Aunque el infarto de miocardio agudo es raro en mujeres en época reproductiva, el embarazo puede aumentar el riesgo entre 3 y 4 veces, según un estudio de la Tel Aviv University Sackler School of Medicine (Israel) y la University of Southern California Keck School of Medicine (Estados Unidos), que se publica en el “Journal of the American College of Cardiology”.
Los investigadores esperan que, debido a que en la actualidad las mujeres retrasan la edad a la que tienen hijos hasta una época avanzada de la vida y a que las técnicas de reproducción asistida permiten a mujeres de más edad concebir, se espera que el infarto de miocardio aumente durante el embarazo.
El estudio es el seguimiento de un trabajo realizado en 1995 que está basado en la revisión de 103 mujeres embarazadas y que experimentaron un infarto en la pasada década y subraya las recomendaciones clave para el diagnóstico y tratamiento de esta afección en las embarazadas que también tiene en cuenta la salud y seguridad en el desarrollo del hijo. Estos 103 casos de embarazo se compararon con 125 casos diagnosticados en ese tiempo. Las edades de las pacientes iban de los 19 a los 44 años y la edad maternal más avanzada se descubrió como factor de riesgo. La mayoría de las pacientes tenían más de 30 años y una de cada cuatro más de 35.
Los investigadores observaron un descenso significativo en las muertes maternales asociadas al infarto de miocardio durante y después del embarazo en la última década. El estudio de 1995 mostró una tasa de mortalidad del 20% y los nuevos datos sugieren que sólo el 5% de las embarazadas y nuevas madres que experimentan un infarto mueren debido a él.
Según los investigadores, el mecanismo del infarto de miocardio durante el embarazo es diferente. Una de cada cuatro mujeres tenía un debilitamiento y separación de las paredes de las arterias coronarias, que es una causa rara de episodio coronario en la población general. Además, otro 13% tenía las arterias coronarias normales. Los autores señalan que estos descubrimientos suponen la necesidad de establecer la causa del infarto de miocardio en el embarazo para decidir la mejor terapia.
Muchas pacientes decían estar expuestas a factores de riesgo habituales como el tabaquismo, el colesterol elevado, antecedentes familiares, hipertensión y diabetes. Estos descubrimientos indican que tales factores de riesgo son importantes incluso a edades jóvenes y que deben ser diagnosticados y tratados de forma enérgica.
Las mujeres que experimentaron un infarto en las 24 horas antes o después del parto tuvieron el doble de probabilidades de morir que las que lo experimentaron entre los 3 meses y las 24 horas anteriores al parto. La mayoría de pacientes con infarto de miocardio pasaron por un parto vaginal, lo que significa que la cesárea no debería ser un recurso automático en estos casos, señalan los investigadores.