Maxi zapatea en el hall de entrada del hospital de niños Pedro de Elizalde. Lucas aplaude al compás de la música. Micaela se ríe. Ninguno de los tres supera los diez años. Ninguno de los tres cumple con la regla. "Silencio, hospital" es una consigna que queda en segundo plano en Barracas. Algunos médicos, enfermeras, los padres y los nenes que se fueron a atender hacen un semicírculo y miran a los siete músicos de distintas orquestas sinfónicas que están tocando. "Un espacio donde se desdibuja la línea entre el músico y el oyente, el sano y el enfermo, el feliz y el infeliz". Ese es uno de los tantos objetivos que mueven a los integrantes de "Música para el alma", un proyecto independiente que acerca desde melodías infantiles hasta arias de óperas a distintos hospitales, escuelas y cárceles. "Vamos a todo lugar donde haya personas en situaciones difíciles", dicen ellos.
Jorge Bergero, chelista de la orquesta estable del Teatro Colón, es uno de los que impulsa el proyecto que este año llegó a reunir a más de 100 músicos en el hospital Garrahan. "Hoy sólo vinimos siete porque el director no nos dejó ser más", explica Jorge mientras organiza con los otros músicos en qué lugares del hospital tocarán.
La orquesta que llenó de vida el hospital de niños Elizalde. Foto: LA NACION / Guadalupe Aizaga
En el Elizalde, comenzaron el show en el salón de juegos del servicio de hemato-oncología de la Fundación Flexer, que ayuda a los niños con cáncer. Allí, interpretaron desde piezas clásicas como "El oboe de Gabriel" hasta las populares "El payaso plim plim" o "Canción para tomar el té". Los chicos, que al principio estaban distraídos con sus juegos, se fueron atrapando con la música y terminaron aplaudiendo al ritmo de una pieza clásica.
Luego, cuando tocaron en el hall de entrada por casi 20 minutos, los pacientes de distintos salones se acercaron y se juntaron más de 100 personas para escucharlos. Con el mismo repertorio que antes, el momento más emotivo fue cuando los músicos y la gente unieron sus voces en "El himno de la alegría".
Antes de irse, los músicos pidieron pasar por el pabellón de internación y, en el pasillo, interpretaron tres piezas entre las que se destacó el "O mio babbino caro", de Puccini. "En todos los hospitales pedimos abrir las puertas de las habitaciones y que nos escuchen. Parece raro al principio, pero se genera una conexión con los pacientes que los saca de esa rutina de estar en el hospital todo el día, en la habitación, por ahí con mucha incomodidad o pasando una situación de dolor físico", explicó Bergero.
"Cuando nos escuchan se conectan con una parte que ellos tienen dentro, que es lo esencial. La música en vivo transmite una energía muy sanadora, y en nosotros produce también una conexión muy profunda porque va más allá del resultado, de lo que suena, es simplemente estar presente a través del arte, y eso genera una conexión muy linda", agregó.
Un proyecto que nació del amor y del dolor
El proyecto nació en 2011 a través de una situación de mucho dolor que fue la enfermedad de una música muy joven, María Eugenia Rubio, la novia de Bergero. "En su último año de vida empezó a generar estos conciertos. Es decir, ella no podía tocar y empezamos a ir nosotros al lugar donde se atendía y ahí nos dimos cuenta que era muy diferente lo que sentíamos haciendo esos conciertos para esa gente que estaba pasando por situaciones tan difíciles", contó Jorge.
Luego de un año en el que tocaron en la Fundación Salud, "Música para el alma" se animó a salir a otros lugares y organizaron conciertos una vez al mes en Buenos Aires. Con el tiempo, el proyecto se expandió y ahora también están en Córdoba, Mendoza, Misiones, Neuquén y Salta.
"Todo el mundo tiene esas ganas de ayudar, lo que generamos es un espacio para que eso se organice. Nosotros lo que hacemos es mandar por mail una convocatoria y van los músicos que se anotan", explica Jorge.
"Es una energía que nos trasciende y que va más allá de lo que estamos haciendo nosotros. Estamos generando algo que se va replicando en otros lugares y va a haber mucha más música para el alma por mucho tiempo y en todos lados", sueña.
Quiénes participan. Los integrantes de "Música para el Alma" pertenecen a las siguientes orquestas profesionales: Orquesta Sinfónica Nacional, Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, Orquesta Filarmónica del Teatro Colón, Orquesta Estable del Teatro Colón, Orquesta del Tango de Buenos Aires, Camerata Bariloche y Coro Estable del Teatro Colón..