Prevención de la iatrogenia

Supresión adrenal por glucocorticoides en niños

Análisis de evidencia disponible sobre riesgo, detección, y manejo de la supresión adrenal por corticoides en niños

Autor/a: Ahmet, Arati Mokashi, Ellen B Goldbloom, Celine Huot y colaboradores

Fuente: BMJ Paediatrics Open 2019;3:e000569

Indice
1. Texto principal
2. Referencias bibliográficas
Introducción

Los glucocorticoides (GCs), incluidos los corticosteroides inhalados (CI) son esenciales para el tratamiento de muchos trastornos pediátricos y han llevado a mejoras significativas en los resultados de diversas enfermedades. La supresión del eje Hipotalámico-Hipofisario-Adrenal (HHA) o supresión adrenal (SA), es un posible efecto secundario de la terapia con GCs y puede asociarse con morbilidad e incluso muerte.1–3

El eje HHA está bajo regulación circadiana y opera en un circuito de retroalimentación negativa para regular la secreción de cortisol. El hipotálamo libera hormona liberadora de corticotropina (CRH), que estimula la glándula hipófisis para liberar hormona adrenocorticotrópica (ACTH), que, a su vez, estimula las glándulas suprarrenales para secretar cortisol.

El cortisol tiene efectos inhibitorios tanto en la liberación de CRH a nivel del hipotálamo como en la liberación de ACTH a nivel de la hipófisis, disminuyendo a su vez la producción y secreción de cortisol.

Los GCs exógenos ejercen una retroalimentación negativa a nivel del hipotálamo y la glándula pituitaria, que conduce a una reducción en la CRH y la ACTH y en algunos casos a hipoplasia o atrofia adrenocortical. Estos cambios se asocian con disminución de la producción de cortisol que conduce a insuficiencia adrenal (IA). La IA secundaria a exposición exógena a GCs también se conoce como supresión adrenal (SA).3–5

La SA es la forma más común de IA tanto entre niños como adultos.6,7 A pesar de ser una condición tratable, la falla de las medidas preventivas adecuadas o el tratamiento retrasado ha llevado a morbilidad y muerte innecesarias en individuos con IA incluyendo SA.6–8

Los síntomas de SA a menudo son inespecíficos (Recuadro 1) y pueden pasar desapercibidos hasta que un estrés fisiológico (enfermedad, cirugía, lesión) precipita una crisis adrenal.6 También se ha reportado crisis adrenal en ausencia de estrés fisiológico, probablemente secundaria a  signos o síntomas de SA no reconocidos.2,6 La SA sintomática incluida la crisis suprarrenal se puede prevenir reconociendo a los niños en riesgo y administrando reemplazo fisiológico de GCs y/o dosis más altas de GCs durante los momentos de estrés.3,6

Un estudio reciente que evaluó la incidencia nacional de SA sintomática en niños en Canadá notificó 46 casos, incluyendo 6 (13%) casos de crisis suprarrenal durante los últimos 2 años, con 37/46 (80%) de los niños utilizando CI solo o en combinación con otra forma de GC.8

La evidencia bioquímica asintomática de la SA es considerablemente más frecuente, con casi 100% de los pacientes teniendo SA inmediatamente después de la interrupción de la terapia sistémica a dosis altas, pero significativamente menos frecuente si se mide después de días o semanas o si se está expuesto a otras formas de tratamiento con GCs.9–12

A pesar de la clara evidencia de morbilidad asociada con la SA en la población pediátrica, las guías basadas en evidencia sobre el cribado y el manejo de estos niños en riesgo es deficiente. Existen pocos factores de riesgo conocidos para el desarrollo de SA sintomática; por lo tanto, la carga de la detección y el manejo de la SA bioquímica asintomática debe equilibrarse con el riesgo de morbilidad y mortalidad severas en un subconjunto de pacientes.

Hay una falta de consenso entre los  endocrinólogos pediátricos sobre el enfoque de manejo de niños en riesgo de SA, y como resultado, los médicos que prescriben tratamiento GC pueden tener una guía limitada sobre cómo mantener seguros a sus pacientes.

