Por: Graciela Gioberchio
El mundo de los chicos cambia. Ganan las luces, el vértigo y las pantallas. El éxito de lo virtual relegó el papel de los juguetes tradicionales, los que se pueden construir, tocar, oler. Hay menos tiempo de la infancia dedicado a jugar con juguetes. Los expertos advierten que la niñez se acaba más rápido. Si hasta fines de los ''''''''80 era común ver a nenas de 10 años jugando con las muñecas o cocinando en la casita; ahora a los 7 ya quieren una computadora o el mp3. Los varones no se quedan atrás: se enganchan más con la playstation que con los autitos o las bolitas. Si trasladáramos este proceso a los números, la edad de jugar con juguetes se acortó tres años en las últimas dos décadas, coinciden los especialistas consultados por Clarín.
Mañana a la noche llegan los Reyes Magos y los chicos cumplirán el ritual de dejar sus zapatos para recibir los regalos. Es una buena oportunidad, aseguran los expertos, para que los papás incentiven a los chicos a desarrollar la actividad más importante de la infancia: jugar. "Les permite expresarse, crear, compartir, respetar al otro y sentir el placer de jugar", afirma Rosa Planas, titular del Centro Yuguets Argentina.
¿Por qué los chicos de hoy casi no juegan con muñecas, la rayuela o el balero?
"Porque crecen antes", responde Norma Pollán, psicóloga especialista en familia y niñez. "Socialmente hay una exigencia para que crezcan más rápido. Los chicos de hoy tienen más obligaciones y menos ocio que los de generaciones anteriores (doble escolaridad, idiomas, deportes, colonia de verano) y están expuestos a modelos de chicos más grandes que ofrecen los programas de televisión. Pero es sólo un crecimiento exterior. A los 11 años ya no son nenas: se visten y se producen como chicas más grandes; hace 15 años las de 11 eran nenitas".
Claro que en muchos cuartos infantiles suelen convivir la PC y la playstation con la muñeca o los ladrillos para armar. "Pero, por ejemplo, a las nenas les cuesta mostrar que a los 11 aún juegan con muñecas. A veces cuando están en grupo una empieza a jugar y las otras se aflojan un poco y se enganchan", comenta Pollán. Son excepciones. Lo cierto es que los juguetes tradicionales están más tiempo en los estantes que en las manos de los chicos. "Cada año los chicos dejan más rápido los juguetes y se embarcan en una carrera electrónica, con sus ventajas y desventajas. Están mucho tiempo con juegos que transmiten violencia, no interactuan, no compiten sanamente y después tienen dificultades para comunicarse. Van tan rápido que no ''''''''queman'''''''' la etapa de niños", describe Miguel Faraoni, tesorero de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete.
"Los padres deben respetar el tiempo interno de los chicos porque es clave que cierren etapas evolutivas y evitar así futuros trastornos de aprendizaje, de sociabilidad y hasta de drogadependencia", señala la psicopedagoga y psicoterapeuta de juego, Marta Tessari, presidenta de la Fundación Procesos de Estudio e Investigación del Aprendizaje.
Videojuegos, muñecos robotizados, autos a batería, internet, celulares, mp4 y el huracán de publicidades de chiches masificados que ofrece la televisión. La tecnología incide cada vez más en la infancia. "Era esperable que los juguetes también cambiaran. Y en este proceso la tecnología no siempre es el cuco: hay juegos que ofrecen un espacio de creación y otros que sólo reproducen lo bélico y la conducta de matar", sostiene la psicóloga Paulette de Racco, coordinadora del Laboratorio de Investigación del Juego y del Juguete.
¿Qué hacer entonces?
"Ante todo, los padres no deben convertirse en esclavos de los pedidos de los chicos", coinciden los especialistas. Y apuntan que la cuestión pasa por elegir juguetes menos estructurados, alejarse un poco del esquema de los personajes de televisión y motivar a los chicos a dibujar, crear con masa o armar castillos al aire libre. "Es un trabajo lento pero da resultado", alienta Pollán. La llegada de los Reyes Magos puede ser el punto de partida.
Perfil.com
Reyes: los chicos ahora piden mp4, celulares y consolas.
Ya no se conforman con muñecos, juegos de mesa o pelotas. Quieren lo que ven en los medios; lo que usan sus padres o hermanos mayores. La tecnología es el imán que atrae a los niños, y no es extraño que pidan hasta laptops, aunque no sepan muy bien para qué sirven. Los expertos debaten sobre la conveniencia de cambiar “hi-tech” por juguetes.
Por Brenda Focas
Los preferidos de los niños. Celulares y mp4, a la cabeza. Pero quieren recibir los originales, no imitaciones “de juguete”.
