No dormir lo suficiente puede hacer que comience a aumentar de peso casi de inmediato, según encuentra un estudio reciente.
En el estudio, los investigadores sometieron a 92 hombres y mujeres sanos entre los 22 y los 45 a un experimento de restricción controlada del sueño en un laboratorio.
Durante las dos primeras noches, los participantes del estudio pasaron diez horas en cama, seguidas por cinco noches de sueño restringido y luego cuatro noches de recuperación variable. Nueve participantes que descansaban bien sirvieron como controles.
Los participantes que durmieron mal aumentaron en promedio 1.31 kg (2.9 lb) para el final del periodo del estudio. Los controles que descansaban bien no aumentaron de peso, según el estudio que se esperaba que fuera presentado en la reunión anual de Associated Professional Sleep Societies en Seattle.
Los participantes recibieron tres comidas normales al día y acceso a refrigerios saludables. Durante las noches de sueño restringido, se ofreció un sándwich a la 1 a. m., anotaron los autores del estudio.
Los investigadores hallaron que, a pesar de aumentar de peso, los participantes que no durmieron lo suficiente informaron tener menos apetito, menos ganas de comer entre comidas y que habían comido menos. Esto contradice las investigaciones anteriores que han sugerido que la falta de sueño podría estimular las ganas de comer entre comidas por la energía rápida que proporcionan los carbohidratos.
Según los investigadores, aunque este estudio halló lo opuesto, que la falta de sueño no aumenta las ganas de comer, los demás factores podrían explicar el aumento de peso. El ambiente sedentario del laboratorio y la oportunidad de comer refrigerios por períodos más largos debido al menor tiempo que pasaron dormidos podría haber estimulado comer entre comidas.
"En el mundo real, en los periodos de sueño restringido [por ejemplo al trabajar por tunos]. la gente debe planear su ingesta de calorías para el tiempo en que permanecerán despiertos para que las comidas sean pequeñas y saludables", señaló en un comunicado de prensa de la Academia estadounidense de medicina para el sueño (American Academy of Sleep Medicine) Siobhan Banks, becaria de investigación de la Universidad de Australia Meridional.
Para detener la pérdida de peso, también es buena idea mantener a mano refrigerios bajos en grasa y en azúcar para reducir la tentación de las comidas sencillas ricas en calorías y en grasa, y mantener una rutina regular de ejercicio, agregó Banks.
"Aunque mucha gente podría sentirse cansada, hacer ejercicio ayuda a regular el equilibrio en la ingesta de energía", explicó Banks.
Jugar demasiado en la computadora podría robarle el sueño
Un estudio sugiere que los jugadores empedernidos pierden casi dos horas de sueño por noche
Por Steven Reinberg
Todas esas emociones de los juegos de computadoras pueden convertirse en pesadillas nocturnas para algunas personas, según sugiere una investigación reciente.
Los que juegan en exceso duermen muy poco de noche y luego se pasan los días esforzándose por mantenerse despiertos. Pero muchos no son conscientes de la relación entre ambos factores, según encontró el estudio.
El estudio reveló que los estudiantes universitarios, que juegan videojuegos más de siete horas a la semana y se consideran a sí mismos como adictos, duermen casi dos horas menos por noche que las personas que usan juegos ocasionalmente o nunca.
El equipo de investigación, liderado por Amanda Woolems de la Universidad de Arkansas en Little Rock, recolectó datos sobre 137 estudiantes. Casi el once por ciento afirmó que los juegos interferían con su sueño y el 12.6 por ciento apuntó que eran adictos al juego.
"Nuestras estadísticas revelaron que los que admitían la adicción puntuaban más alto en la Escala de Somnolencia de Epworth", dijo Woolems en una declaración preparada. "Sin embargo, nos sorprendió que de las personas que confesaban ser adictas al juego, apenas un tercio reconocía una interferencia con el sueño".
Los hallazgos del estudio no sorprendieron tanto a otros profesionales de la atención de salud.
"Estos hallazgos no son inesperados", aseguró un experto en sueño, el Dr. Alexandre Rocha Abreu, profesor asistente de la división de medicina pulmonar, atención crítica y del sueño de la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami, Florida, quien no participó en el estudio.
