Randy Pausch cuenta su lucha contra el cáncer

Una lección de vida que se hizo libro

Lo invitaron a cumplir con la tradición de dar su "última clase"; ya vendió casi cinco millones de ejemplares. Acaba de morir.

Aviso: 26.07.08
FALLECIÓ RANDY PAUSCH

Randy Pausch, el profesor en la Universidad Carnegie Mellon, que se convirtió en una sensación de Internet y que inspiró el libro La última lección murió esta mañana a casua del cáncer de hígado que padecía desde septiembre pasado. Tenía 47 años, mujer y tres hijos. La portavoz de la Universidad, Anne Watzman, informó que Pausch murió en su casa de Virginia.


 "No podemos cambiar las cartas que nos han repartido, sólo podemos tomar decisiones acerca de cómo jugaremos esa mano."
Randy Pausch

Se llama Randy Pausch, tiene 47 años, es un profesor norteamericano de ciencias de la computación en la Universidad de Carnegie Mellon, Pittsburgh, y por estas horas se muere de cáncer de páncreas. Se convirtió en noticia en septiembre de 2007, cuando en su última lección -un clásico de esa universidad norteamericana- sorprendió a un auditorio de 400 estudiantes con estas palabras: "Tengo diez tumores en el hígado y me restan unos cuantos meses de vida".

Su última clase fue transmitida por la Web y ya la vieron más de siete millones de personas. Pero la historia no termina allí. Hace dos meses, mientras continúa su lucha desigual contra su desgraciada enfermedad, Random House le pagó 6,7 millones de dólares para que transformara aquella lección en un libro. "La última lección" , tal es el título, que vendió más de 4,5 millones de ejemplares y se mantiene primero en todas las listas de venta. El libro fue escrito por el periodista de The Wall Street Journal , Jeffrey Zaslow, quien mantuvo 53 conversaciones telefónicas con Pausch, mientras éste realizaba sus paseos matinales en bicicleta. Zaslow había asistido a "la última lección" de Pausch en Carnegie Mellon.

Dice que "La última lección" es un legado para sus hijos

¿Dónde y cómo empezó el milagro que sorprendió al propio Pausch?

Cualquier respuesta sería aventurada, porque cada individuo recibe una última lección de manera diferente. Pero, quizá, una clave esté en esa propuesta novedosa que la Universidad de Carnegie Mellon les hace a sus profesores: visualizar su hipotética muerte y reflexionar en una última clase magistral sobre lo que es trascendente para ellos.
Mi vida sin mí

Pausch no tuvo que imaginar nada. Para cuando se paró delante de los 400 alumnos, ya conocía su diagnóstico y su mayor obsesión era dejarles un legado a sus pequeños tres hijos: Dylan, de 5 años y medio; Logan, de tres, y la niña de sus ojos, Chloe, de un añito y medio. Por eso concibió su última clase como un mensaje esperanzador dirigido a sus hijos, en el que les habla de sus sueños de infancia, de la importancia de no abandonarlos, de la sabiduría de saber vivir y de la gratitud hacia las personas que son decisivas en la vida, entre otras cosas.

Lejos de abrazar un misticismo religioso, como suele ocurrir en el caso de enfermos terminales, Pausch -que se asume como un hombre de pensamiento científico- prefiere aferrarse a las buenas cosas que tiene su vida. El libro fue un proyecto que surgió en la medida en que la quimioterapia le ganó tiempo al cáncer, y para satisfacer un deseo de su esposa, Jai, "la mujer de su vida".

"Cumple de verdad tus sueños de la infancia" es el título de su última lección, la que Randy Pausch encaró con valentía: "No podemos cambiar las cartas que nos han repartido [en la vida], sólo podemos tomar decisiones acerca de cómo jugaremos esa mano", dice este hombre que mantiene actualizado su blog en Internet, en el que comparte con una audiencia mundial las angustiantes alternativas de su agonía. Su último posteo es del 26 de junio. Allí cuenta que se recupera lentamente de la última quimioterapia, que lo debilita cada día más.

Uno de los datos más impactantes de su blog son los resultados de los análisis que siguen la evolución de su enfermedad. En su diario también hay una copia de la carta que le envió el presidente George Bush, a raíz de la repercusión de su historia.

Su fama trepó a las nubes cuando la célebre conductora televisiva Oprah Winfrey lo llevó a su programa a dar una lección similar a la que Pausch había dado en Pittsbourgh. Los medios lo han convertido en una estrella de costa a costa de EE.UU.

