Las personas con un coeficiente intelectual más alto son menos propensas a presentar el síndrome de intestino irritable (SII), según ha señalado el Prof. Manuel Díaz-Rubio, catedrático de Medicina y jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, en el marco de la primera Jornada Aquarius de Formación en Gastroenterología. En el encuentro se analizó la relación entre el SII, trastorno funcional crónico que se caracteriza por dolor abdominal y cambios de ritmo intestinal sin alteración orgánica demostrable, y la inteligencia.
"Hoy sabemos que la inteligencia, tanto la racional como la experiencial, puede intervenir en la fisiopatología de la enfermedad o en la precipitación de los síntomas", señaló el Prof. Díaz-Rubio. En este sentido, explicó los resultados de un estudio llevado a cabo para valorar la influencia de la inteligencia y los factores psicológicos, como la ansiedad, en pacientes con SII. En la investigación se observó que en cuanto a la inteligencia racional no había diferencias entre los pacientes con SII y el grupo control, aunque dentro del grupo SII los que consultaban habitualmente tenían una disminución levemente significativa del coeficiente intelectual.
Respecto a la inteligencia experiencial, se observó una disminución significativa del Pensamiento Constructivo Global en los pacientes con SII en comparación con el grupo control. Asimismo, se comprobó que también existe una disminución de la emotividad y de la eficacia y un aumento del pensamiento supersticioso y de la rigidez.
No obstante, a pesar de no conocerse las causas de SII, ya se sabía que existen determinados factores que influyen en el desencadenamiento de sus síntomas; es el caso de la dieta y de determinados factores biológicos y psicosociales, a los que ahora se unen los psicológicos, expresados por los antecedentes de acontecimientos vitales, niveles significativos de ansiedad y un neuroticismo estadísticamente significativo.