El aniversario de la muerte de un familiar cercano, muy especialmente de un progenitor, puede tener consecuencias no únicamente anímicas, sino fatales. Pues como concluye el estudio llevado a cabo por el grupo de investigación dirigido por el Dr. Juan Marqués, de la Universidad Central de Venezuela, presentado en el día de ayer en la 57ª Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología que se está celebrando en la ciudad de Chicago (Estados Unidos), “el riesgo de muerte súbita, sobre todo en los varones, se incrementa significativamente.
La muerte súbita, responsable de cerca de todas las muertes por causas coronarias, es, en palabras del Dr. Marqués, “un problema mayor de salud pública, por lo que una mejor comprensión de las situaciones en las que tiene lugar, como es el caso del aniversario de un fallecimiento, puede conllevar al desarrollo de estrategias preventivas innovadoras”.
Los investigadores analizaron las circunstancias en las que se produjeron 102 muertes súbitas de individuos con edades comprendidas entre los 37 y los 79 años. En el 69% de los casos, la causa subyacente fue un problema de la arteria coronaria. “Y en hasta un 13% de los casos –indicó el Dr. Marqués–, la muerte súbita tuvo lugar en el aniversario de la muerte de un pariente: en 7 casos, del padre; en 5, de la madre; y en 1, de la muerte de ambos progenitores, que fallecieron el mismo día”. En ningún caso se conmemoraba la muerte de otro familiar, y 4 de las muertes se produjeron cuando a la edad que tenía el progenitor en el momento de su fallecimiento.
“Todos sabemos de casos de familiares cercanos que han muerto a las pocas horas, semanas, meses o años que sus seres queridos. El aniversario de la muerte parece ejercer como un poderoso potenciador de la muerte súbita, por lo que los médicos deben tener muy en cuenta que el estrés mental, como el que se presenta en la conmemoración de estas fechas tan señaladas, puede conllevar a la muerte súbita de individuos susceptibles”, indicó el Dr. Marqués.
Cerca del 80% de los individuos estudiados (10) eran varones. La razón para esta mayor susceptibilidad podría encontrarse en una menor susceptibilidad de las mujeres por los mayores niveles de hormonas frente al estrés –catecolaminas y estrógenos.
Por ello, concluyó el Dr. Iván Mendoza, investigador de la Universidad Central de Venezuela, “debe prestarse una atención especial a aquellos casos que pueden resultar más vulnerables, como son aquellos con un infarto previo, un historial familiar de muerte súbita o enfermedad coronaria, y factores de riesgo cardiovascular como el colesterol, la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad y un estilo de vida sendentario”. También los factores psicológicos asociados con la enfermedad arterial coronaria, caso del estrés, la ira, los traumas emocionales, la depresión o la ansiedad se encuentran ligados con la muerte súbita.