Dentro de este artículo de revisión, este grupo de trabajo compuesto por endocrinólogos pediátricos, pediatras y otros especialistas pediátricos quienes prescriben con frecuencia tratamiento GC presenta la mejor evidencia disponible sobre riesgo, detección, evaluación y tratamiento de la SA mientras se reconocen las controversias que existen sobre su manejo. La intención de esta revisión es llamar la atención sobre esta importante entidad y permitir al lector crear un enfoque informado y práctico para el manejo de los pacientes en riesgo.

> SA en niños tratados con GCs sistémicos

La evidencia clínica y bioquímica de la SA ha sido bien descripta en niños después de la interrupción de dosis terapéuticas de GCs sistémicos.10,12–14 La exposición a GCs sistémicos a corto plazo se asocia con una SA más transitoria.15,16

En la práctica, la exposición durante más de 2 semanas se utiliza como umbral de riesgo de SA clínicamente importante.6

Se ha reportado que la duración de la SA después de una exposición prolongada a GCs es de hasta 2 años.9,12 La SA sintomática, incluyendo crisis adrenal y muerte, está bien documentada en relación con la terapia con GCs sistémicos.3,8,13,17 Una dosis más alta es un factor de riesgo,18 mientras que una mayor duración y el momento de la administración de los GCs (tarde vs. mañana y diario vs. día por medio) son riesgos teóricos.5,18,19 No se halló literatura que explore el riesgo de la exposición intermitente y repetida a GCs.

SA en niños tratados por asma con CI

La SA sintomática asociada con el uso de CIs es rara pero importante y el riesgo puede reducirse usando la dosis más baja de CI suficiente para mantener un control aceptable del asma, como se describe en las guías actuales.20–22 Las guías nacionales para el manejo del asma recomiendan consultar con los especialistas si los niños o adolescentes cumplen criterios para tratamiento con dosis altas (o moderadas) de terapia con CI.20–22

Ha habido más de 90 informes de casos en la literatura de crisis suprarrenal o muerte secundaria al uso de CIs para el tratamiento del asma.1,23–25 Las propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas y la dosis, además de la forma de administración del CI, juegan un papel en el riesgo de SA,2 y por lo tanto, las dosis asociadas con un mayor riesgo de SA difieren entre medicamentos (Tabla 1).

Los clínicos pueden considerar el uso de la terapia con CIs en dosis altas según lo definido por las guías de asma como un factor de riesgo importante para SA, particularmente porque la literatura actual no proporciona umbrales claros para el riesgo de SA.8, 11,20–22,26–28

Una excepción importante a esta regla es la fluticasona, un CI que se ha asociado con la mayoría de los casos de SA sintomática en dosis diarias de 500 μg o mayores (500 μg es una dosis moderada para niños ≥ 12 años en algunas guías).1,2,4,8,24,29,30 Además, la ciclesonida, un CI comparativamente más nuevo, parece haber reducido el riesgo de SA,2,4,20,25,31,32 aunque se han notificado casos a dosis altas.33

Si bien la mayoría de los casos de SA sintomática han sido reportados en niños expuestos a altas dosis de CIs, hay raros casos reportados en aquellos que reciben dosis bajas a moderadas,2,33 destacando la importancia de la consideración de la SA en niños que presentan posibles signos o síntomas de SA independientemente de la dosis de CIs. Por el contrario, mientras la terapia con dosis altas de CIs aumenta el riesgo de SA, muchos niños que reciben tratamiento a altas dosis no se suprimen.11

Un estudio reciente de asociación genómica sugiere que una variante genética común podría conducir a la susceptibilidad a la SA en pacientes expuestos a CIs pero se necesitan más estudios para apoyar este hallazgo.34

También hay muchas variantes genéticas del gen del receptor GC, que se cree que explicarían la amplia variación interindividual en la sensibilidad a los GCs5 y varios polimorfismos de un solo nucleótido que se han asociado con la reactividad del eje HHA,3 lo que probablemente explicaría en parte la variabilidad en la susceptibilidad a la SA.

