En dos de los foros más relevantes dedicados a las enfermedades respiratorias que se han celebrado este verano: el XI Simposium sobre la EPOC, dirigido por el Dr. Josep Morera, neumólogo y miembro de SEPAR; y el Curso de la UIMP (Universidad Menéndez Pelayo) sobre la Salud Respiratoria ante los Retos del Tercer Milenio, dirigido por el Dr. Julio Ancochea, presidente de SEPAR y el Dr. Héctor R. Verea, neumólogo y miembro de esta misma sociedad; coincidieron en describir como inapropiado e ineficaz el nombre EPOC para definir la enfermedad a la que se refiere. El Dr. Julio Ancochea recuerda que “esta enfermedad es un ejemplo paradigmático de enfermedad prevenible”. Se estima que en España mueren por causa de la EPOC unas 18.000 personas y en el mundo esta patología respiratoria causa hasta 3 millones de muertes; sin embargo, señala el Dr. Ancochea, “su primer factor etiológico esencial, el tabaco, es totalmente evitable”.
El Dr. Pedro Cabrera, neumólogo y miembro de SEPAR, considera que un cambio en la denominación de la enfermedad contribuiría a su diagnóstico, a su reconocimiento social y a la prevención del tabaquismo. Denominar tabacosis a la enfermedad que actualmente se llama EPOC se justifica por sus características: por la adicción a la nicotina, por un enfisema centroacinar y por la obstrucción progresiva de la vía aérea. Además, considera el Dr. Cabrera –acuñó este término en la revista científica de SEPAR, Archivos de Bronconeumología- que “cuando se le dijera a un paciente que sufre tabacosis (pulmonar), de inmediato quedaría claro el origen de su enfermedad”. Por otra parte, según este experto “esta denominación ayudaría prevenir esta epidemia creciente”. La tabacosis sería una denominación etiológica de la enfermedad, aunque su presentación clínica, fisiológica y patológica no fueran totalmente específicas.
Opina el Dr. Cabrera que “de seguir como hasta ahora, los médicos implicados en el cuidado respiratorio hacen un flaco favor a la sociedad ocultando una enfermedad y una epidemia de tremenda magnitud tras un acrónimo de difícil comprensión”. Las estimaciones globales de mortalidad actualizadas recientemente sitúan a la EPOC, que era la quinta causa de muerte en 1990, como cuarta en el año 2000 y como tercera en 2020. Posteriormente a esta fecha, e incluso asumiendo el escenario más pesimista respecto a la expansión mundial del virus de inmunodeficiencia adquirida humana –SIDA-, la OMS indica que en 2030 será la causa del 7,8% de todas las muertes y representará el 27% de las muertes por el tabaco, siendo sólo superada por el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, el Dr. Morera junto con el Dr. Miravitlles, neumólogo y miembro de SEPAR, explican en un artículo publicado recientemente en la revista Medicina Clínica, que en la primera edición de 2001 de la Guía GOLD -documento que se considera como la máxima guía sobre el manejo y el tratamiento de la EPOC en inglés - se utilizan hasta 650 palabras eufemísticas para no nombrar el tabaco como causa de esta enfermedad. Asimismo, ambos expertos recogen en el mismo escrito que se ha demostrado que entre los fumadores que sobreviven hasta edades avanzadas sin fallecer por otras causas relacionadas con el tabaco como el cáncer de pulmón, la cardiopatía isquémica o el accidente vascular cerebral, hasta un 50% acaba desarrollando EPOC. Estos expertos consideran que el hecho que no todos los expuestos desarrollen la enfermedad no excluye que dicha exposición sea su causa; del mismo modo que no todas las personas infectadas por Mycobacterium tuberculosis desarrollan tuberculosis y nadie duda del papel etiológico de la micobacteria.
La reciente normativa de SEPAR y de la Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT) dice que la EPOC está «asociada» a una reacción inflamatoria anómala principalmente frente al humo del tabaco. También la normativa canadiense se desmarca de la iniciativa GOLD y dice que la EPOC «is a respiratory disorder largely caused by smoking…». El Dr. Morera y el Dr. Miravitlles consideran que un claro reconocimiento del tabaco como causa de la EPOC podría mejorar el escaso conocimiento que la población general tiene de esta enfermedad, ya que tan sólo el 8,6% de la población general o el 10% de los fumadores con síntomas respiratorios declaran conocerla.
El concepto de EPOC en la lucha antitabaco
Al concluir que la EPOC es una enfermedad secundaria al tabaquismo, convendría asociaren un mismo nombre el daño y la causa, con una filosofía similar al diagnóstico de hepatitis alcohólica. Por ejemplo, enfisema por tabaco.
En el área de las enfermedades ocupacionales se ha ido aún más lejos, con resultados en general satisfactorios, al ligar el agente inductor con el propio nombre de la enfermedad; así, se habla de asbestosis, suberosis o beriliosis.
¿Cómo se llamaría la EPOC si fuese una enfermedad estrictamente laboral? Tabacosis.
Mientras el Dr. Cabrera comenta que “una de las estrategias más apreciadas por la industria del tabaco es el fomento de la incertidumbre y la ambigüedad en lo que respecta al daño producido por su negocio”, el Dr. Morera reivindica la autoridad de los neumólogos en la definición de la enfermedad respiratoria más prevalente con la máxima robustez nosológica posible” e igual que el Dr. Cabrera considera la EPOC, el tabaco cumple todos los postulados de causalidad de enfermedad ambiental.
El término “factor de riesgo” asignado a la adicción tabáquica en la EPOC cumple plenamente con su ceremonia de confusión, especialmente si se confunde con otras agresiones medioambientales. Existen evidencias acerca del impacto favorable que tiene sobre la tasa de abandono del tabaco la inclusión del concepto tabaquismo en el nombre de la enfermedad. Tan sólo el 8,6% de la población general o el 10% de los fumadores con síntomas respiratorios declaran conocerla.