Introducción
Los residuos peligrosos biológico infecciosos (RPBI) son aquellos materiales generados durante los servicios de atención médica que contienen agentes biológico infecciosos (cualquier microorganismo capaz de producir enfermedades cuando está presente en concentraciones suficientes, en un ambiente propicio, en un hospedero susceptible y en presencia de una vía de entrada) que puedan causar efectos nocivos a la salud, generados en lugares públicos, sociales o privados (DOF. NOM-087-ECOL-SSA1- 2002, publicada en el 2003).
Además, dado que los profesionales de la salud bucal deben de considerar a todos los pacientes, sin excepción, como potencialmente infecciosos (OSHA 3134 1992, DOF. Modificación de la NOM 013-SSA2-1994), la Secretaría de Salud establece que tanto el odontólogo, como el estudiante de odontología, el técnico y todo el personal auxiliar deberán cumplir con todas las medidas marcadas sobre el manejo de los RPBI, para prevenir los riesgos de tipo biológico provocados por el contacto con sangre y secreciones corporales de los pacientes (Modificación a la NOM 013-SSA2-1994).
En México, las regulaciones señaladas en la NOM-087-ECOL-SSA1- 2002 están dirigidas a proteger el medio ambiente y la salud de la población en general; esta norma marca de manera puntual el adecuado manejo de los RPBI que consiste en identificación, separación, envasado, almacenamiento, acopio, recolección, transporte, tratamiento y disposición final, y al mismo tiempo exime de esta obligación a los centros generadores de residuos biológico- infecciosos que generen menos de 25 Kg al mes (DOF, NOM 087-ECOL-SSA1-2002, 2003).
Al no ser obligatorio por ley este cumplimiento, gran parte de los RPBI generados en consultorios médicos y dentales son desechados directamente a los basureros municipales sin ser tratados previamente, lo cual provoca un incremento en los volúmenes de residuos peligrosos por la mezcla de éstos con el residuo municipal y un aumento en el riesgo de contraer enfermedades en los trabajadores que ahí laboran.
Los RPBI sólidos (punzo-cortantes, no-anatómicos y patológicos) son los de mayor interés en la práctica odontológica por su capacidad para causar infección y por la gran cantidad de profesionales de la odontología de práctica privada que existen en el país y que los generan de manera inevitable en su práctica diaria.
El objetivo de este trabajo fue determinar el peso diario promedio de RPBI sólidos producto de la práctica profesional odontológica en Mexicali y su relación con las variables sexo, tipo de práctica profesional (general o de especialidad), ejercicio en la consulta de un programa de control de infecciones, formación académica en el manejo de RPBI, conocimiento de la Norma Oficial Mexicana sobre el manejo de RPBI, y clasificación y envasado de RPBI en la consulta.
Materiales y método
Se realizó un estudio observacional, prospectivo, transversal y descriptivo en consultorios dentales de la zona centro de la ciudad de Mexicali, Baja California, y en las clínicas de la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Baja California Campus Mexicali, durante el periodo comprendido entre octubre del 2003 y marzo del 2004.
Se tomaron aleatoriamente 140 dentistas localizados en la zona centro de la ciudad, más un grupo testigo conformado por 24 alumnos del último semestre del programa de licenciatura en odontología que se oferta en la UABC. Se le proporcionó a cada uno de los integrantes de la muestra: un contenedor rojo de polipropileno para envasar residuos punzocortantes, cinco bolsas rojas de polietileno para envasar residuos no-anatómicos sólidos y una bolsa para envasar residuos patológicos sólidos. Todos debidamente marcados con el símbolo de riesgo biológico y la leyenda de residuo peligroso biológico infeccioso, según la Norma Oficial NOM-087- ECOL-SSA1-2002. Se recolectaron los RPBI sólidos generados por cada participante durante cinco días de consulta odontológica. Los residuos fueron pesados y la información capturada en un formato previamente diseñado.