Otros posibles factores que contribuyen a la variabilidad entre pacientes en el desarrollo de SA incluyen la técnica del inhalador, la edad y la gravedad del asma que pueden afectar tanto la deposición del CI en los pulmones como la cantidad absorbida en la circulación sistémica.

Además de la terapia con dosis altas de CIs, la exposición a cursos de GCs sistémicos para el tratamiento del asma pone a los niños en riesgo de SA.1,2,4,31 Lograr un buen control del asma con el uso experto del tratamiento preventivo, incluyendo el CI dosificado adecuadamente, evitará exacerbaciones y reducirá la necesidad de cursos a largo plazo y/o repetidos de GC.35

Otros posibles factores de riesgo incluyen el uso concomitante de corticosteroides intranasales, el bajo índice de masa corporal y la exposición acumulativa a GCs.2,8 No se ha encontrado que la duración de la exposición a los CIs sea un factor de riesgo; sin embargo, la mayoría de los estudios ha examinado exposiciones de 6 semanas o más.3,5,11,34

Los médicos deben estar al tanto de las dosis de CIs contenidas en los inhaladores combinados y deben considerar el uso de aquellos que aumentan el riesgo de SA según el componente corticoideo incluido (Tabla 1).

SA en niños tratados con otras formas de GCs

Los estudios sobre el riesgo de SA relacionado con los corticosteroides intranasales solo han tenido resultados variables, aunque su uso en conjunción con los CIs se considera un factor de riesgo.36–38

Mientras que el uso de corticosteroides tópicos de potencia baja a moderada rara vez se asocia con un riesgo de SA,39 han habido informes de casos de SA sintomática y características cushingoides en lactantes que reciben GCs tópicos potentes durante > 1 mes con el mal uso de la medicación.40

La SA sintomática asociada con características cushingoides también se ha reportado con GCs oculares.41 La SA se ha asociado con GCs intraarticulares en adultos.42

Los estudios sugieren que los niños que reciben CIs para esofagitis eosinofílica o enfermedades intestinales inflamatorias están en riesgo de SA.8,43,44

Medicamentos que potencian los efectos sistémicos de los GCs

Los inhibidores de CYP3A4, incluyendo varios medicamentos antirretrovirales, agentes antifúngicos y antidepresivos seleccionados, prolongan la vida media biológica de los GCs. Estos medicamentos han sido reportados en varios casos de SA sintomática asociada con dosis relativamente bajas de CIs, y asociados con una duración prolongada de la SA después de la exposición sistémica a GCs.10,45,46

Disminución gradual de GCs

No hay evidencia que respalde un enfoque específico de reducción gradual de los GCs para la prevención de la SA.3,47 Se ha demostrado que la reducción gradual de los GCs no impide la SA.12

Los GCs deben ser disminuidos o discontinuados a una velocidad dictada por la condición subyacente para mantener la remisión de la enfermedad; si no está indicado para la prevención de la recaída de la enfermedad, se debe evitar una reducción prolongada para prevenir la exposición innecesaria al GC.

El reemplazo fisiológico de GC debe prevenir los síntomas de SA,6 por lo que  debe considerarse evaluar el eje HHA antes de discontinuar o reducir los GCs por debajo de una dosis fisiológica (equivalente a < 8 mg/m2/día de hidrocortisona) en niños que han recibido cursos prolongados de GCs (Tabla 2, Equivalencias de dosis de GCs).

Pueden ocurrir síntomas de abstinencia a los GCs durante una disminución gradual y pueden simular síntomas de SA a pesar de la evidencia bioquímica de la integridad del sistema HHA o el reemplazo GC adecuado.48 Los médicos deben ser conscientes de esta posibilidad, y deben evaluar una posible SA y modificar el descenso en consecuencia.

