Terapia de mantenimiento

Rituximab alivia la nsiedad en pacientes con linfoma folicular

"La terapia estandarizada de los pacientes asintomáticos con enfermedad no voluminosa sigue siendo la observación".

Por Frederik Joelving

NUEVA YORK (Reuters Health) - En un ensayo clínico, la terapia de mantenimiento con rituximab redujo la ansiedad asociada con el cáncer frente a la espera vigilada en pacientes sin síntomas con linfoma folicular "no voluminoso" avanzado.

El fármaco también difirió la necesidad de administrar quimioterapia o radioterapia, pero no influyó en la supervivencia general o el aumento de la agresividad del cáncer.

En la revista The Lancet Oncology, los autores sugieren que la monoterapia con rituximab debería considerarse "una terapia estándar" para muchos pacientes con linfoma folicular asintomático y con baja carga tumoral.

"Si el médico o el paciente optan por diferir la quimioterapia, la monoterapia con rituximab permitiría alcanzar ese objetivo con una mejor calidad de vida si se administra de manera extendida", dijo el autor principal, doctor Kirit Ardeshna, del Hospital del University College de Londres.

Fuera del estudio, los especialistas se mostraron más escépticos.

"Este estudio no garantiza dos años de depleción linfocitaria en curso con rituximab en pacientes sin síntomas y baja carga de la enfermedad", dijo el doctor Jeremy Abramson, responsable del Programa de Linfomas del Hospital General de Massachusetts, en Boston.

"Desde mi punto de vista, la terapia estandarizada de los pacientes asintomáticos con enfermedad no voluminosa sigue siendo la observación", añadió Abramson.

El equipo de Ardeshna estudió a un grupo de pacientes de varios países que, al azar, utilizaron rituximab como terapia de inducción (375 mg/m2 semanales durante cuatro semanas), rituximab como terapia de mantenimiento (inducción seguida de 12 infusiones durante dos años) o espera vigilada.

El grupo tratado con terapia de inducción se cerró anticipadamente y el estudio se corrigió para finalizar con dos grupos. El estudio fue abierto.

Ambos grupos incluían 192 pacientes bajo tratamiento de mantenimiento con rituximab y 187 pacientes "vigilados". El seguimiento duró unos 46 meses.

A los tres años, el 46 por ciento de los pacientes en espera vigilada no necesitó un nuevo tratamiento, comparado con el 88 por ciento del grupo en mantenimiento con rituximab. La supervivencia sin progresión de la enfermedad fue, respectivamente, del 36 y el 82 por ciento.

No se observó una diferencia significativa entre los grupos en el intervalo hasta la transformación confirmada por biopsia o en la supervivencia general. A los tres años, la sobrevida fue del 94 por ciento con la espera vigilada y del 97 por ciento con rituximab.

Los pacientes en mantenimiento con el fármaco sentían que tenían más control de la situación que los pacientes en espera vigilada, según lo reveló en los primeros siete meses la escala denominada Ajuste Mental al Cáncer (8,4 versus -3,2 puntos), y sentían menos ansiedad para tratar con el equipo médico, según se pudo conocer con la escala de Estilo para Sobrellevar la Enfermedad (2,9 versus -5 puntos).

La terapia de inducción, el brazo del estudio que se cerró anticipadamente, también había retrasado la necesidad de tratamiento al compararla con la espera vigilada, aunque no mejoró la calidad de vida.

Dos pacientes tratados con rituximab no recibieron la inducción completa por toxicidad y el 19 por ciento de los pacientes en mantenimiento no finalizó las 12 dosis, ya sea por el avance de la enfermedad o una nueva terapia.

En los dos grupos tratados con el fármaco se detectaron 18 eventos adversos graves posiblemente, probablemente o definitivamente asociados con la terapia.

"El mensaje es que las terapias de inducción (y) de mantenimiento con rituximab son opciones, pero no representan un avance importante en términos de curación o de aumento de la supervivencia", dijo la doctora Sonali Smith, que dirige el Programa de Linfomas de la University of Chicago y no participó del estudio.

"Los efectos secundarios son importantes, pero los promotores de esta terapia dirán también que se pueden revertir en la mayoría de los pacientes", agregó Smith.

"Aun así, no suelo utilizar rituximab para el mantenimiento en esta población por la ausencia de beneficios para la sobrevida de los pacientes (y) la probabilidad de alguna toxicidad de bajo grado", indicó la experta.

Abramson destacó que rituximab funciona bien a medida que avanza el curso de la enfermedad. Señaló que administrarlo en los casos con enfermedad asintomática y no voluminosa generalmente no aumentará el riesgo.

Roche financió parcialmente el estudio. La empresa comercializa rituximab en Europa. Ardeshna y varios coautores declararon tener alguna relación económica con Roche.

FUENTE: The Lancet Oncology