En el grupo conformado por alumnos del último semestre, por cada uno de ellos se recolectaron los RPBI, se clasificaron y pesaron inmediatamente después de cada consulta para no interrumpir las rutinas de recolección establecidas en la Facultad. Adicionalmente, se obtuvo información complementaria a través de la aplicación de un cuestionario en el que se incluyeron preguntas para encontrar factores de asociación con la generación diaria de RPBI sólidos, tales como sexo, tipo de práctica profesional (general o de especialidad), ejercicio en la consulta de programas de académica sobre el tratamiento de RPBI, conocimiento de la Norma Oficial Mexicana sobre el manejo de RPBI, el ejercicio de la clasificación y envasado de dichos residuos en la consulta. Todas las preguntas presentaron respuestas de naturaleza dicotómica.
Se obtuvieron estadísticos descriptivos y se contrastaron valores medios entre categorías para cada variable del cuestionario utilizando t de Student y la técnica del Análisis de Varianza. Todos los análisis se realizaron empleando el paquete estadístico SAS 9.1.3.
Resultados
Como se observa en el Cuadro1, el promedio general de producción diaria de residuos peligrosos biológicos infecciosos fue de 243.250 ± 10.27 g con un valor mínimo de 60 g y máximo de 873 g. El 72.6 % (119/164) de los sujetos de estudio reportó manejar en su consulta dental la clasificación oficial de residuos peligrosos biológico infecciosos, mientras que el 27.4 % (45/164) contestó no hacerlo. En los valores medios para las variables producción de residuos no-anatómicos y producción total diaria se observaron diferencias (P<0.05) entre aquellos profesionistas que clasifican y aquellos que no lo realizan; mientras que para la variable producción de residuos punzo-cortantes, no se observaron diferencias significativas entre ellos (P>0.05).
El hecho de que 147 sujetos de estudio manifestaron envasar adecuadamente los residuos punzo-cortantes generados de su consulta dental, y 17 sujetos, no hacerlo, produjo valores medios diferentes para las tres variables de producción de residuos diarios, siendo significativos (P<0.05) entre los dos grupos de comparación para las variables producción de residuos no-anatómicos y producción total diaria, no así (P>0.05) para la variable producción de residuos punzo-cortantes (Cuadro 1).
Cuadro 1. Estadísticos descriptivos, general y para cada contraste en estudio, por tipo de residuo
1 Diferentes (P<0.05) para las variables no-anatómico y total diaria. No diferentes (P>0.05) para punzo-cortante
En el estudio no se encontró diferencia significativa (P>0.05) al relacionar la actividad de dentistas de práctica general y especialistas con la cantidad de RPBI sólidos generados por día, al igual que entre sexos y formación académica en el manejo de RPBI.
Al analizar si era determinante en la cantidad de peso de residuos generados por día, la condición de ejercitar la atención dental en el consultorio con base en un protocolo de control de infecciones, los resultados no mostraron diferencias (P>0.05) entre los grupos. Los resultados de la influencia de conocer o no la Norma Oficial Mexicana, 087-ECOL-SSA1-2002, en relación con la cantidad de residuos generados por día, muestra que no hubo una influencia significativa (P>0.05) por tener conocimiento de ella, por lo que ésta no es un factor determinante en la cantidad de generación de RPBI sólidos.
Discusión
Acuerdos internacionales motivados por el análisis del deterioro ambiental inducen las conductas de desarrollo mundial de los gobiernos y de los pueblos hacía el desarrollo sostenible (Consejo Internacional de Tratados Indios 2006).
Los residuos peligrosos biológico infecciosos son uno de los seis tipos de residuos que en términos de legislación nacional en México son considerados peligrosos (DOFNOM- 052 SEMARNAT 1993). Requieren de un manejo adecuado por su peligrosidad y su capacidad de causar lesiones e infecciones si son tratados inadecuadamente (Castellanos J y Puig L, 1995).
Se calcula que la generación de RPBI es de aproximadamente 200 toneladas diarias (1.5 kg/cama/día). En contraste con otros flujos de residuos, la capacidad instalada para manejar este tipo de desechos ha crecido rápidamente (de 34% en 1996 al 100% en el 2000), lo cual refleja el apoyo financiero en hospitales y clínicas importantes. Sin embargo, no todos los residuos son tratados adecuadamente. Las instalaciones existentes para su tratamiento se concentran principalmente en el centro del país, dejando a un número suficientemente grande de estados sin cobertura. Adicionalmente, puede citarse que el transporte, almacenamiento y tratamiento de estos desechos no están adaptados a los generadores pequeños ampliamente dispersos en el país (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, 2003).