Pruebas para la SA

La evaluación de la IA, incluyendo la SA, es un desafío para los médicos debido a la falta de estandarización de las pruebas de cortisol y a la falta de asociación clínica con los umbrales de cortisol establecidos utilizados para el diagnóstico.49,50

De particular interés son los ensayos de generación más nuevos que incluyen al inmunoensayo Roche Cortisol II, que puede medir niveles de cortisol aproximadamente un 30% más bajos que el inmunoensayo Roche anterior.51 Los médicos deben conocer los umbrales asociados con el ensayo utilizado en su laboratorio local.

Los umbrales de cortisol citados en esta sección surgen de estudios que han empleado inmunoensayos de generaciones previas, y como tales, deben ser interpretados con cuidado.

El cortisol a primera hora de la mañana (07:00–09:00) a menudo se utiliza en la detección de la IA. El cortisol matutino es específico para el diagnóstico de IA si es ≤ 100 nmol/l (≤ 3,6 μg/dl) en individuos con un ciclo normal de sueño-vigilia en quienes los GCs son suspendidos por al menos 24 horas.52,53 Los GCs con una duración de acción más larga deben suspenderse por más de 24 horas.

Los médicos deben considerar la seguridad de discontinuar la terapia con GCs para evaluar y modificar su enfoque en consecuencia (Tabla 3).

Dado que la producción de cortisol tiene regulación circadiana, un cortisol matutino bajo es un predictivo pobre de la SA en lactantes y niños que no tienen un ciclo regular de sueño-vigilia, por lo que están indicadas pruebas dinámicas.54

Un valor de cortisol a primera hora de la mañana de ≥ 350–500 nmol/l (≥ 13-18 μg/dl) puede predecir una función normal del eje HHA.53,55,56

La Guía Farmacéutica y Terapéutica de la Sociedad de Endocrinología Pediátrica sobre los efectos secundarios endocrinos de los CIs sugiere que un valor de cortisol matutino de 275 nmol/l (10 μg/dl) puede considerarse como un umbral de screening en pacientes asintomáticos.2 Sin embargo, no hay un único punto de corte absoluto para el cortisol matutino que se pueda utilizar para descartar con seguridad la SA.

Por lo general, se requieren pruebas de provocación para el diagnóstico de IA central, incluyendo la SA. En la práctica clínica se utilizan pruebas de estimulación con ACTH a dosis estándar (250 μg) y bajas (1 μg) para la evaluación de la IA central con un debate significativo sobre cuál es superior; algunos estudios sugieren que la prueba de estimulación de dosis baja es significativamente más sensible pero menos específica, con otros estudios no apoyando este hallazgo.50,55,57

Umbrales máximos de cortisol de 440–600 nmol/l (16–22 μg/dl) son comúnmente utilizados para descartar IA pero esto varía entre estudios e instituciones ya que muchos factores deben ser considerados al interpretar los resultados (ej., prueba de cortisol, tiempo de extracción de cortisol en relación a la administración de corticotropina, medicamentos que afectan la unión del cortisol, hora del día).54, 58,59  

Por lo tanto, los clínicos deben consultar sus protocolos locales para obtener orientación sobre la preparación y los procedimientos apropiados que se requieren para evaluar el eje HHA (Tabla 3).

Reemplazo de GCs

La producción de cortisol es significativamente mayor durante el estrés fisiológico en individuos sanos.60 Los individuos con IA están en riesgo de crisis suprarrenal durante una enfermedad, cirugía, o lesión. La enfermedad gastrointestinal es el precipitante más común de crisis adrenal.61

En la práctica, la dosis de estrés de GCs se proporciona ante un estrés fisiológico para prevenir la crisis adrenal en niños con IA (Tabla 4).13,17,62 Actualmente no hay datos suficientes para recomendar la cobertura GC durante la actividad moderada a extrema o el estrés emocional.6, 63

La hidrocortisona es el medicamento de elección para la dosis de estrés, particularmente durante la crisis adrenal debido a su efecto mineralocorticoide (Tabla 4).61 Sin embargo, en la práctica, mientras se recibe terapia GC sistémica activa, la dosis de estrés para una enfermedad moderada a menudo se proporciona utilizando la misma forma de GC que se usa para tratar la enfermedad en lugar de la hidrocortisona (ver Tabla 2 para potencias relativas).

