Las personas con enfermedad mental no son más propensas a cometer actos violentos, según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos) y publicado en la revistaArchives of General Psychiatry. Una relación tradicionalmente sospechada que, sin embargo, se confirma cuando la enfermedad mental se combina con el abuso o adicción a sustancias, pues como indican los autores, “el riesgo de violencia en el futuro se eleva en cierta medida”.
En palabras del Dr. Eric B. Elbogen, director de la investigación, “nuestro estudio muestra que existe un vínculo entre enfermedad mental y violencia, pero que éste no es tan fuerte como piensa la mayoría de la población”.
Los resultados muestran que otros factores, como los antecedentes de violencia en el pasado, el abuso de sustancias, un divorcio reciente o la pérdida de un trabajo son indicadores más claros de violencia en el futuro que la enfermedad mental por sí sola. Como explicó el Dr. Elbogen, “sólo cuando una persona tiene tanto una enfermedad mental como un problema de abuso de sustancias, el riesgo de violencia en un futuro supera el de cualquier otra persona”.
En este contexto, según señala la Dra. Sally C. Johnson, coautora del trabajo, “estos descubrimientos desafían la percepción no sólo de algunas personas, sino a menudo reflejada en los medios de comunicación, que aboga por que la enfermedad mental por sí misma convierte en más peligrosas a las personas. Nuestro estudio muestra que esta percepción no es correcta”.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores realizaron análisis estadísticos de datos recopilados previamente para la elaboración de la Encuesta Epidemiológica Nacional sobre Alcohol y Trastornos Asociados (NESARC, según sus siglas en lengua inglesa) realizada por el Instituto Nacional de Abuso del Alcohol y Alcoholismo de Estados Unidos.
El trabajo incluyó 34.653 entrevistas con personas durante dos fases diferenciadas del NESARC. La primera fase se realizó entre 2001 y 2002, mientras que la segunda se hizo entre 2004 y 2005. Los datos de la primera fase sobre enfermedad mental grave, que incluían esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión mayor, se analizaron para predecir la conducta violenta en la fase 2.
Los resultados muestran que si una persona tiene enfermedad mental grave sin abuso de sustancias ni antecedentes de violencia, las probabilidades de ser violento durante los siguientes 3 años son similares a las de cualquier persona de la población general.
Abuso de sustancias
Sin embargo, el riesgo de violencia en el futuro alcanzó nivel de significación estadística cuando la enfermedad mental se combinó con el abuso de sustancias. Aún así, la enfermedad mental combinada con el abuso de sustancias se sitúa únicamente en el noveno puesto de la lista del estudio de los 10 indicadores de violencia en el futuro.
Por el contrario, los indicadores que lideran la lista son la edad, los antecedentes de detención juvenil, el divorcio o la separación en el último año, el historial de abuso físico, los antecedentes criminales de los padres y el desempleo en el año anterior. El último indicador fue la victimización en el pasado año.
"Archives of General Psychiatry"
Las enfermedades mentales no se asocian con una mayor violencia
La propensión a la violencia en estos pacientes sólo aumenta, aun mínimanente, por la adicción o abuso de sustancias.
Noticias médicas
/ Publicado el 4 de febrero de 2009