Una preocupación es que la gente a quien le falta sueño no funcione de forma óptima durante el día. "Estas personas podrían padecer algún impedimento cognitivo", advirtió.
Lo que mantiene a la gente despierta no es solamente la emoción del juego. Otro factor de la pérdida de sueño es el ambiente. "Estas personas tienden a estar en una habitación donde hay mucha luz indirecta de la televisión y la pantalla de la computadora. La pantalla de la computadora tiende a simular la luz solar, de manera que incluso de noche se puede retrasar la fase del sueño", apuntó Abreu.
También, debido a las distintas zonas horarias, es posible jugar juegos de computadoras las 24 horas. "Se puede jugar las 24 horas, los siete días de la semana, con gente de distintos países. Esta gente tiende a dormir menos", aseguró.
Los resultados del estudio serán presentados el lunes en la reunión anual de Associated Professional Sleep Societies, en Seattle.
Otro estudio presentado en la reunión concluyó que, con frecuencia, los médicos no detectan los problemas de sueño entre los niños.
Según el estudio, datos de los pediatras de casi 155,000 pacientes que iban desde la infancia hasta los 18 años de edad mostraron que menos del cuatro por ciento de ellos habían sido diagnosticados con un problema del sueño. Los diagnósticos más comunes fueron trastornos del sueño "no especificados" (1.42 por ciento), enuresis (1.24 por ciento), trastornos de la respiración al dormir (1.04 por ciento) e insomnio (0.05 por ciento).
La investigadora principal Lisa Meltzer, del Centro de sueño del Hospital pediátrico de Filadelfia, señaló que el índice de diagnóstico en este estudio está muy por debajo de la prevalencia de problemas de sueño en la niñez reportada en estudios epidemiológicos.
"Con frecuencia, se discuten problemas del sueño en los exámenes de los niños, pero el tema tal vez no surja entre los adolescentes, lo que resulta en una falta de diagnóstico de trastornos de sueño en ese grupo de edad", aseguró Meltzer en una declaración preparada. "Los pediatras deben preguntar sobre el sueño durante cada examen de rutina. Los niños que roncan, tienen problemas para dormirse, que son difíciles de despertar en la mañana, o que se duermen.
La obesidad relacionada con el sueño difiere entre las razas
Un estudio encuentra que los negros duermen menos que los blancos y que más de ellos sufren de obesidad.
Las personas que duermen muy poco están en riesgo de obesidad. Para los negros, ese riesgo es mayor que para los blancos, según encuentan investigadores de Nueva York.
Los investigadores analizaron datos nacionales de 29,818 adultos de 18 a 55 años de edad para estudiar la conexión entre una duración corta de sueño y la obesidad. El estudio encontró que el 52 por ciento de los negros y el 38 por ciento de los blancos eran obesos (un índice de masa corporal de treinta o superior). Las tasas de una duración breve del sueño (cinco horas o menos por noche) eran de doce por ciento para los negros y ocho por ciento para los blancos.
La relación de probabilidades ajustadas de obesidad/duración breve del sueño era de 1.78 para los negros y 1.43 para los blancos, lo que muestra que los negros tienen un riesgo de obesidad asociada con una duración breve del sueño 35 por ciento mayor, apuntaron los investigadores.
"En comparación con los estadounidenses blancos, los estadounidenses negros tienen una mayor prevalencia de sueño breve y una mayor prevalencia de obesidad. Los estadounidenses tanto negros como blancos que eran obesos tendían a tener un sueño más breve", subrayó en un comunicado de prensa el autor del estudio Girardin Jean-Louis, profesor asociado del Centro médico Downstate de la Universidad estatal de Nueva York y del Centro de investigación de disparidades de salud de Brooklyn.
Los hallazgos sugieren que dormir poco podría contribuir a la crisis de obesidad en EE. UU., enfatizó Jean-Louis. Las investigaciones anteriores han encontrado que la gente que duerme menos de siete horas por noche tienen un mayor riesgo de obesidad.
El hallazgo será presentado el lunes en la reunión anual de Associated Professional Sleep Societies, en Chicago.