MARÍA VALERIO
Cuando uno escucha hablar de diabetes tipo 2, enseguida se vienen a la mente imágenes de ciudadanos occidentales, con una figura marcada por el sobrepeso. Sin embargo, la enfermedad no entiende de fronteras y si las cosas no cambian pronto podría convertirse también en una epidemia de salud pública en varios países del África subsahariana.
Un análisis que acaba de publicar la revista 'The Lancet' pone sobre la mesa un problema 'invisible' pero cuyos costes directos e indirectos duplican la renta per capita de los 34 países más pobres del continente.
Según analizan Jean Claude Mbanya (de la Universidad de Yaoundé, en Camerún) y sus colegas, las autoridades y los organismos internacionales no deberían olvidar que, además de las enfermedades infecciosas (como el sida o la tuberculosis), los países africanos se enfrentan a esta nueva epidemia de salud sin los medios adecuados. Ni para detectarla ni para tratarla.
A su juicio, el creciente fenómeno de urbanización que viven estos países en los últimos años, y sus nuevos hábitos de vida (más sedentarios y con pero alimentación), están detrás de las cifras de diabetes tipo 2 en países como Camerún, Tanzania, Mauritania o Zimbabue. Además, añaden, el hecho de que la obesidad se siga considerando signo de riqueza y bienestar no contribuye mucho a prevenir la diabetes.
Diagnósticos tardíos
La falta de medios médicos adecuados, además, hace que muchos pacientes se diagnostiquen demasiado tarde, lo que aumenta su riesgo de sufrir complicaciones a largo plazo. Según algunas estadísticas locales, la mitad de los afectados desconoce que lo es.
Según la Federación Internacional de Diabetes, en el año 2030, el África subsahariana tendrá casi 24 millones de adultos diabéticos (una cifra que multiplica por dos los actuales 12 millones de pacientes). Pero igual que aumenta la incidencia, crece también la mortalidad por esta patología, que ha pasado del 2,5% en el año 200 al 6% en 2010.
Además, insisten los autores, no se puede olvidar que la mayor prevalencia de diabéticos se concentra en el grupo de 20 a 39 años; lo que representa también el grupo más económicamente productivo para las economías de esta región.
Por todo ello, recomiendan a las agencias internacionales de salud que no descuiden el problema y comiencen a colaborar con actores locales para hacer calar el mensaje de la prevención y el diagnóstico precoz. A los gobiernos africanos, por su parte, Mbanya y sus colegas les recomiendan que pongan en marcha programas locales de diabetes, coordinando los servicios de salud, los transportes, infraestructuras, educación y ejercicio físico.
Un problema en aumento (The Lancet)
África también sufre diabetes
La falta de medios médicos adecuados, además, hace que muchos pacientes se diagnostiquen demasiado tarde.
Fuente: El Mundo, España