Cada año el ritual se repite. Los chicos esperan la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar con los zapatitos cerca de una ventana, acompañados de agua y algo de pasto para alimentar a los camellos cansados. Pero algo cambió: hoy, en las cartas, ya no piden muñecos, autitos o pelotas. Ahora la lista es encabezada por celulares, mp3 o 4, cámaras digitales e incluso DVDs, computadoras y laptops.
“Estamos compitiendo con productos tecnológicos, es una realidad que los nenes piden esos artículos, y podría decirse que ya es una tendencia. El rango etario de los que se divierten con los típicos juguetes se redujo: hoy un chico de 7 años tiene celular y hasta le exige al padre que se lo cambie cada cuatro o seis meses”, explica Daniel Dimare, director de marketing y comunicación institucional de Rasti.
En las jugueterías admiten que, aunque los productos clásicos se siguen vendiendo, hay mucha demanda de productos tecnológicos o de sus réplicas en versión infantil para aminorar gastos y poder cumplir con los deseos de los hijos.
“Para Navidad, y ahora en vísperas de Reyes, los padres compran productos con aplicación de tecnología como las consolas, todo lo que sea a control remoto o juegos para la computadora... pero a pedido de sus hijos”, cuenta Martín García, vendedor de El Mundo del Juguete.
“Cuando vimos la carta de Reyes no podíamos creerlo. Lo primero que pedía Miki era un celular nuevo detallando la marca y el color”, cuenta Leonardo Scarpino, papá de una nena de 7 años que ya obtuvo un reproductor de música digital rosa para su cumpleaños.
Esta generación de nativos digitales, que nacieron frente a la pantalla, no se conforma con Barbies o caballos de madera sino que se fanatiza con todo producto digital. Algunas compañías, avispadas, ya tienen modelos exclusivos para este segmento, con colores, mariposas, autitos y corazones rojos.
Ellos los piden porque quieren tener lo mismo que sus padres, hermanos y primos y los ven lucirse en publicidades, pero los usan para divertirse en reemplazo de los clásicos juguetes, algo que los psicólogos desaconsejan. “El avance tecnológico invade la niñez, quita posibilidades de juego y anula toda creatividad. Cuando no tienen otra oferta, juegan con cuadraditos, masas o lo que tengan a mano”, dice la psicoanalista Rosa Petronacci, especialista en niños.
“Los videojuegos y la computadora ocupan un lugar cada vez más importante en la vida de ellos. Antes una nena jugaba hasta los 10 años con la muñeca, hoy ya desde los 6 pide otras cosas y el consumo en juguetes baja drásticamente a partir de esa edad”, dice Miguel Faraoni, secretario de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete.
La avalancha de solicitudes de este tipo de regalos –que van desde los 300 y superan los mil pesos– tiene preocupados a muchos padres que desearían que la historia de los Reyes mantuviera su origen religioso. “Escuchan la historia y mantienen el ritual pero lo único que quieren es encontrar al día siguiente el paquete y ni miran si los alimentos para los mágicos personajes están en su lugar. Es un dilema, porque si les regalás algún artículo digital después compiten con otros chicos por tener el último modelo del aparato y es una rueda eterna”, dice Eugenia Brieva, mamá de Tomás, de 9 años, que encabezó su carta con un mp4.
Para los especialistas, el uso de artículos tecnológicos a cada vez más temprana edad es peligroso porque genera que pasen muchas horas del día bajando música, ringtones o software para estar “al día” con las últimas versiones, funciones o tendencias.
Según la Dra. Susana Bidolsky, especialista en psicoanálisis de niños y adolescentes del Instituto Universitario de Salud Mental de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, hay una edad para cada cosa que ni siquiera es cronológica, depende de las aptitudes y necesidades de cada chico. “Creo que nuestra época tiende a borrar las diferencias adulto-niño, lo que redunda en una sobrecarga innecesaria para los chicos. No es lo mismo un celular “de verdad” que un juguete, pasible de ser usado según la fantasía creativa del niño”, afirma.
Los didácticos contraatacan
Muchos padres, preocupados por la pasividad, el sedentarismo y la hipnosis que genera pasar gran parte del día frente al monitor, optan por ignorar los pedidos de artículos tecnológicos y regalan para Reyes juguetes didácticos de todo tipo.
“Aunque llore, no lo dejo más de una hora con la Play y lo incentivo con rompecabezas, Rastis y juegos de ingenio, como el ajedrez”, cuenta Mariana Lusi, mamá de Santiago, de 8 años.
En línea con las tendencias europeas, en los últimos años hubo en el país un auge de jugueterías que se especializan en juegos de estimulación temprana y de desarrollo de la creatividad para los más chiquitos.
