Series: de medicina alternativa, fantasmas y fútbol
Se estrena A Gifted Man, que se suma a la tradición de contar historias desde el quirófano.
Por Natalia Trzenko
JUNTOS, PERO NO TANTO. Jennifer Ehle y Patrick Wilson, la nueva pareja de doctores de la TV. Foto: Universal
Hay series de médicos que se enamoran, como Grey's Anatomy y Private Practice ; series de médicos que desprecian a sus pacientes, como Dr. House (que vuelve pasado mañana a la pantalla); series de médicos cuyos pacientes están muertos, como Body of Proof, y hubo un tiempo en que había una serie de médicos que lo tenía todo (ver ER) . Y aunque muchos podrían pensar que el género estaba agotado, ahora apareció una de médicos, fantasmas y chamanismo. La última vuelta de tuerca para los quirófanos de la ficción se llama A Gifted Man, que se estrena mañana, a las 22, por Universal. Protagonizado por Patrick Wilson ( Watchmen ), el drama combina los elementos de la medicina televisiva y occidental con otros que nada tienen que ver con los libros de anatomía.
Wilson interpreta al doctor Michael Holt, un reconocido neurocirujano tan exitoso como frío y desinteresado en todo lo que no sea su lujosa clínica. Hasta que se reencuentra con Anna (Jennifer Ehle), su ex mujer, que también es médica, aunque su consultorio queda en un barrio de inmigrantes donde el primer idioma es el castellano y el acceso a la cobertura médica es inexistente. Claro que el reencuentro, aparentemente casual y sorpresivo, cambiará definitivamente la vida del impávido doctor Holt, cuando se entere de que Anna murió y quien lo está visitando, pidiéndole ayuda para sus desamparados pacientes, es el fantasma de la mujer que amó y a la que dejó por su ambición.
Creada por Susannah Grant, responsable del guión de Erin Brokovich, la serie es producida por Neal Baer, responsable de los primeros siete años de ER. Pediatra y apasionado por contar el detrás de escena de la medicina en formato de drama televisivo, Baer decidió dejar La ley y el orden: UVE después de siete años al frente del clásico de la pantalla chica, para desarrollar una historia en la que los aspectos de la medicina más compleja y moderna se cruzan con saberes antiguos relacionados con la práctica del chamanismo.
"Lo que más me interesó del programa es la premisa central: este doctor que debe dividir su práctica profesional y su vida emocional en dos mundos completamente separados, pero que conviven en los Estados Unidos. Por un lado, está su clínica, con todas las posibilidades que otorga la tecnología y el dinero, y por el otro, la realidad de la gente que no tiene dinero para pagar los costos médicos y que tiene que recurrir a la ayuda que puedan brindarle gratuitamente. Además, el guión desde un principio se apoyaba mucho en su costado espiritual", describe Baer, en conversación telefónica con La Nacion.
Heridas
Pensado como un drama médico con elementos sobrenaturales, A Gifted Man cuestiona los límites de la medicina moderna y quienes la practican y se preguntan qué posibilidades tienen los pacientes -y doctores- de sanar sus heridas, tanto físicas y como emocionales.
"Miramos a los problemas de salud desde una perspectiva diferente. Está contemplada la medicina occidental, pero sin olvidar algunas preguntas, algunas incógnitas que ésta no resuelve. ¿Por qué alguna gente se cura y otra no? ¿Por qué alguna gente se enferma gravemente sin que su historia clínica lo explique? Hay preguntas que la ciencia no puede contestar. Muchas veces, en este tipo de programas, mostramos a la medicina occidental como la única alternativa y, sin embargo, sabemos que la medicina tradicional muchas veces fracasa", se entusiasma Baer. Así, a diferencia de buena parte de la manada de ficciones de su tipo, este estreno les dedica mucho tiempo a tratamientos y métodos preventivos que no tienen cabida en los hospitales cinco estrellas que la TV norteamericana suele mostrar.
Ya desde el primer capítulo, ante la aparición de un fantasma que parece dispuesto a no dejarlo en paz, Holt primero recurre a una tomografía computada para descartar que lo suyo se trate de una alucinación causada por un tumor cerebral y, despejada esa opción, se somete -con mucho escepticismo y desconfianza- a las prácticas de un chamán que pone en jaque su vida y sistema de valores. También en el primer episodio se establecerá una inesperada conexión del personaje central con... Lionel Messi. Es que además de explorar elementos de la medicina alternativa de nuestro continente, la serie también se hará lugar para algunas de nuestras pasiones. Específicamente el fútbol.
"Tanto Patrick [Wilson] como yo somos fanáticos del fútbol y se nos ocurrió agregar esa escena en la que el doctor intenta distraer a un nene de origen latino al que está por operar preguntándole por su jugador favorito, que resulta ser Messi. Más adelante, en el capítulo seis, se verá al médico jugando un partido", detalla el productor, que para llevar adelante la historia reunió a un elenco de actores bastante alejados de los modelos hollywoodenses y, en algún caso, con mucha experiencia en interpretar a un médico en la TV.
Además de Wilson, actúan la británica Jennifer Ehle como la fantasmita amigable Anna; Margo Martindale (reciente ganadora del premio Emmy por su papel en Justified), como la sufrida y sarcástica asistente del protagonista, y Pablo Schreiber (actor de teatro que participó de la reconocida serie The Wire) hace de Anton, el chamán. Además, gracias a Baer, la pantalla chica recuperará a un doctor que los fanáticos del género reconocerán rápidamente: Eriq LaSalle. El veterano de ER, aquí un psiquiatra, le aportará un sello de legitimidad a la conocida y exitosa receta de transformar las tragedias médicas en entretenidos dramas televisivos.