Verdades de la pareja actual
La monogamia, en vías de extinción
Las relaciones de pareja duran cada vez más lo que dura el deseo y son pocas las que se mantienen sin deslices. La opinión de especialistas.
Una investigación inglesa reveló que un 40 por ciento de la infidelidad en mujeres se debía a factores genéticos.
No está en nuestra biología y -por lo visto- tampoco en nuestras experiencias. Aunque sigue siendo uno de los ideales rectores de nuestra sociedad, la monogamia está en vías de extinción y cada vez se aceptan más las infidelidades.
Las relaciones de pareja duran cada vez más lo que dura el deseo y son pocas las que se mantienen sin “ciertos deslices” de por medio. La conclusión no es casual. A ella llegan los expertos consultados por Perfil.com, pero también abundan en los testimonios de gente común recopilados por este medio.
“En una cultura donde se pone tanto en juego el éxito, la riqueza y el poder, ese narcisismo desestabiliza permanentemente la autoestima y esto afecta mucho la pareja”, explica el psicoanalista Andrés Rascovsky, de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Rascovsky destaca que hoy en día existen muchas relaciones “narcisísticas”, en las que se busca “lo que uno quiere ser, lo que uno fue, o lo que fue parte de uno”. Así las cosas, el especialista señala que cuando predominan estos aspectos “las relaciones son frágiles, porque no se toleran las diferencias, sobre todo cuando el otro no concuerda con el ideal de uno”.
En este sentido, el psicoanalista Gabriel Espiño, de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP), señala que, si bien el amor dura lo que dura el deseo, en una pareja ello se puede “refundar”, algo que cada vez sucede menos en nuestra sociedad.
“Es un momento en que todos los lazos están ausentes y demorados”, explica el especialista, y destaca: “Eso sumado a que cada vez está menos sancionada la infidelidad, las relaciones cada vez duran menos y cada vez hay más (o se conocen más) casos de infidelidad”.
En tanto, un estudio del Hospital St Thomas de Londres reveló, hace un tiempo, que un 40 por ciento de la infidelidad en mujeres se debía a factores genéticos. Verdad o mentira, lo cierto es que las parejas cada vez están más devaluadas.
Historias de gente común
Qué dicen (y hacen) los infieles
Conozca por qué encuentran excitantes las relaciones fuera de la pareja. Cómo hacen para no ser descubiertos.
“Es divertido”, “hay mucha oferta”, “es una cuestión de adrenalina”. Los argumentos son muchos y variados, y aunque saben que si su pareja se entera lo pierden todo, aseguran que vale la pena arriesgarse, pero con cuidado, claro.
Sin embargo, los infieles consultados por Perfil.com saben que no está bien “meter los cuernos”. Por eso, prefieren hacerlo en momentos y lugares en los que saben que no hay posibilidades de que su pareja se entere. Y para ello, saben cómo rebuscársela.
“ Nunca un viernes o sábado a la noche, eso está claro. Lo hago sólo en horarios laborales, entre paciente y paciente, hasta puedo poner de pretexto que estoy en una cirugía, algo común en mi profesión”, cuenta Fernando de 37 años, un médico casado y con dos hijos.
Según explica, sus relaciones extramatrimoniales son sólo casuales, y dice que nunca se enganchó con alguna de sus “trampas”. Para Fernando, hoy en día es muy difícil ser fiel, “porque las situaciones se te presentan constantemente”. En su caso, “en el consultorio o en el mismo trabajo con algunas colegas”.
Las andanzas de Joaquín, de 23 años, son distintas, pero en el fondo, las mismas. Está de novio hace más de un año y asegura que siempre tuvo historias extra. “Es inevitable, en los boliches se da mucho y yo salgo mucho solo con mis amigos”, relata. Para él, ser infiel “es divertido”, y lo define como “una elección”. “Quizás más adelante no me guste más y decida comprometerme, pero no es una cuestión de edad. Tengo amigos más grandes y casados que hacen reuniones con ese objetivo”, cuenta.
Pero la infidelidad no es sólo una cuestión de hombres. Las mujeres también se las traen, como Marisa, una empleada administrativa de 45 años. “Comencé una historia con un compañero de trabajo que me gusta, pero no por eso voy a separarme de mi marido (está casada hace 12 años). Nos vemos siempre a la salida del trabajo, dos o tres horas nomás, porque tengo que volver a casa antes de que llegue mi marido de trabajar”, cuenta. Y dice que lo hace porque le “gusta la adrenalina”.