Sebastián A. Ríos
El uso de drogas capaces de disolver los coágulos sanguíneos que obstruyen las arterias del cerebro es el tratamiento de elección para el accidente cerebrovascular (ACV) isquémico. Pero son relativamente pocos los que se han beneficiado con él, ya que las guías de tratamiento sólo permitían administrar las drogas dentro de las tres horas posteriores al evento, por desconocerse sus efectos más allá de esa barrera temporal.
Recientes estudios han echado luz sobre esta incógnita, lo que ha llevado a que, en Europa, las nuevas guías de tratamiento del ACV extiendan a 4,5 horas la ventana temporal dentro de la cual se pueden administrar las drogas que licuan los coágulos. Y eso no es poco.
"De 3 a 4,5 horas parece un cambio mínimo, pero se traduce en que casi el doble de los pacientes recibirán tratamiento, porque es difícil, en casi todos los lugares del mundo, llegar al hospital tan rápido como para que el tratamiento pueda ser iniciado dentro de las 3 horas. Y dando estas 1,5 horas adicionales lo hace mucho más fácil", dijo a LA NACION el doctor Werner Hacke, presidente del Departamento de Neurología de la Universidad de Heidelberg, Alemania.
Hacke es el autor del estudio Ecass III, que tras haber demostrado la seguridad y utilidad de ampliar la ventana temporal del tratamiento del ACV isquémico fue considerado por la prestigiosa revista médica The Lancet como el estudio más relevante de 2008 de todas las áreas de la medicina.
"Mostramos que claramente no hay diferencias en las tasas de complicaciones del uso de estas drogas: la tasa de hemorragias cerebrales, que son su principal complicación, es idéntica que antes de las 3 horas -comentó Hacke-. En cuanto a la eficacia, ésta es la misma."
El límite verdadero
Si el límite de las 3 horas ha sido superado, ¿podría ocurrir lo mismo con las 4,5 horas? "Parece que las 4,5 horas son más una barrera que las 3 horas. Hay una posibilidad de ampliar aún más la ventana temporal, pero para muy pocos individuos. Hasta las 4,5 horas, un simple CT es suficiente para decidir si tratar a un paciente o no. Después de las 4,5 horas usted necesita más estudios para asegurar que el paciente todavía tiene chances de beneficiarse con el tratamiento."
Hacke concluyó: "Si queremos hacer más por nuestros pacientes, debemos mejorar nuestro sistema de derivación para que más personas lleguen dentro de 4,5 horas".