado medidas preventivas como las llevadas a cabo masivamente por Covid-19: evitar reuniones masivas, informar a las autoridades sanitarias locales sobre casos sospechosos o muertes inusuales, y medidas de higiene básicas como el lavado regular de manos con agua y jabón.