“Estos chicos nacieron con las nuevas tecnologías incorporadas a su vida, por eso es necesario que mantengan un equilibrio con juegos de encastre, didácticos y al aire libre”, aconseja la psicopedagoga Mirta Mosches.
PRODUCTOS CONTAMINANTES
Los juguetes que vienen de Oriente
Organizaciones de consumidores hallan sustancias contaminantes en productos infantiles. Recomiendan buscar el distintitivo de conformidad europeo CE antes de comprar.
MARÍA VALERIO. El Mundo, España
MADRID.- Cadmio, plomo, arsénico... Si los tres Reyes Magos de Oriente supiesen algunos de los tóxicos que contienen los regalos que van a traer a los niños esta noche, seguro que se lo pensarían dos veces. Un informe de una organización ecologista de EEUU ha detectado niveles elevados de algunas de estas sustancias en uno de cada tres juguetes analizados.
Éste es el segundo año que ''The Ecology Center'', una organización con sede en Michigan (EEUU), analiza miles de productos infantiles para comprobar la calidad de sus ingredientes. En esta ocasión evaluaron cerca de 1.500 muestras de juguetes, producidos en países asiáticos, pero también dentro de las propias fronteras estadounidenses.
Y sus conclusiones muestran demasiados ejemplos de elevadas cantidades de sustancias tóxicas, que en algunos casos incluso se ha demostrado que pueden afectar al desarrollo intelectual de los más pequeños, como es el caso del plomo. Los analistas, que emplearon una técnica basada en la fluoresencia por rayos X, hallaron este compuesto en el 20% de las muestras; de las cuales, 3,5% superaban las 600 partes por millón (ppm) que aconseja la legislación estadounidense para las pinturas (y muy por encima de las 40 ppm que recomienda la Academia Americana de Pediatría para los productos infantiles).
Otro 3% de las muestras contenía bromo, un 2,4% adicional mostraba trazas de cadmio, un 4,2% tenía mercurio y hasta un 20% tenía restos detectables de arsénico. Por categorías, las pulseras, collares y otros productos de joyería infantil resultaron ser los más contaminados (cinco veces más que el resto de muestras).
El lugar de origen del juguete tampoco fue una garantía absoluta de seguridad. El informe ha detectado, por ejemplo, plomo en un 16% de los juguetes fabricados fuera de China (frente a un 21% en los productos ''made in China''). En total se analizaron 17 muñecos fabricados en EEUU, y el 35% de ellos superaba los niveles permitidos de plomo.
Sólo en la última semana, la Unión Europea ha emitido 10 alertas contra juguetes de origen chino por cuestiones de seguridad: desde teléfonos móviles de juguete cuyo timbre superaba los 90 decibelios (lo normal ronda los 40), a muñecos de plástico con elevados niveles de pftalatos o luces nocturnas con riesgo de electrocución.
Reforzar las inspecciones
A raíz de estas conclusiones, la organización AsianInspection, que analiza sobre el terreno la calidad de los productos fabricados en países asiáticos para más de 4.000 importadores de todo el mundo (unos 200 de ellos españoles), ha insistido en la necesidad de extremar la vigilancia de lo que se trae del gigantesco continente.
"[En 2008] hemos llevado a cabo más de 5.000 inspecciones de juguetes y otros productos infantiles en China y otros países asiáticos", explica su director ejecutivo, Sebastien Breteau, "y el 38% de ellos fue rechazado por el importador". Las cuestiones de seguridad fueron la primera causa para que los muñecos no pasasen el corte (12%); bien porque contenían partes muy pequeñas, que se despegaban con facilidad (con el consiguiente peligro de asfixia) o por la presencia de aristas metálicas, bordes afilados o elevados niveles de productos tóxicos.
Ambas organizaciones coinciden en asegurar que después del escándalo protagonizado por la firma juguetera Mattel el año pasado, todos los actores (gobiernos asiáticos y occidentales, fabricantes e importadores) han reforzado la vigilancia.A pesar de lo cuál, advierten: "Sigue siendo necesario que Occidente tome acciones concretas para animar a minoristas y mayoristas a controlar sistemáticamente a sus proveedores asiáticos, porque hoy por hoy sólo se inspecciona un 20% de los contenedores que salen de China", denuncia Breteau.
A los consumidores (y también a sus Majestades) les recomienda que se fijen cuidadosamente antes de adquirir un juguete en que éste cuenta con el distintivo CE de conformidad europeo, y que comprueben bien el lugar de fabricación y el nombre del importador.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) añade algunas a estas recomendaciones: adquirir juguetes adecuados para cada edad, leer las instrucciones de uso y las advertencias de peligro, guardar la identificación del fabricante o importador en caso de que haya que reclamar, y revisar cada cierto tiempo el estado del juguete, ya que algunos se pueden deteriorar y volverse inseguros con el uso y el tiempo.