Según un estudio publicado en Obstetrics & Gynecology (2008;111:1274-1278), la episiotomía en un primer parto vaginal podría provocar complicaciones en un siguiente nacimiento, más en concreto, incrementaría el riesgo de desgarro o laceración.
Para investigar cómo afectaba esta práctica a un segundo parto, el equipo dirigido por la Dra. Marianna Alperin, de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), analizó una base de datos que incluía a más de 6.052 mujeres con partos vaginales consecutivos que habían dado a luz en el hospital de la misma universidad en el período 1995-2005. Al 47,8% de las parturientas se le realizó una episiotomía en el primer parto y el 51,3% de ellas sufrió laceraciones en el segundo nacimiento, una cifra muy por encima del 26,7% registrado en las mujeres a las que nunca se les había hecho una episiotomía. Para las laceraciones graves (de tercer o cuarto grado), los resultados fueron del 4,8% y el 1,7%, respectivamente.
La Dra. Alperin recordó que esta práctica ha sido tradicionalmente considerada como inocua e incluso protectora, sin embargo “estos resultados demuestran otro aspecto negativo de la episiotomía. Por eso alentamos a los obstetras a restringir su uso rutinario”. Según este estudio, por cada 4 episiotomías no realizadas se evita una laceración de segundo grado. En cuanto a las laceraciones graves, para evitar 1 se tendrían que realizar 32 episiotomías menos.
En España, distintos estudios observacionales muestran una prevalencia de esta práctica de hasta el 73%, en lo que algunos expertos no han dudado en considerar una “política sistemática de episiotomía ”. Frente a ella, la recién aprobada Estrategia de Atención al Parto Normal en el SNS recomienda “promover una política de episiotomía selectiva”.