El mal funcionamiento de la vejiga puede dar lugar a efectos neuronales debilitantes, según estudio del Hospital Infantil de Filadelfia (Estados Unidos). El estudio, que se publica en la edición digital de "Proceedings of the National Academy of Sciences", podría ayudar a explicar cómo los trastornos orgánicos afectan la capacidad cognitiva y la conducta de las personas afectadas.
 
Los investigadores, dirigidos por Elizabeth Rickenbacher, presentan los resultados obtenidos en un modelo animal de vejiga hiperactiva, trastorno que afecta al 17% de la población estadounidense.
 
Los investigadores explican que los circuitos neuronales conectan la vejiga y una región del cerebro llamada núcleo de Barrington, que controla la micción y podría también afectar a los movimientos intestinales.
 
El núcleo de Barrington también se comunica con el locus ceruleus, que regula el despertar. Los investigadores obstruyeron por quirúrgicamente las vejigas de 12 ratas y, entre 2 y 4 semanas después, observaron los patrones de micción de los animales y realizaron medidas por electroencefalografía de su corteza cerebral.
 
Descubrieron en las ratas con las vejigas obstruidas dos patrones alterados de micción y la respuesta neural ante una vejiga dilatada disminuyó, lo que podía indicar un cambio del control de la vejiga del cerebro a la médula espinal.
 
Además, dos indicadores del despertar crónico aparecieron en la corteza cerebral: una actividad del electroencefalograma de baja frecuencia disminuida y niveles mayores de patrones cerebrales característicos del sueño-vigilia.
 
Según los investigadores, los resultados proporcionan la base para investigar cómo los trastornos de los órganos internos pueden afectar la conducta de la persona, incluyendo la alteración de sus patrones de sueño.