Un hombre de 50 años de edad se presentó a nuestro departamento de neurocirugía en enero de 2013, con una historia de dos semanas de dolor de cabeza con empeoramiento constante que afectaba a todo el cráneo. No tenía antecedentes de trauma, pero informó haber sacudido la cabeza en un concierto de Motorhead cuatro semanas antes.
Su historial médico no tenía nada especial y negó el uso indebido de sustancias. Estudios y exámenes de laboratorio neurológicos, incluyendo la detección de trastornos de la coagulación fueron normales. La tomografía computada craneal mostró un hematoma subdural crónico del lado derecho, con desplazamiento de la línea media pronunciada (figura). Se sometió a la evacuación del hematoma por trepanación y se implantó un sistema de drenaje subdural cerrado durante seis días después de la cirugía.1 Su dolor de cabeza fue resuelto y el paciente dado de alta después de ocho días.
Luego de dos meses de seguimiento el paciente estaba libre de síntomas neurológicos. La repetición de la TAC craneal mostró una resolución completa de la acumulación de líquido subdural, y un quiste aracnoideo en la fosa craneal media derecha (grado I Galassi), que inicialmente había sido interpretado como un hematoma en la punta del lóbulo temporal como extensión del hematoma subdural (figura).
(A) Preoperatorio: hematoma subdural crónico (20 mm) con desplazamiento dee la línea media. (B) Postoperatorio muestra resolución del hematoma y quiste aracnoideo temporal.
La sacudida de la cabeza es una forma de danza contemporánea que consiste en movimientos de flexión-extensión bruscos de la cabeza al ritmo de la música rock, más comúnmente visto en el género del heavy metal.
Aunque generalmente se considera inofensivo, las complicaciones de salud atribuidos a esta práctica incluyen la disección de la arteria carótida, el enfisema mediastínico, las lesiones por latigazo cervical, y la fractura odontoide.2 La costumbre de sacudir la cabeza (headbanging en inglés) se introdujo a principios de 1970.
El número de aficionados ávidos es desconocido. Su asociación con el género del heavy rock fue popularizado por bandas como Motörhead, que también fue fundamental en la creación del subgénero speed metal, donde se aspira a ritmos superiores a 200 ciclos por minuto. Aunque tales programas son agradables y estimulantes para el público, algunos fans podrían estar en peligro por caer en un “headbanging” excesivo.
Una revisión de la literatura mostró tres casos de hematoma subdural secundario a headbanging.3-4-5 Dos de ellos fueron clasificados como hematomas subagudos y uno fue un hematoma agudo que condujo a la muerte súbita del paciente.
Al igual que en nuestro caso, un paciente tenía un quiste aracnoideo en la fosa craneal media, ipsilateral al haematoma.5 Los quistes aracnoideos son generalmente asintomáticos y se descubren por casualidad. Estos quistes a veces causan síntomas, ya sea a causa de la ampliación progresiva y de su efecto de masa sobre las estructuras nerviosas adyacentes, o por hemorragia subdural traumática intraquística o por rotura de puentes venosos que rodean el quiste. El riesgo anual de hemorragia se estima en menos de 0,1%.
Nuestro paciente no tenía antecedentes de trauma de cráneo, por lo que suponemos que el “headbanging”, con sus bruscos movimientos de fuerzas aceleración y desaceleración hacia delante y hacia atrás, dio lugar a la ruptura de las venas que causaron la hemorragia en el espacio subdural. La existencia de un quiste aracnoideo en la fosa craneal media debe ser considerada como un factor de predisposición, lo que hace al cerebro susceptible a la hemorragia en el espacio subdural.
Este caso sirve como prueba en apoyo de la reputación de Motörhead como uno de las bandas de rock and roll con actuaciones más intensas (hardcore) del mundo, entre otras cosas debido a la velocidad contagiosa del ritmo y al potencial peligro para los fans de sufrir una lesión cerebral por sacudidas de la cabeza.