Este profesor de computación que, según admite en el libro, también es conocido por su arrogancia y por ser exigente con sus alumnos, expresa sin pudor su mayor preocupación: el futuro de unos hijos que adora y que no verá crecer, y cuyos sueños no podrá alentar.

Por eso, entre sus más inspiradas palabras, Pausch les dice a sus hijos y a quien quiera leerlo en el libro, u oírlo en la Web: "Nunca pierdas la magia de la infancia. Es demasiado importante y es lo que nos mantiene vivos. No te lamentes, sólo trabaja más duro. Encuentra lo mejor en todo el mundo. Quizá tengas que esperar largo tiempo, pero finalmente la gente mostrará su lado mejor. El objetivo no es cumplir los sueños, sino de cómo tus sueños guían tu vida. Si manejas tu vida de la forma correcta, el karma hará el resto. Y los sueños se te harán realidad".

Por Susana Reinoso
De la Redacción de LA NACION


Biografía y sueños de un científico

Nacido el 23 de octubre de 1960. Randy Pausch es profesor en ciencias de la computación y en su laboratorio de la Universidad de Carnegie Mellon, de Pittsburgh, Pensilvania, ha trabajado en la interacción hombre-computadora.

Trabajó, durante su período sabático en la universidad, en una de las compañías de Walt Disney -la Walt Disney Imagineering-, así como en la compañía Electronic Arts (EA) y fue consultor de diseño para Google.

Según contó en su última lección en la Universidad Carnegie Mellon, sus sueños de infancia, muchos de los cuales ha cumplido con creces, eran: estar en gravedad cero (lo logró en un simulador de la NASA); jugar en la NFL, la liga del fútbol americano (no lo consiguió, pero alcanzó más fama que si hubiera jugado); ser autor de un artículo en la Enciclopedia mundial (escribió uno sobre realidad virtual); ser el capitán Kirk, de la teleserie Viaje a las estrellas (no lo fue, pero conoció al actor William Shatner, quien le regaló una foto con la leyenda: "Yo no creo en el escenario de no ganar"); ganar animales de peluche (lo logró), y ser un creativo de Disney (lo consiguió).

En el verano de 2006 le diagnosticaron un cáncer de páncreas. Está casado con Jai, una profesora de literatura comparada, desde 1999, y tiene tres hijos de entre uno y cinco años y medio: Dylan, Logan y Chloe Pausch.


El libro

"La última lección", Randy Pausch
Grijalbo, Autoayuda y Superación
232 páginas / 14 x 19 cm
ISBN 9789502804576

*Descargue el primer capítulo del libro en formato pdf haciendo click aquí

Reflexiones

Tomate un tiempo libre

    * No son vacaciones verdaderas si lees tus mensajes de correo electrónico o si llamas a tu oficina para preguntar si tienes recados. El tiempo es todo lo que tienes, y puede suceder que un día te des cuenta de que tienes menos del que creías."

De un padre a sus hijos

    * "El trabajo de un padre es motivar a sus hijos para que desarrollen un placer por la vida y una urgencia por perseguir sus propios sueños. Quiero que encuentren su propio camino hacia la satisfacción, con entusiasmo y pasión. Quiero que se conviertan en lo que quieran convertirse. Y que sientan como si yo estuviera allí, con ellos, sin importar el sendero que elijan."

La mujer de su vida

    * "Jai y yo trabajamos muy duro por nuestro matrimonio. Hemos mejorado mucho en nuestras habilidades de comunicación, en ser sensibles a las necesidades y fortalezas del otro, y encontrar más cosas para amar entre nosotros. Por tanto, nos entristece que no podamos experimentar esa riqueza durante los siguientes 30 o 40 años. Hemos llorado juntos. Hemos superado esos momentos al concentrarnos en la tarea que tenemos a la mano. No podemos rompernos en pedazos."

La niña de sus ojos

    * "Cargar a Chloe por primera vez y mirar su diminuta cara de niña fue uno de los momentos más intensos y espirituales de mi vida. Me encanta contemplarla. Amo a mis tres hijos de manera total y diferente. Y quiero que sepan que los amaré durante toda su vida."

Aquí y ahora

    * "Muchos pacientes de cáncer están agradecidos con su padecimiento. Yo no siento gratitud por mi cáncer, aunque sí agradezco el hecho de haber recibido la noticia de mi muerte por anticipado. Además de permitirme preparar a mi familia para el futuro, esa noticia me dio la oportunidad de dictar mi última lección. Había cosas dentro de mí que necesitaban salir con desesperación. La lección no fue sólo para las personas presentes: fue para mis hijos."