Los niños con SA sintomática requieren reemplazo fisiológico diario de GC (Tabla 4).2 El reemplazo diario de GC es también una consideración importante en niños con evidencia bioquímica clara de SA,64 incluso en ausencia de síntomas bien definidos, pero sigue siendo controvertido entre los endocrinólogos pediátricos, sin literatura que apoye o refute este enfoque.

La hidrocortisona, con su corta vida media, es el fármaco de elección para el reemplazo diario, con una dosis de aproximadamente 8 mg/m2/día considerada fisiológica.65,66

Mientras que la dosis de hidrocortisona tres veces al día es la atención estándar en la IA primaria,66 muchos endocrinólogos administran la dosis una o dos veces al día en la SA, con dosis más altas en la mañana para reducir la supresión continua de la producción de cortisol matutino endógeno en pacientes asintomáticos.

No hay evidencia para apoyar este enfoque, pero en la práctica, es utilizado por varios miembros de este grupo de trabajo con el supuesto de que la IA en casos de SA asintomática es parcial y que este enfoque ayudará a reducir el riesgo de una supresión prolongada. Los médicos deben ser conscientes de la corta vida media de la hidrocortisona y proporcionar la dosis dos o tres veces por día si un niño es sintomático y tres veces por día durante momentos de estrés.6,67,68

Los inductores potentes del CYP3A4, como fenobarbital, carbamazepina o rifampicina, pueden disminuir la concentración sérica de los GCs, llevando a la necesidad de un ajuste de dosis en el contexto de síntomas continuos o mala respuesta a la dosis de estrés en el manejo de la SA.69,70

> ¿Cómo se puede reducir el riesgo de SA y crisis adrenal?

A pesar de ser en gran medida prevenible, se sigue reportando morbi-mortalidad asociada con la SA. Se sugiere considerar las siguientes medidas para reducir este riesgo:

1. Educación clínica y conciencia sobre el riesgo de SA, incluyendo una comprensión de la frecuencia relativamente alta de SA en pacientes tratados con ≥ 500 mcg de fluticasona o terapia con CIs a altas dosis según lo definido por las guías nacionales o internacionales para el asma.

2. Los médicos deben recetar la dosis efectiva más baja de GC con reevaluación periódica. Si la dosis diaria de GC es apropiada, los GCs deben administrarse por la mañana para minimizar la supresión del eje HHA.

3. Las familias deben ser educadas sobre el riesgo de SA con una comprensión de que los beneficios de la terapia GC superan los riesgos y que la adherencia a la medicación y el seguimiento clínico son las mejores medidas preventivas para la SA sintomática.

4. Todos los niños con posibles signos o síntomas de SA, incluyendo pobre crecimiento, y con historia actual o reciente de uso de GCs/CIs deben evaluarse para detectar SA. Los niños sintomáticos con evidencia bioquímica de SA deben ser tratados con reemplazo fisiológico de 1. GC y GCs de dosis de estrés (Tabla 4).

5. Se debe proporcionar una dosis de estrés ante enfermedades críticas o cirugía mayor en todos los niños que reciben tratamiento activo con GCs y debe considerarse en todos los niños que han discontinuado recientemente la terapia con GC (hasta un año para aquellos con exposición prolongada) a menos que se demuestre que tienen un eje HHA normal. Debe tenerse en cuenta el nivel de cortisol antes de iniciar la dosis de estrés durante una enfermedad crítica si el diagnóstico de SA no está confirmado.

6. Debe considerarse la detección de niños con alto riesgo de SA. Un enfoque alternativo puede ser proporcionar una dosis de estrés empírica una vez que se reducen las dosis de GC a < 30 mg/m2/día de hidrocortisona equivalente y por hasta 6-12 meses después de la interrupción del GC. No hay evidencia que respalde un enfoque específico para niños asintomáticos con SA.

