Alcohol, obesidad, depresión

Un "triángulo tóxico"

En mujeres jóvenes, el consumo de alcohol, obesidad y depresión están relacionados.

El equipo de la doctora Carolyn A. McCarty, del Instituto de Investigación Infantil de Seattle, realizó el primer estudio sobre cómo estos tres trastornos se interrelacionan en el tiempo en los adultos jóvenes, y halló que casi la mitad de los hombres y las mujeres participantes había tenido por lo menos uno de esos problemas entre los 21 y los 30 años.

A los hombres y a las mujeres jóvenes participantes en el estudio se les hizo un seguimiento desde 1985, cuando estaban en quinto grado. El equipo analizó los resultados de las entrevistas realizadas cuando los participantes tenían 24, 27 y 30 años, para comprender las interrelaciones entre la depresión, la obesidad y el abuso del alcohol. A los 21 años, el 8% de las mujeres y el 12% de los hombres tenían por los menos dos de esos tres problemas. En el tiempo, tener más de uno de esos problemas fue más común en las mujeres, pero menos habitual en los hombres.

La única relación observada en los hombres fue para los obesos de 27 años, que eran menos propensos a tener depresión a los 30. Pero las mujeres deprimidas a los 27 eran tres veces más propensas a los 30 años a reunir los criterios clínicos que definen el abuso de alcohol. Las mujeres con problemas con el alcohol a los 24 eran cuatro veces más propensas a ser obesas a los 27 años, mientras que ser obesa a los 27 duplicaba el riesgo de tener depresión a los 30. Además, las personas de ambos sexos con bajos ingresos presentaban más riesgo de depresión y obesidad.

McCarty indicó que el tener un estilo obsesivo con experiencias negativas, sería uno de los problemas que une al abuso de alcohol, la obesidad y la depresión. La doctora Susan Nolen-Hoeksma, psicóloga de Yale, los llamó el "triángulo tóxico" de "comer, beber y pensar en exceso", agregaron los autores. Ella demostró que las mujeres -y los hombres- con este estilo son más depresivos y más propensos a beber o a darse atracones con la comida para sobrellevar los problemas emocionales.

La doctora McCarty señala que hay intervenciones para ese triángulo como puede ser el ejercicio, el entrenamiento mental y el manejo del estrés. La depresión, el abuso de alcohol y la obesidad, son problemas del "sistema de recompensa" cerebral, así que debemos ayudar a estas personas a hallar alternativas de autorrecompensa a la comida y al alcohol, agregó.

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