26 de Junio

Día Internacional de la lucha contra la drogadicción

Pese a los redoblados esfuerzos de la comunidad internacional, el problema mundial de las drogas sigue poniendo en grave peligro la salud y la seguridad pública y el bienestar de la humanidad, en particular de los niños y los jóvenes

Autor/a: Informe de las Naciones Unidas

Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas
26 de junio

Tema de 2015: Desarrollo - Para nuestras vidas - Para nuestras comunidades - Para nuestras identidades - Sin drogas
 

Las drogas ilícitas siguen planteando un peligro para la salud de la humanidad. Por ello, las drogas están, y deben seguir estando, controladas.

Pese a los redoblados esfuerzos de la comunidad internacional, el problema mundial de las drogas sigue poniendo en grave peligro la salud y la seguridad pública y el bienestar de la humanidad, en particular de los niños y los jóvenes. Además, amenazan la seguridad nacional y la soberanía de los Estados y socavaba la estabilidad socioeconómica y política, así como el desarrollo sostenible.

Informe Mundial sobre las Drogas

El resumen del Informe Mundial sobre las Drogas Documento PDF suministra una visión de conjunto anual sobre el estado de este asunto en diferentes categorías, desde la producción al tráfíco, incluyendo el consumo.

Campaña de sensibilización

La UNODC lidera una campaña mundial de sensibilización sobre el peligro que las drogas ilícitas representan para la sociedad. Tiene como objetivo movilizar el apoyo público y motivar a las personas a actuar contra del abuso de drogas.

La UNODC invita a los individuos, las organizaciones sin fines de lucro, el sector privado y los Estados miembros a promover todas las actividades de sensibilización como sean posibles y a que participen a través de:

La organización de actos institucionales para conmemorar el 26 de junio el Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de drogas.
La difusión del mensaje de la campaña a través de sus redes y contactos.
La publicación del lema de la campaña y el logotipo en productos promocionales, sitios web y redes sociales.
La donación de fondos para su ONG local en apoyo a los esfuerzos de prevención y tratamiento de drogas, o hacer contribuciones en especie a la campaña y eventos relacionados

«Todos tenemos un papel que desempeñar para proteger a la juventud de las sustancias peligrosas.»


«Las iniciativas contra el tráfico ilícito de drogas deben estar vinculadas con nuestra labor para promover oportunidades a través del desarrollo sostenible y equitativo. Debemos esforzarnos continuamente por fortalecer a las personas débiles y frágiles

Mensaje del Secretario General Ban Ki-moon
26 de junio de 2015

 






El consumo de drogas y sus consecuencias sanitarias y sociales:


El consumo de drogas sigue causando un daño considerable, reflejado en la pérdida de vidas valiosas y años productivos de muchas personas. En 2012 se informó de un total aproximado de 183.000 muertes relacionadas con las drogas (margen de variación: 95.000 a 226.000). Esa cifra se corresponde con una tasa de mortalidad de 40,0 (margen de variación: 20,8 a 49,3) muertes por millón en la población de entre 15 y 64 años. Aunque ese cálculo es inferior al de 2011, dicha reducción puede atribuirse al número menor de fallecimientos que indicaron algunos países de Asia.

A nivel mundial, se calcula que en 2012 entre 162 y 324 millones de personas, es decir del 3,5% al 7,0% de la población de entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una vez alguna droga ilícita, principalmente sustancias del grupo del cannabis, los opioides, la cocaína o los estimulantes de tipo anfetamínico.
El consumo de drogas problemático −por consumidores habituales y personas que sufren trastornos de consumo o dependencia− se mantiene estable en una cifra situada entre los 16 y los 39 millones de personas.

Sin embargo, subsisten deficiencias en la prestación de servicios, y en los años recientes solo uno de cada seis consumidores de drogas problemáticos del mundo ha tenido acceso a tratamiento de la drogodependencia cada año. Aunque el público en general tal vez considere que el cannabis es la menos dañina de las drogas ilícitas, en el último decenio ha aumentado notoriamente el número de personas que se somete a tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de esa sustancia, especialmente en América, Oceanía y Europa. De cualquier modo, los opiáceos siguieron siendo la principal droga objeto de abuso entre las personas acogidas a tratamiento en Asia y Europa, y la cocaína lo fue en América.