7. Los niños con evidencia bioquímica de SA deben recibir dosis de estrés. Se debe considerar el tratamiento con dosis fisiológica de GC.

8. Las familias de niños con SA comprobada o sospechada deben ser educadas sobre la dosis de estrés (Tabla 4) y se las debe proveer con una tarjeta o folleto de dosificación de estrés, indicaciones para la dosis de estrés e indicaciones para buscar ayuda de emergencia. Debe considerarse el uso de una identificación de alerta médica.

9. La educación de la familia/cuidador para la administración intramuscular de hidrocortisona para uso durante una enfermedad grave o cuando no se puede tolerar la terapia oral debe considerarse para todos los niños con SA posible o comprobada, especialmente en quienes viven o viajan lejos.

Conclusiones

Si bien es relativamente poco común, la SA sintomática se puede asociar con morbilidad y mortalidad significativas. La SA sintomática puede prevenirse mediante una prescripción responsable de GC, seguimiento, reconocimiento de signos y síntomas incluyendo crecimiento deficiente, y detección y tratamiento de niños con mayor riesgo.

La educación de clínicos y padres/ pacientes en riesgo sobre la SA es esencial para reducir la morbilidad asociada con esta condición iatrogénica.

Hasta que se cuente con más evidencia, debe considerarse la consulta con un endocrinólogo cuando haya incertidumbre sobre cómo abordar el manejo de un niño o adolescente con SA posible o probada.

Los clínicos y las familias no deben perder de vista el hecho de que los GCs son esenciales para el tratamiento de muchas afecciones pediátricas y que el riesgo de SA no debería ser una barrera para su uso.

Recuadro 1. Signos y síntomas presentes asociados con supresión adrenal 

Signos/síntomas de posible supresión adrenal

  • Pobre crecimiento linear*
  • Pobre ganancia de peso
  • Anorexia
  • Náuseas/vómitos
  • Malestar
  • Debilidad/fatiga
  • Cefalea
  • Dolor abdominal
  • Mialgia/artralgia
  • Síntomas psiquiátricos

Signos de crisis adrenal

  • Hipotensión
  • Hipoglucemia (convulsiones/coma)

Signos asociados con supresión adrenal

  • Características cushingoides

*El pobre crecimiento linear se ha reportado en cerca del 50% de los pacientes con supresión adrenal sintomática.8 Adaptado de Ahmet et al.4

Tabla 1. Tipo de corticoide inhalado (CI) y dosis asociadas con riesgo aumentado de supresión adrenal*
 

CorticosteroideDosis asociada con aumento del riesgo de SA† (µg/día)
Dosificación canadiense/europea?
Dosis asociada con aumento del riesgo de SA‡ (µg/día)
Dosificación americana?
Dipropionato de beclometasona HFA26> 400> 320
Budesonide IPS 8,26
Budesonide y formoterol
≥ 800≥ 800
Ciclesonida‡> 400> 320
Propionato de fluticasona1,8,11
Fluticasona y salmeterol
≥ 500≥ 440 (HFA)
≥ 500 (IPS)
Furoato de fluticasona IPS27≥ 100≥ 100
Mometasona IPS28
Mometasona
Formoterol
≥ 800≥ 800

* Las dosis asociadas con un mayor riesgo de SA se basan en la mejor literatura disponible. Donde no hubo evidencia específica disponible del riesgo de SA en pediatría, las dosis citadas son de estudios en adultos con excepción de la ciclesonida. Debido a la falta de umbrales claros para un mayor riesgo, se recomienda que la terapia a altas dosis (definida por guías nacionales o internacionales) 20–22 alerte al médico a considerar que los pacientes están expuestos a un riesgo aumentado, reconociendo que la SA es posible incluso con dosis bajas a moderadas.

† En Estados Unidos, la dosis del inhalador se basa en la cantidad que sale de la boquilla, en lugar de la cantidad que sale del frasco; esto explica las diferencias en las dosis mencionadas (pero no reales).