En el estudio de residuos a nivel hospitalario presentado por Lladó- Verdejo y García Rodríguez, que se efectuó en el año 2000 en Tabasco, México, se reportaba 2.24Kg/cama/ día, y después de implementar medidas y capacitar al personal del hospital, sitio de estudio, en el 2001 se reportó una disminución de 0.5Kg/cama/día, con un registro de 1.74Kg/cama /día (Lladó A, 2004).
La propuesta a nivel mundial de ejercer la odontología basada en modelos de control de infecciones o de bioseguridad, contempla regulaciones y protocolos que establecen apartados de manera detallada en cuanto a medidas de seguridad, protección laboral y control de la transmisión cruzada de las infecciones infectocontagiosas. Sin embargo, poco se menciona en las publicaciones científicas sobre el apartado de generación y manejo de residuos biológico infecciosos, a pesar de que son una realidad en el ejercicio de la odontología en todas sus modalidades (institucional, privada y prácticas escolares).
En el municipio de Mexicali no existe estudio previo que indique la cantidad y manejo de residuos biológico infecciosos generados por los profesionales de la salud bucal. En la revisión de la información publicada al respecto, se encontró que en un estudio reciente de Fuentes Méndez en 2005, realizado en la ciudad de Tijuana, Baja California, se tratan aspectos relacionados con el manejo de residuos peligrosos biológico infecciosos, pero no enfocados en la generación y tratamiento de residuos en el consultorio, sino a los riesgos ocupacionales de trabajadores de empresas recolectoras, causados por el manejo inadecuado de estos residuos (Fuentes M, 2005). Otro, realizado por Vázquez Olmedo, también en la Ciudad de Tijuana en el 2005, sobre el conocimiento de estos residuos por el personal de intendencia de tres hospitales del sector público de esa ciudad (Vásquez M, 2005). La población de estudio es diferente pues trata de los trabajadores de servicio que manejan los residuos, que es una de las poblaciones más expuestas, pero que no es la responsable de la generación, clasificación y envasado de los mismos; sin embargo, tampoco está exenta de la obligación de conocer los lineamientos y disposiciones legales de manejo. (Castellanos y Puig, 1995). Ambos estudios manifiestan la falta de conocimiento e improvisación de parte de las empresas tratadoras de residuos peligrosos infecciosos, hospitales y del personal de intendencia sobre las medidas de prevención, conocimiento de las normas oficiales y la falta de programas específicos para el manejo de residuos.
Los resultados que mostraron significancia estadística al relacionarse con la variable peso diario de residuos biológico infecciosos sólidos, fueron los que se obtuvieron de que los dentistas clasifiquen o no los residuos peligrosos biológico infecciosos en la consulta y que envasen adecuadamente los residuos punzocortantes, acciones que van muy ligadas una con otra; sin embargo, en los otros dos tipos de residuos infecciosos no se obtuvo la misma respuesta, tal vez porque los punzocortantes son residuos peligrosos que por sus características físicas son capaces de ocasionar accidentes en el momento de su generación y manipulación, y no tanto por su concepción infecciosa.
En este estudio, el 75% de la muestra dice ejercitar en su consulta las rutinas y protocolos de un programa de control de infecciones. Y es en el ejercicio de estos programas en la consulta lo que da como resultado la generación y variedad de residuos biológico infecciosos (Wood PR, 1992 y Maupome G, 1993, Miller Ch, 2000).
