Precauciones

Cómo proteger la piel del frío

Opiniones de expertos.

Infobae

El rostro, que por lo general está más expuesto al frío, el viento y los cambios de temperatura puede descamarse, agrietarse y fisurarse, aumentando el riesgo de desarrollar afecciones de mayor gravedad a largo plazo. La vista, por su parte, también requiere cuidados especiales sobre todo por parte de quienes residan o viajen a lugares de altura y con nieve.

La sequedad del rostro, los labios entrecortados y los ojos llorosos son "postales clásicas" del invierno. No obstante, en muchos casos, eso no implica que tanto la piel como la visión se conviertan en "áreas protegidas".

Sin embargo, los especialistas sostienen que al igual que en verano, durante el invierno la piel necesita de cuidado específicos pues se encuentra constantemente expuesta no sólo a las radiaciones solares -porque por más que en invierno haya muchos días grises o de lluvia, el sol está-, sino también al frío, el viento, la humedad, los cambios bruscos de temperatura que se producen al pasar, por ejemplo, de un ambiente calefaccionado como puede ser la casa o la oficina al frío de la calle y, finalmente, la nieve.

En deportes de nieve, cuidar especialmente los ojos y la piel del sol

Estos factores provocan dos clases de consecuencias. Por un lado las "estéticas" entre las que se destacan el envejecimiento prematuro y la deshidratación que da como resultado una piel deslucida y opaca; y por el otro lado, las que tienen que ver con la salud a largo plazo.

"También, al margen de los factores climáticos mencionados, hay que tener en cuenta los genéticos y constitutivos de cada individuo que su suman a otros como el consumo de tabaco u otros agentes nocivos, el estrés físico y psicológico, y la auto y sobre administración de productos no indicados", explicó a Pro-Salud News la doctora Mónica Milito, cirujana plástica, especialista en cirugía estética y reparadora, directora de la clínica Milito.

Considerando este panorama, si no se ponen en marcha los cuidados necesarios y básicos, la piel puede descamarse, agrietarse, sufrir fisuras cutáneas, quemaduras solares y el aumento del riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Pero, ¿cuáles son los cuidados básicos que pueden ayudar a proteger la salud de la piel durante el frío? Pues bien, el espectro es amplio aunque lo fundamental es utilizar protectores solares en caso que se realicen actividades o se pase tiempo al aire libre en lugares de montaña o donde haya nieve. La protección tiene que colocarse media hora antes de la exposición y repetirse varias veces a lo largo del día dependiendo la cantidad de horas que se pasen al aire libre.

En estos casos también es fundamental cuidar los ojos dado que la radiación solar aumenta 10 por ciento cada mil metros de altura; y un exceso de exposición a la radiación ultravioleta y el frío pueden producir quemaduras e irritaciones intensas en la superficie de la córnea, así como queratoconjuntivitis.

Vale mencionar que -en comparación con la playa, superficie sobre la cual habitualmente la gente se broncea en verano- la nieve refleja el 85 por ciento de la radiación solar, mientras que la arena sólo 10 por ciento.

¿Qué pasa en la ciudad?

Cuando la nieve es el destino de vacaciones o descanso, las precauciones suelen estar a la orden del día. Ahora bien, en lo cotidiano, en la ciudad, ¿cuáles son las mejores maneras de cuidarse?

De acuerdo con la doctora Mónica Maiolino, dermatóloga, "lo más recomendable es no sólo utilizar protectores solares, que deben elegirse de acuerdo a la sensibilidad de la piel y a las actividades que se realicen; sino también un post solar o crema humectante para después del baño, que -a modo de 'tip' o consejo, puede aplicarse con la piel todavía un poco húmeda para favorecer la absorción-, anteojos y un stick labial pues la piel de la boca es la más finita y sensible".

Por su parte, expertos oftalmólogos afirman que "los anteojos son muy importantes porque ayudan a frenar las partículas que el viento levanta a su paso y que pueden ingresar a los ojos provocando serias molestias, pero también protegen de una radiación que por encontrarse el sol más bajo en la línea del horizonte, impacta más directamente generando un intenso reflejo y una peligrosa irritación".

La elección del protector solar: puntos a tener en cuenta

Elegir el protector solar adecuado para cada persona depende de muchas cosas. En primer lugar, la edad pues excluyendo a los bebés que no deben ser expuestos al sol al menos hasta los seis meses, los más chicos deben contar con lo que se denomina "pantalla total".

Para los más grandes, el abanico del Factor de Protección Solar (FPS) es amplio y a la hora de optar lo que hay que considerar es el tipo o fototipo de piel de cada persona.

Cabe aclarar que el FPS es un concepto que hace referencia a la capacidad protectora que un filtro tiene y cuyo número se extrae de un cálculo entre el tiempo mínimo que se puede exponer una piel al sol sin experimentar enrojecimiento, en relación al que se podría exponer sin necesidad de filtro solar.

La elección, entonces, estará en relación con la capacidad de adaptación al sol que cada uno tiene desde que nace, es decir, como consecuencia del conjunto de sus características físicas (color de piel, cabello y ojos), que determinan su capacidad de broncearse sin riesgos.

Los fototipos -que podrán "resistir" en mayor o menor medida a la radiación ultravioleta compuesta por los "conocidos" rayos UVA y UVB; y los no tan "famosos" UVC de alto riesgo pero hasta el momento son filtrados por la capa de ozono-, son clasificados del I al IV según se trate de personas de piel muy blanca y cabellos y ojos claros que sufren enrojecimiento y nunca se broncean o, en el otro extremo dejando en el medio los matices, personas de raza negra.