¿Para cuándo la vacuna contra la incertidumbre y la desesperanza?

Prometeo no se rinde

Una reflexión sobre la actualidad que apela a la mitología griega

Autor/a: Marta Abergo Moro

Diferentes oráculos de nuevas deidades nos advierten sobre futuras pandemias y otras catástrofes no solo biológicas. Hay un listado de por lo menos una docena de problemas mundiales que pondrían en peligro la supervivencia humana.  La nómina incluye desde el impacto de asteroides y la erupción de supervolcanes hasta los malos gobiernos.  Se incluyen también una serie de enfermedades para las cuales aun no hay tratamientos ni vacunas.

Según el antiguo mito griego, el rebelde Prometeo no sólo le robó el fuego al poderoso Zeus y se lo entregó a los humanos, sino que les transfirió a ellos múltiples conocimientos y técnicas (la arquitectura, la astronomía, las matemáticas, la navegación, la medicina, la metalurgia y otras artes útiles).  Prometeo completó su obra de benefactor de la humanidad encerrando todos los males (la vejez, la fatiga, la enfermedad, la locura, el vicio y la pasión) en una caja y encomendó a su hermano Epimeteo que debía guardarla y mantenerla tapada.  En un descuido, sin embargo, su mujer Pandora la abrió y los males  se esparcieron por el mundo.  Cuando volvió a cerrarla, sólo Elpis, la esperanza, quedó en el fondo y según el poeta Hesíodo, disuadió a los hombres mediante engaños para que no se suicidaran.


Prometheus_and_Epimetheus_before_Pandora_by_Hermann_Julius_Schlösser

Como lo indica su nombre, Prometeo es previsor, prudente.  Puede anticiparse a los acontecimientos.  Su contrapartida es Epimeteo, torpe o insensato que comprende después (epí) que los hechos han acontecido y no pueden modificarse.  Las actuales circunstancias parecen haber derrotado a Prometeo y condenado a la humanidad a la total incertidumbre, abandonándola al veleidoso Epimeteo.  La capacidad de prever y formular planes, desde los más nimios a los más ambiciosos, parece haber quedado cancelada sin fecha de vencimiento.  Los vaticinios de eventuales futuras desgracias no hacen más que contribuir a la desesperanza.

Por eso la sabiduría del mito griego hizo que la espera de futuros males pudiera quedar guardada y evitara así el suicidio general.  Con palabras del helenista Jean Pierre Vernant, “la esperanza, la espera de lo que sucederá,  no ha tenido tiempo para salir. Los males que los hombres tratarian de evitar permanecen en la invisibilidad, son indistinguibles.” 

Al parecer la mítica caja de Pandora cambió de manos y los nuevos profetas no escatiman esfuerzos en anticipar los males del mundo, incluida la maltrecha esperanza.  Exhibirlos temerariamente obtura el futuro.  Sepan que Prometeo no se rinde.


La autora, Marta Abergo Moro, es profesora de Filosofía egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, autora de El filosófo como detective, Ed. Biblos, 2013, investigadora independiente, www.filosofiaparaarmar.com.ar