Sólo 93 (56.7%) de los 164 sujetos conocián las disposiciones de la Norma Oficial Mexicana 087- ECOL-SSA1-2002, que específicamente trata del manejo adecuado de los residuos en cuestión. Pudimos comparar esta situación con la referida en el único estudio encontrado sobre manejo de residuos peligrosos biológico infecciosos generados en consultorios dentales, realizado por Gómez R en la zona metropolitana del Valle de México (Gómez R, 2004); estudio donde además de presentar similitud con el nuestro sobre la selección de la muestra y el tipo de estudio, encontramos que de su población sólo conocía la Norma Oficial 087 para manejo de residuos biológico infecciosos el 14.4% de los dentistas encuestados. Lo cual apoya la premisa de que el conocimiento de la normatividad es parte esencial de cualquier programa básico de control de infecciones.
De los participantes, 119 (72.6%) manifestaron manejar la clasificación de los diferentes tipos de RPBI sólidos generados en la atención dental, nuevamente es un dato que presenta ligera discrepancia con los reportes entre la acción de conocer la norma oficial de manejo de residuos (56.7%) y manejar la clasificación de ellos, y al igual que en el estudio realizado en la Ciudad de México por Gómez R, no se encontró significancia estadística en estas variables analizadas.
Con respecto a la acción de envasar adecuadamente los diferentes tipos de RPBI sólidos, nuestro estudio arrojó que el 89% envasa los residuos punzo-cortantes, resultado distinto comparado con el realizado en el Valle de México donde sólo el 56% lo hacía. Por ley, en México, los transportes autorizados no recogen los residuos si no están adecuadamente envasados (DOF Reglamento para el transporte terrestre de RP, 1993). Por otra parte, en lo referente al envasado de los residuos no anatómicos y patológicos de nuestro estudio, se reportó que el 64.6% y el 49.4%, respectivamente, lo hacía en recipientes adecuados y oficiales, mientras que lo reportado en el estudio de Gómez R dice que en ningún consultorio revisado se encontraron los envases oficiales para ese procedimiento (Gómez R, 2004).
Las investigaciones referentes a la generación y manejo adecuado de los residuos peligrosos biológico infecciosos se encuentran en desarrollo, tanto por organizaciones de salud a nivel mundial como por investigadores nacionales e internacionales, las existentes hasta ahora están más enfocadas a residuos infecciosos a nivel hospitalario, o sea a los macrogeneradores, y dejan al margen a los consultorios médicos y odontológicos por lo reducido del peso que generan, sin considerar la gran cantidad de consultorios que existen en el país a nivel de práctica privada, y que en la gran mayoría de los consultorios médicos y en el 100% de los consultorios odontológicos se generan residuos peligrosos biológico infecciosos que deben de ser tratados adecuadamente para minimizar las posibilidades de accidentes e infecciones al personal dental y a la comunidad que tiene contacto con ellos.
Nuevos estudios que detallen con mayor precisión los indicadores de manejo de los residuos serían muy recomendables, sobre todo que apliquen variables no condicionadas para rescatar información de mayor profundidad.
Es indispensable incorporar en todo el sector salud, sobre todo a nivel de escuelas y facultades, el conocimiento y práctica de medidas tendientes a minimizar y tratar adecuadamente los residuos biológicos infecciosos que se generan en el ejercicio de sus actividades profesionales.
Sumario y conclusiones
• La cantidad de generación promedio de residuos peligrosos biológicos infecciosos que se generan por los dentistas de Mexicali es de 0.243 kg por día.
• El sexo, la institución de origen, el tener en su consulta un programa de control de infecciones, el ser dentista de práctica general o con especialidad, el tener o no formación sobre residuos peligrosos biológico infecciosos, el conocer o no la normatividad, no fue en este estudio determinante en la cantidad de residuos peligrosos biológico infecciosos sólidos generados por día.
• El hecho de que los dentistas manejen la clasificación de residuos biológicos infecciosos determina la cantidad de generación por día de RPBI sólidos.
• Los punzo-cortantes son los residuos biológico infecciosos que mejor manejó la comunidad entrevistada.
Referencias bibliográficas
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• Diario Oficial de la Federación. Norma Oficial Mexicana, NOM-052-SEMARNAT-1993 Que establece las características de los residuos peligrosos, el listado de los mismos y los límites que hacen a un residuo peligroso por su toxicidad al ambiente, publicada en 1993.
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