American Journal of Psychiatry.

Los síntomas obsesivos en la infancia elevan el riesgo de TOC

Los síntomas obsesivos y los rituales compulsivos que se mantienen durante la infancia son un factor de riesgo para el establecimiento de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en la vida adulta.

Isabel Gallardo Ponce

Los síntomas obsesivos y los rituales compulsivos en la infancia se asocian con un mayor riesgo de desarrollar un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en la vida adulta. Estos son los resultados de un estudio liderado por Miguel Ángel Fullana, del Departamento de Psiquiatría y de Medicina Legal de la Universidad Autónoma de Barcelona, e investigador del King''s College Institute of Psychiatry, de Londres, que se publica en American Journal of Psychiatry.

El trabajo ha partido de los datos del estudio Dunedin, longitudinal y prospectivo, que se comenzó hace 36 años en Dunedin, una localidad de Nueva Zelanda. Su peculiaridad es que se trata de uno de los pocos lugares del mundo en el que se ha realizado un seguimiento de diversas variables psicológicas y biológicas con una muestra de 1.000 personas desde el nacimiento hasta la vida adulta. Según explica Fullana, los resultados del trabajo son extrapolables, ya que la incidencia del TOC es similar en todas las poblaciones.

Rituales y obsesiones

El grupo de Fullana estudió la evolución de dos variables: la presencia reiterada de ideas obsesivas y de rituales compulsivos de la muestra a los 11 años, a los 26 y a los 32. "A los 11 años un psiquiatra analizó si los niños tenían obsesiones con una serie de preguntas estructuradas. Después vimos que había una relación entre tenerlas a esa edad y desarrollar un TOC a los 26 y a los 32", explica Fullana. De la muestra, un 8 por ciento de la población de 11 años mostraba síntomas compulsivos reiterados, lo que se correspondía con seis veces más probabilidades que el resto de padecer un TOC en la adultez. Estos síntomas son muy habituales entre los 8 y los 10 años.

"La frecuencia en la edad adulta no llega al 2 por ciento. Pero sería necesario enfocar los esfuerzos preventivos en estos niños, ya que en el resto de la población el riesgo es mucho menor". En los datos recogidos en la edad adulta, "las obsesiones más frecuentes eran las de poder hacer daño a los demás, los pensamientos vergonzosos y los rituales de comprobación -haber cerrado la puerta, el gas...-, contar o repetir acciones un número exacto de veces. Sabemos que estos comportamientos son frecuentes en la población general, pero en una minoría llegan a convertirse en un problema". También se estudiaron las variables asociadas a buscar asistencia médica por la afectación que producen los síntomas. "En general, esto ocurre cuando presentan otros trastornos como depresión, ansiedad. Además, tanto a los 26 como a los 32 años las obsesiones, más que las compulsiones, son las que más se relacionan con pedir ayuda".

El TOC se define por la combinación de los síntomas y la afectación que produce sobre la vida social y laboral. Su repercusión en la vida del paciente es el criterio clínico más importante y se establece como patológico cuando los rituales y las obsesiones ocupan más de una hora diaria. Además, en el estudio han participado investigadores del King''s College, de la Universidad Duke en Durham, de la Universidad de New South Wales en Sidney (Australia); y de la Universidad de Otago, (Nueva Zelanda).