Con respecto al consumo de drogas por inyección, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS), basándose en los datos más recientes, estiman conjuntamente que hay 12,7 millones de consumidores de drogas por inyección (margen de variación: 8,9 millones a 22,4 millones). Esa cifra se corresponde con una prevalencia del 0,27% (margen de variación: 0,19% a 0,48%) de la población de entre 15 y 64 años2.

El problema es especialmente grave en Europa oriental y sudoriental, donde la tasa de consumo de drogas por inyección es 4,6 veces superior al promedio mundial.
El hecho de compartir equipos de inyección expone especialmente a quienes se inyectan drogas al VIH y la hepatitis C.

Se calcula que una media del 13,1% de esas personas viven con el VIH. La UNODC, el Banco Mundial, la OMS y el ONUSIDA calcularon conjuntamente que en el mundo hay aproximadamente 1,7 millones de consumidores de drogas por inyección que viven con el VIH (margen de variación: 0,9 a 4,8 millones). Esa situación impera especialmente en dos regiones del mundo, Asia sudoccidental y Europa oriental y sudoriental, donde se calcula que la prevalencia del VIH entre esos consumidores es del 28,8% y el 23,0%, respectivamente. Se estima que más de la mitad de los consumidores de drogas por inyección están infectados por la hepatitis C.

Hacer frente al VIH entre los consumidores de drogas por inyección, mediante un amplio conjunto de nueve intervenciones de base empírica3, en el marco de lo que se conoce también como “servicios de reducción del daño”, es un aspecto importante de la respuesta mundial para contener la propagación del VIH. De esas intervenciones, las cuatro más eficaces para la prevención, el tratamiento y la atención del VIH son los programas de intercambio de agujas y jeringuillas, la terapia de sustitución de opioides (u otro tratamiento de la drogodependencia basado en datos empíricos, en el caso de quienes se inyectan drogas que no sean opioides), las pruebas de VIH, la orientación a ese respecto y la terapia antirretroviral.

La cobertura de las cuatro intervenciones más eficaces es mayor en Europa occidental y central, donde las intervenciones orientadas a la reducción del daño se vienen intensificando desde hace más de un decenio, lo que ha significado una reducción del número de nuevos diagnósticos de VIH entre los consumidores de drogas por inyección y de las muertes relacionadas con el SIDA atribuidas al consumo poco seguro de drogas por inyección. Sin embargo, los recientes brotes de VIH entre esos consumidores en algunas zonas de Europa demuestran que la situación de la epidemia del VIH puede cambiar muy rápidamente si se reducen los servicios y las intervenciones.

Se ha demostrado ampliamente que un porcentaje muy elevado de los consumidores de drogas por inyección tiene un historial de reclusión. Además, el consumo de drogas, en particular por inyección, es muy frecuente entre los reclusos. En las cárceles, la escasez de servicios de atención de salud y la falta de acceso a ellos —en particular la falta de servicios de prevención, tratamiento y atención del VIH y de tratamiento de la drogodependencia— es un problema grave, porque los reclusos deberían tener, como mínimo, acceso a servicios equivalentes a los que se prestan al público en general.

Por ejemplo, en Europa el porcentaje de presos que habían consumido alguna sustancia ilícita en la cárcel era de entre el 4% y el 56%.
En Europa, la crisis financiera parece haber repercutido en las modalidades de consumo de drogas, lo que ha tenido consecuencias sanitarias y sociales conexas. Aunque todavía no hay datos exhaustivos, en algunas partes de Europa parecen haberse presentado dos fenómenos paralelos a esa crisis. En primer lugar, parece haber variado la pauta del consumo de drogas, lo que se refleja a veces en un mayor grado de riesgo; en segundo lugar, ha disminuido la cobertura de los servicios de reducción del daño, lo que, conforme a las investigaciones recientemente publicadas, ha aumentado la probabilidad de que el consumo de drogas por inyección se haga en condiciones poco seguras, lo que influye en la propagación de las infecciones o por el VIH y la hepatitis C.