Un estudio caracteriza nuestros círculos de amistad

¿Cuál es el límite de amigos que puede manejar nuestro cerebro?

"Lo que nuestra teoría predice y hemos podido comprobar ahora es que, potencialmente, personas con una elevada capacidad cognitiva, podrían ampliar el círculo de amistades íntimas"

Autor/a: Ignacio Tamarit, José A. Cuesta, Robin I. M. Dunbar, and Angel Sánchez

Fuente: Cognitive resource allocation determines the organization of personal networks

Introducción

El análisis y modelado de redes sociales es un tema ampliamente estudiado. Se han propuesto varios modelos en diferentes disciplinas, como física estadística e informática, economía, estadísticas o sociología. Todos estos modelos pretenden explicar las propiedades comúnmente observadas de las redes sociales, incluida la estructura de la comunidad, la alta agrupación, las correlaciones de grados, etc.

Con este fin, el enfoque se centra en las propiedades macroscópicas de las redes, manteniendo lo más simple posible las suposiciones sobre las personas involucradas. Los observables macroscópicos surgen entonces como consecuencia de las interacciones entre los constituyentes del sistema.


Resumen

Contamos con un promedio de 3 ó 5 personas con las que tenemos una relación muy estrecha (amigos íntimos y/o familia), alrededor de 10 buenas amistades, un grupo más amplio de unas 30-35 personas con las que tratamos frecuentemente y un centenar de conocidos en nuestro día a día.

Es decir, nos relacionamos habitualmente con unas 150 personas. Se trata del "número de Dunbar" que indica el límite de amigos que puede manejar nuestro cerebro, según la teoría formulada en los años noventa por el profesor de antropología de la Universidad de Oxford, Robin Dunbar, que también participa en este nuevo estudio científico.

"Lo que nuestra teoría predice y hemos podido comprobar ahora es que, potencialmente, personas con una elevada capacidad cognitiva, podrían ampliar el círculo de amistades íntimas", explica uno de los autores del estudio publicado en PNAS, Anxo Sánchez, catedrático del departamento de Matemáticas de la UC3M.

Esto también ocurre en las comunidades pequeñas, cuando hay pocas personas accesibles para establecer una relación, lo que conduce a que se amplíe el círculo de amistades más estrechas entre la gente disponible: "Es la primera vez, hasta donde sabemos, que una teoría puramente matemática, basada en un principio físico básico (el de máxima entropía) predice un fenómeno o estructura social", señala Anxo Sánchez.

"Si se tienen muchísimas relaciones, tiene que ser al coste de que casi todas sean superficiales"

Algo similar ocurre a la inversa, según los investigadores. "No podemos tener relaciones con unas 150 personas y que todas sean íntimas. Por tanto, si se tienen muchísimas relaciones, tiene que ser al coste de que casi todas sean superficiales", señala otro de los autores del estudio, Ignacio Tamarit, del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos de la UC3M, que desarrolla su tesis doctoral sobre este tema.

A la hora de iniciar el estudio, realizado con el apoyo del programa de Ayudas a Equipos de Investigación Científica de la Fundación BBVA en el área de Economía y Sociedad Digital, los investigadores partieron de la hipótesis de que las relaciones humanas conllevan distinto nivel de esfuerzo dependiendo de la intensidad emocional y que la capacidad de gestionarlas es limitada.

Mediante técnicas estándar de física estadística, calcularon la organización en círculos de amistad y plantearon la idea del régimen invertido (que en comunidades pequeñas con menos relaciones la intensidad de las mismas es mayor).

Para comprobarlo, se utilizaron datos de comunidades casi aisladas de inmigrantes - proporcionadas por un antropólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona, José Luis Molina - y tras aplicar el modelo teórico encontraron las evidencias que buscaban: "Nuestro modelo explica el surgimiento de la estructura en la organización de las redes personales", señala otro de los investigadores, José Cuesta, catedrático del departamento de Matemáticas de la UC3M.

Este estudio se enmarca en IBSEN (Bridging the Gap: From Individual Behaviour to the Socio-tEchnical MaN), un proyecto de investigación europeo (FET Open Research and Innovation Action, H2020 Grant Agreement 662725) coordinado por la UC3M que estudia el comportamiento de las personas a nivel individual, sobre todo cuando están conectadas por nuevas tecnologías como los teléfonos móviles o las redes sociales.

Discusión

Presentamos un modelo simple de interacción social que reproduce de forma natural la estructura estratificada de redes sociales personales en la que cada capa sucesiva incluye desproporcionadamente más alteraciones.

Este modelo revela un hallazgo inesperado, a saber, que en una proporción de casos surgió una estructura inversa en la que se encuentran más alteraciones en las capas internas. Estas redes de estructura inversa están asociadas con redes más pequeñas que las habituales y parecen implicar que los individuos tienen una cantidad (más o menos) fija de capital cognitivo (indexada como tiempo disponible para invertir en alteraciones) que pueden extenderse finamente entre muchos cambios o de forma espesa entre menos alteraciones.

La opción que elija un individuo puede depender de su personalidad [los introvertidos optan por redes más pequeñas] o del tamaño de la comunidad de la que él o ella es miembro (como parece ser el caso aquí con el inmigrante). comunidades donde las oportunidades de interacción social parecen estar restringidas a un pequeño número de personas por exclusión social).

Significado

Nuestra capacidad para mantener relaciones es limitada

La forma en que organizamos nuestras relaciones sociales es clave para entender la estructura de nuestra sociedad. Proponemos una teoría cuantitativa para abordar este problema, asumiendo que nuestra capacidad para mantener relaciones es limitada y que los diferentes tipos de relaciones requieren inversiones diferentes.

La teoría da cuenta de evidencia empírica bien documentada en redes personales, de modo que las conexiones se organizan típicamente en capas de tamaño creciente y contenido emocional decreciente. Más interesante aún, predice que cuando el número de relaciones disponibles es pequeño, esta estructura se invierte, teniendo más relaciones cercanas que las conocidas.

Brindamos evidencia de la existencia de ambos regímenes en comunidades reales y analizamos las consecuencias de estos hallazgos en nuestra comprensión de los grupos sociales.


Referencia bibliográfica:

Cognitive resource allocation determines the organisation of personal networks. Ignacio Tamarit, José A. Cuesta, Robin I. M. Dunbar y Ángel Sánchez. Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), 23 de julio de 2018. DOI: http://www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1719233115