Por Will Boggs
NUEVA YORK (Reuters Health) - Una revisión sistemática de la literatura médica demuestra que para reducir el riesgo de desarrollar celiaquismo el mejor momento para incluir el gluten en la alimentación de un bebé lactante sería entre los cuatro y seis meses de edad.
Esa edad coincide con la recomendación de la Comisión de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN, por su sigla en inglés).
Aun así, los autores del estudio aclaran que las pruebas no son sólidas y que los datos que respaldan el consumo de gluten entre los cuatro y siete meses de vida son sólo de lactantes.
El equipo de la doctora Hania Szajewska, de la Universidad Médica de Varsovia (Polonia), está realizando el estudio PREVENTCD para investigar la viabilidad de la inducción de la tolerancia al gluten en niños genéticamente predispuestos mediante la administración de pequeñas cantidades de gluten durante el período de lactancia materna, con la idea de prevenir la enfermedad celíaca.
Los resultados no estarán disponibles hasta después del 2013.
Mientras tanto, el equipo realizó una revisión de la literatura médica y los resultados, publicados en Alimentary Pharmacology and Therapeutics, resumen el conocimiento actual de la relación probable entre la lactancia y el riesgo de desarrollar autoinmunidad celíaca.
Los estudios revisados dejaron sin respuesta a la pregunta de si la lactancia previene la enfermedad celíaca. Una revisión sistemática no mostró una relación clara, dos estudios arrojaron resultados contradictorios, y otros 11 mostraron que la lactancia breve no aumentaba el riesgo de que los bebés desarrollen enfermedad celíaca.
Sin embargo, la lactancia materna al momento de introducir el gluten en la alimentación de los bebés aparentemente reducía un 50 por ciento aquel riesgo.
Las causas de la relación entre el momento de la primera exposición al gluten y la enfermedad celíaca se desconocen, ya que varios estudios utilizaron distintos valores de corte para analizar la oportunidad de esa exposición.
Por ejemplo, un estudio demostró que introducir el gluten a partir de los cuatro meses de edad reducía un tercio el riesgo, mientras que otro estudio mostró cómo aumentaba ese riesgo cuando la exposición comenzaba a los siete meses de edad (versus la ventana de exposición entre los cuatro y seis meses de vida).
La mayoría del resto de los estudios no identificó una relación entre la primera exposición al gluten y el riesgo futuro de desarrollar enfermedad celíaca.
En el único estudio sobre la cantidad de gluten utilizado, el riesgo de desarrollar enfermedad celíaca aumentó con el consumo de grandes cantidades antes de los dos años de edad versus otras dosis. Este efecto no se detectó en los niños más grandes.
Con estos resultados, Szajewska concluyó: "Pienso que las pruebas disponibles respaldan la recomendación del Comité de Nutrición de la ESPGHAN de que debería evitarse la exposición infantil temprana (<4 meses de edad) y tardía (7 meses o más) al gluten, que debería incorporarse a la alimentación mientras el bebé aún recibe leche materna".
FUENTE: Aliment Pharmacol Ther, 2012.