Por Jonathan Allen
NUEVA YORK (Reuters) - Una mujer de Nueva York que donó un riñón para ayudar a su jefa enferma a mejorar su posición en la lista de espera para un trasplante, dice que fue despedida poco después de la operación, según una queja presentada ante la División de Derechos Humanos del Estado de Nueva York.
Deborah Stevens dijo que su ex empresa, Atlantic Automotive Group, la discriminó por las incapacidades derivadas de complicaciones de la intervención quirúrgica, y que prevé demandar a la compañía por ganancias perdidas y daños.
La empresa, que gestiona un negocio de distribución de coches en Long Island, dijo que la denuncia de Stevens carecía de sustento.
"Mi representada es una mujer de buena intención que estaba tratando de salvar una vida y en cuanto lo hizo, todo cambió", dijo el abogado de Stevens, Lenard Leeds, el martes.
"Cuando quiso tomarse tiempo libre, le regañaron, le gritaron", dijo. "En vez de compadecerse, fueron muy hostiles hacia ella", agregó.
Stevens explicó que supo que Jacqueline Brucia, que trabajaba en Atlantic Automotive, necesitaba un riñón en noviembre del 2010. Stevens trabajaba también allí pero en ese momento había sido trasladada temporalmente a Florida.
Stevens dice que comunicó a Brucia que donaría un riñón.
"Brucia lo rechazó pero le dijo: 'nunca sabes, igual te tomo la palabra un día'", indica la demanda.
Stevens tuvo conocimiento de que la empresa la contrataría de nuevo tras su regreso a Nueva York y un poco más tarde, Brucia le dijo que un donante potencial no había recibido el visto bueno del hospital y le preguntó si seguía dispuesta a donar.
Stevens ahora piensa que Brucia estaba "preparando (a Stevens) para que fuera su plan B", señala la denuncia.
El riñón de Stevens no era compatible para Brucia, pero esta accedió a donárselo a un extraño en St. Louis, Missuri, iniciando una cadena de donantes que permitió a Brucia recibir un riñón más compatible de un donante en San Francisco.
La operación se realizó en agosto y volvió al trabajo un mes más tarde. La intervención le dañó unos nervios de la pierna y le generó problemas digestivos y de salud mental, según sus abogados.
En el trabajo, Brucia se volvió "brusca y desdeñosa", indicó la demanda. Stevens dijo que le recriminaron tomarse días por enfermedad y le obligaron a cambiarse a una oficina menos deseable tras quejarse a recursos humanos del comportamiento de Brucia.
El 11 de abril, la compañía la despidió, citando motivos de rendimiento.
La demanda ante la división de Derechos Humanos es un paso previo necesario antes de una demanda federal contra Brucia y la empresa, dijo su abogado.
Brucia no respondió los llamados realizados para brindar su opinión sobre el tema.
Atlantic Automotive difundió un comunicado que decía: "Es desafortunado que una empleada use un gesto generoso propio para efectuar un reclamo sin sustento".
"Atlantic Auto la ha tratado de forma adecuada y actuó de forma honorable y justa en todo momento", concluyó la empresa.