ANTECEDENTES
La insuficiencia cardiaca (IC) avanzada se caracteriza por una morbilidad y mortalidad elevadas. El tratamiento convencional puede no reducir suficientemente el sufrimiento ni optimizar la calidad de vida del paciente.
En los últimos 25 años se han realizado avances importantes en la identificación y el uso de tratamientos que modifican el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca (IC) (1).
Lamentablemente, es frecuente que estos tratamientos no consigan prevenir la progresión de la enfermedad con el paso del tiempo. La descompensación aguda de la IC continúa siendo la causa más frecuente de hospitalización en la población de Medicare, y ello resalta la importancia de salud pública de este problema.
Además, la progresión de la IC es una experiencia que causa miedo e incomodidad a los pacientes, con secuelas tanto físicas como psicológicas. Por lo que respecta a estas últimas, los pacientes con IC sufren con frecuencia depresión, mala calidad de vida y desasosiego espiritual (4,5).
Las tasas elevadas de mortalidad y la mala calidad de vida de los pacientes con IC a pesar del uso de los tratamientos actuales sugieren que es necesario un nuevo enfoque en el manejo de estos pacientes (6–8). Un enfoque que ha resultado prometedor en los pacientes con cáncer avanzado y otras enfermedades graves son los cuidados paliativos un planteamiento interdisciplinario diseñado para mejorar los síntomas, el dolor y la calidad de vida.
Para evaluar el valor añadido que aportan los cuidados paliativos en los pacientes con IC es necesario un enfoque claro centrado en los resultados percibidos por el paciente, en especial el alivio del sufrimiento y la mejora de la calidad de vida a medida que progresa la enfermedad.
OBJETIVOS
Los autores investigaron si una intervención interdisciplinaria de cuidados paliativos, agregada a la asistencia de la IC basada en la evidencia mejora determinados resultados.
MÉTODOS
Los autores aleatorizaron a 150 pacientes con IC avanzada entre el 15 de agosto de 2012 y el 25 de junio de 2015, asignándoles la asistencia habitual (AH) (n = 75) o la AH más una intervención de cuidados paliativos (AH + PAL) (n = 75) en un único centro. Las variables de valoración principales fueron 2 medidas de la calidad de vida, el resumen global del Kansas City Cardiomyopathy Questionnaire (KCCQ) y la escala Functional Assessment of Chronic Illness Therapy–Palliative Care (FACIT–Pal), evaluada a los 6 meses. Las variables de valoración secundarias fueron las evaluaciones de la depresión y la ansiedad (mediante la Hospital Anxiety and Depression Scale [HADS]), el bienestar
espiritual (mediante la escala FACIT–Spiritual Well-Being [FACIT–Sp]), las hospitalizaciones y la mortalidad.
RESULTADOS
Los pacientes aleatorizados a AH + PAL, en comparación con los aleatorizados a la AH sola, presentaron una mejora significativamente superior en las puntuaciones de KCCQ y FACIT–Pal entre la asignación aleatoria y la evaluación realizada a los 6 meses (diferencia de KCCQ = 9,49 puntos, intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,94 a 18,05, p = 0,030; diferencia de FACIT–Pal = 11,77 puntos, IC del 95%: 0,84 a 22,71, p = 0,035).
Hubo una mejora de la depresión en los pacientes con AH + PAL (diferencia de HADS-depresión = –1,94 puntos; p = 0,020) en comparación con los pacientes con AH sola, y se observaron resultados similares con la ansiedad (diferencia de HADS-ansiedad –1,83 puntos; p = 0,048).
El bienestar espiritual mejoró en los pacientes con AH + PAL en comparación con AH sola (diferencia de FACIT–Sp = 3,98 puntos; p = 0,027). La asignación aleatoria a AH + PAL no afectó a la rehospitalización ni a la mortalidad.
CONCLUSIONES
Una intervención de cuidados paliativos interdisciplinaria en pacientes con IC avanzada mostró un beneficio uniformemente superior al de la AH sola en lo relativo a la calidad de vida, la ansiedad, la depresión y el bienestar espiritual. (Palliative Care in Heart Failure [PAL-HF]; NCT01589601) (J Am Coll Cardiol 2017;70:331–41).
© 2017 American College of Cardiology Foundation