Introducción y objetivos
La presencia de agresión y violencia se relaciona con la disminución de los niveles plasmáticos de serotonina. En coincidencia, la administración de inhibidores de la recaptación de serotonina (IRS) a individuos con trastornos de la personalidad disminuye dicha sintomatología. El tratamiento de los pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) que presentan irritabilidad y otros síntomas psiquiátricos aún no fue estudiado lo suficiente. No obstante, el papel del sistema serotoninérgico está bien establecido.
La EA se asocia con un déficit serotoninérgico que permite explicar la presencia de agresividad e irritabilidad. Dicho déficit también se observa en las neuronas de los núcleos de rafe dorsal que inervan el prosencéfalo.
Asimismo, en pacientes con EA se halló una disminución del nivel de metabolitos de serotonina que puede llegar al 40%. Según los resultados de algunos estudios, la administración de citalopram disminuye la irritabilidad y mejora la conducta de los sujetos con EA no depresivos. Sin embargo, también se informó acerca del abandono del tratamiento debido a la ausencia de eficacia. Además, se observó que los pacientes con mayor deterioro presentaron una mejoría superior.
En un estudio realizado en pacientes con demencia y trastornos conductuales se compararon los tratamientos con risperidona y con citalopram. Ambas drogas produjeron una disminución de los síntomas psicóticos. Sin embargo, el citalopram provocó una mejoría superior de la agitación en comparación con la risperidona. También se informó que la terapia con sertralina en individuos con EA que presentan agitación, agresión, irritabilidad y ansiedad se asocia con una respuesta superior en comparación con la administración de placebo.
Se sugirió que los IRS además de disminuir la irritabilidad aumentan la apatía. De hecho, en un trabajo realizado en pacientes con EA se halló que la frecuencia de apatía entre los sujetos tratados con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) es significativamente superior en comparación con lo observado al administrar drogas de otros tipos. La presente investigación se llevó a cabo con el objetivo de evaluar el efecto de la administración de dosis moderadas de un ISRS en términos de irritabilidad en pacientes con EA no depresivos.
Pacientes y métodos
El estudio fue retrospectivo y se realizó sobre la base de los resultados de los Clinical Antipsychotic Trials in Intervention Effectiveness in Alzheimer’s Disease (CATIE-AD). Este último, de tipo naturalístico, se llevó a cabo con el propósito de comparar el resultado del tratamiento con citalopram frente a la administración de antipsicóticos atípicos en pacientes con EA probable. En la fase 1, que tuvo una duración de 14 días, los pacientes fueron aleatorizados para recibir placebo, risperidona, olanzapina o quetiapina. La fase 2 duró entre 2 y 12 semanas. Participaron los sujetos que no habían respondido de manera adecuada al tratamiento administrado durante la primera fase. En este caso se llevó a cabo una distribución aleatoria para administrar citalopram o uno de los antipsicóticos atípicos mencionados. Durante la fase 3 se administró un tratamiento antipsicótico abierto.
Para realizar el presente estudio se utilizó la información correspondiente a los pacientes que recibieron placebo durante la fase 1 y citalopram durante la fase 2 del estudio CATIE. La dosis de citalopram osciló entre 5 y 30 mg/día. Se prestó especial atención a las diferencias entre ambos grupos en términos de apatía, irritabilidad, delirios y alucinaciones de acuerdo con los resultados del Neuropsychiatric Inventory (NPI) una vez finalizadas las fases 1 y 2 del trabajo. Luego se compararon los resultados correspondientes a la administración de citalopram o placebo. Por último, para evaluar la presencia de depresión se aplicó el Beck Depression Inventory (BDI).
Resultados
Se utilizó la información correspondiente a 32 de los 421 pacientes incluidos en el CATIE-AD. La media del puntaje del BDI al inicio del estudio fue 10. Las duraciones promedio de las fases 1 y 2 fueron 36 y 80 días, respectivamente, y la dosis media de citalopram fue 30 mg. Las tasas de interrupción del tratamiento con escitalopram durante la fase 2 o con placebo, quetiapina, risperidona u olanzapina durante la fase 1 fueron del 71%, 85%, 82%, 77% y 80%, respectivamente. La dosis de citalopram se asoció de manera positiva con la duración del tratamiento. El efecto del escitalopram sobre la apatía y la irritabilidad no fue estadísticamente significativo. No obstante, el puntaje correspondiente a la irritabilidad y la apatía se redujo un 60% entre los pacientes que recibieron citalopram. Si bien se observó una disminución de las alucinaciones asociada con la administración de citalopram, el nivel sintomático inicial no era elevado. No se observó efecto alguno sobre los delirios.
Discusión
A la hora de evaluar el efecto de los psicofármacos en pacientes con demencia que presentan síntomas conductuales debe considerarse que la respuesta al placebo es elevada. Asimismo, es posible que la mejoría de los enfemos se relacione con el cuidado y la evaluación más intensivos durante el estudio. También se destaca que los síntomas conductuales asociados con la demencia generalmente son intermitentes. Por lo tanto, la mejoría puede corresponderse con una etapa de disminución sintomática propia de la enfermedad. Otra posibilidad es que la disminución de los síntomas se deba al aumento de la tolerancia del cuidador ante el cuadro clínico del paciente.
A pesar de lo antedicho, los resultados obtenidos permiten sugerir que la administración de citalopram a pacientes no depresivos con EA se asocia con una disminución del nivel de irritabilidad y apatía. No fue posible obtener conclusiones sobre el efecto del tratamiento en términos de alucinaciones ya que el nivel sintomático fue bajo en ese sentido. Por último, se plantea que el efecto de los ISRS podría ser más favorable a medida que aumenta la dosis. Son necesarios estudios adicionales para obtener conclusiones definitivas.
Conclusión
Los IRS pueden ser drogas adecuadas como primera opción para el tratamiento de los pacientes con EA que presentan irritabilidad.