‡ Si bien se ha demostrado que la ciclesonida tiene un riesgo reducido de efectos secundarios sistémicos, se han informado casos de SA con altas dosis.33

§ El furoato de fluticasona (Arnuity Ellipta y Breo Ellipta) contiene un nuevo CI potente. 100 μg diarios equivalen a 500 μg diarios de fluticasona. Esta formulación tiene un alto riesgo potencial para SA.27

SA, supresión adrenal; IPS, Inhalador de polvo seco; HFA hidrofluoroalcano; CIs, corticosteroides inhalados.

Tabla 2. Potencias relativas de glucocorticoides

 Potencia antiinflamatoriaPotencia de supresión del eje HHA†Duración de acción (hs)
Hidrocortisona (cortisol)118-12
Prednisona4412-36
Prednisolona4412-36
Metilprednisolona5512-36
Dexametasona3050 (17-100)36-72

*Las potencias de supresión del HHA deben usarse al calcular dosis equivalentes de hidrocortisona para la evaluación del riesgo de SA. †Los datos disponibles sobre la potencia relativa de supresión del HHA son limitados y ampliamente variables. Estudios de efectos supresores del crecimiento de prednisona, prednisolona, metilprednisolona y dexametasona sugieren que los efectos secundarios sobre el crecimiento en relación con los  efectos antiinflamatorios pueden ser significativamente mayores.71–73

SA, supresión adrenal; HHA, hipotalámico-hipofisario-adrenal.

Tabla 3. Pruebas de función del eje HHA: consideración de evaluación

ProcedimientoConsideraciones para la evaluación
Todas las pruebas

 • Suspender todos los GCs orales antes de la prueba en base a su duración de acción*:
- hidrocortisona × 24 horas,

- prednisona × 48 horas,

dexametasona × 72 horas

 • Consideración de un cambio a hidrocortisona antes de la prueba en niños con alto riesgo de SA*
 • Suspender CIs la noche y la mañana previas a la prueba si el
paciente está estable†

Cortisol de primera hora de la mañana‡

Prueba de 07: 00–09: 00 (óptima antes de las 08:00)
Las pruebas realizadas después de las 09:00 deben ser repetidas si son anormales

Estimulación con ACTH a baja dosis§

 Realizar la prueba en la mañana74}

 •
1 μg de análogo de corticotropina5

 • 
La longitud mínima del tubo para la administración de corticotropina reduce la posibilidad de adherencia al tubo de plástico74
 
• Cortisol extraído a los 0, 15, 30 y 60 min para niveles pico58

Estimulación con ACTH a dosis estándar

 • 250 μg de análogo de corticotropina§

 • Cortisol extraído a los 0, 30 y 60 min

 • Actualmente no hay evidencia que apoyo la prueba matutina vs. vespertina

* En algunos casos, puede ser inseguro suspender medicamentos para la duración requerida. Se puede considerar el destete a una dosis fisiológica de hidrocortisona en algunas circunstancias para facilitar las pruebas y abordar las preocupaciones de seguridad.

† En niños donde no es seguro suspender la dosis nocturna de corticosteroides inhalados, los niveles anormales de cortisol deben interpretarse con cuidado.

‡ En lactantes y niños con ciclos interrumpidos de sueño-vigilia, un cortisol matutino anormal no es diagnóstico de SA. Está indicada una prueba de provocación.

§Para lactantes: dosis de corticotropina = 15 μg/kg hasta una dosis máxima de 250 μg.

¶ Se requiere una dilución cuidadosa y administración oportuna de la corticotropina.74

** Los protocolos para pruebas de estimulación con ACTH a dosis bajas, incluyendo el tiempo de las muestras de cortisol pueden variar entre instituciones.

†† Se requieren pruebas de provocación para descartar definitivamente la SA.

ACTH, hormona adrenocorticotrópica; SA, supresión adrenal.

Tabla 4. Reemplazo de glucocorticoides y dosis de estrés

IndicaciónDosis de glucocorticoide*†
Crisis adrenal, enfermedad severa o lesión graveHidrocortisona 100 mg/m2 (máx. 100 mg) intravenosa/intramuscular, luego 100 mg/m2 (máx. 200 mg) divididos cada 6 horas o por infusión continua
Cirugía mayorHidrocortisona 50–100 mg/m2 intravenosa (máx. 100 mg) preoperatoria, luego 100 mg/m2/24 horas por vía intravenosa (máx. 200 mg) por infusión continua o dividida cada 6 horas
Cirugía menor a moderada o procedimiento que requiera anestesia generalHidrocortisona 50 mg/m2 intravenosa (máx. 100 mg) preoperatoria, luego según lo indicado por el estado clínico (dosis para enfermedad típicamente moderada × 1–2 días)

Enfermedad moderada incluyendo fiebre ≥ 38.5°C, vómitos, diarrea, resfrío severo con fatiga o lesiones

Capaz de tolerar la vía oral

30 mg/m2/día de equivalente de hidrocortisona ‡ dividido en tres veces al día hasta la resolución de los síntomas. La duración > 3 días debe ser reevaluada por el equipo de salud§

Enfermedad moderada incluyendo fiebre ≥ 38.5°C, vómitos, diarrea, resfrío severo con fatiga o lesiones

Capaz de tolerar la vía oral

La hidrocortisona debe administrarse por vía parenteral.

30–50 mg/m2/día de hidrocortisona dividida cada seis horas intravenosa o cada ocho horas intramuscular.

Consultar a endocrinología para reevaluar la dosis parenteral si el niño aún no puede tolerar la vía oral después de 24 horas de administración parenteral.

Enfermedad grave o enfermedad moderada e incapacidad de tolerar la vía oral. ANTES de llegar al departamento de emergencia

Considerar la posibilidad de enseñar la administración de hidrocortisona intramuscular en todos los pacientes con SA.

A las familias que no tienen acceso rápido a un departamento de emergencias hospitalario o quienes planean viajar a distancia (avión, campamento, etc.) se les debe enseñar la administración intramuscular de hidrocortisona.

Dosis diaria fisiológica de hidrocortisona
8 mg/m2/día de hidrocortisona al día (dividida en dos o tres veces al día si el paciente es sintomático, con dosis más altas por la mañana)

* Poca evidencia para la dosificación pediátrica. Recomendaciones basadas en la opinión de expertos y la mejor evidencia disponible.6,66–68 † Es posible que sea necesario ajustar la dosis en niños que reciben inductores de CYP3A4. Debe consultarse a Endocrinología en estos casos.

‡ En niños bajo terapia activa a dosis ≥ 30 mg/m2/día de equivalente de hidrocortisona (≥ 7,5 mg/m2/día de prednisona), se pueden lograr dosis de estrés para enfermedad leve a moderada dividiendo la dosis terapéutica de prednisona que se administrará dos veces al día (es decir, la dosis terapéutica es suficiente para la cobertura de estrés). Una vez que ya no se necesita glucocorticoide terapéutico, se debe administrar la dosis de estrés usando hidrocortisona.

§ La duración frecuente o prolongada de la dosis de estrés puede contribuir a supresión adrenal. No se requiere dosis de estrés para pacientes con síntomas muy leves como secreción nasal persistente.

SA, Supresión adrenal; DE, Departamento de emergencias.

Comentario

Los glucocorticoides en sus diversas formas de administración son esenciales para el tratamiento de muchos trastornos pediátricos, con resultados en general satisfactorios.

Sin embargo, su uso prolongado o inadecuado puede llevar a supresión adrenal, un posible efecto secundario que puede asociarse con morbi-mortalidad significativa.

La supresión adrenal sintomática puede evitarse haciendo un uso racional de la medicación, realizando un seguimiento adecuado para detectar signos o síntomas sugestivos, tratando los casos sintomáticos y trabajando en conjunto con los especialistas y las familias para el manejo adecuado del paciente bajo tratamiento prolongado con glucocorticoides.

Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol