Alerta epidemiológica en el norte del país

Fiebre amarilla: la situación

Un trabajador rural la contrajo en el centro de la provincia; los médicos dicen que con el tratamiento ya no puede contagiarla.

POSADAS.- Marcelo Dornelles, de 24 años, un obrero rural de San Vicente, ciudad del centro de esta provincia distante 260 kilómetros de esta capital, padece de un cuadro de fiebre amarilla, según confirmó el ministro de Salud de Misiones, José Guccione. Es el primer caso confirmado de contagio de este virus en nuestro país en 42 años, según las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación.

Dornelles estaba realizando tareas de desmonte en el paraje Aguas Blancas, entre las localidades de Dos de Mayo y El Alcázar, sobre la ruta 211, cuando comenzó a tener malestares estomacales, vómitos y su piel cambió de color y viró al amarillo (ictericia). Con ese cuadro concurrió al Hospital Samic de Oberá, donde los médicos observaron en él síntomas característicos de la enfermedad y dispusieron que quedara internado.

Ayer, la condición de Dornelles era estable y su vida no corría peligro, informó el doctor Sánchez. Dos hermanos del paciente, que también trabajaban en una zona donde habían sido encontrados muertos monos macacos, posiblemente afectados por el virus, están bajo observación, al igual que una persona de 40 años afectada por intensas fiebres en Eldorado.

Las autoridades sanitarias locales dispusieron la atención permanente, las 24 horas del día, en todos los centro asistenciales públicos donde se aplica la vacuna preventiva y gestionan que las clínicas privadas hagan lo mismo, en forma gratuita. Ayer se habilitaron vacunatorios en espacios públicos, como la plaza 9 de Julio, frente a la Casa de Gobierno de Posadas, donde se formaron largas colas bajo el fuerte sol del verano.

Hasta el viernes faltaban vacunas, aunque la ministra de Salud de la Nación, Graciela Ocaña, afirmó el fin de semana, en Puerto Iguazú, que la situación estaba "controlada". Ella comunicó a las autoridades locales el resultado positivo del estudio serológico de Dornelles, realizado en el hospital Malbrán, de Buenos Aires.

"No hay riesgo de epidemia en Misiones, en absoluto", afirmó Guccione, que recomendó evitar que cunda el pánico. A su vez, el doctor Eduardo Sánchez, director del Hospital Samic de Oberá, donde está internado Dornelles, aseguró que gracias a la medicación y cuidados que recibe dejó de ser una persona que potencialmente pudiera contagiar la enfermedad.

Al margen de la disponibilidad de vacunas, es difícil la situación con los menores de un año, a los que no se pueden aplicar las vacunas con virus vivos, como las de la fiebre amarilla. La complicación es que, al parecer, no se consiguen aquí los repelentes en gel recomendados para uso pediátrico y los que hay disponibles pueden provocar a los infantes erupciones cutáneas. Ya se están viendo los coches que llevan a los pequeños cubiertos con mosquiteros de tela, como antaño.

Por César Sánchez Bonifato
Para LA NACION

Algunos consejos  

Vacuna efectiva: la vacuna contra la fiebre amarilla existe desde hace 60 años e inmuniza a las personas durante una década.  

Exclusiones: niños menores de un año, mujeres embarazadas y personas mayores con problemas en sus defensas no pueden aplicarse la vacuna, dado que ésta está hecha con virus vivos atenuados.  

Dónde vacunarse: en la ciudad de Buenos Aires, en el Area de Sanidad de Fronteras (avenida Huergo 690, de 9 a 13); en el hospital Posadas (Marconi y Presidente Illia, Morón).  

Zonas de riesgo: están en la frontera nordeste del país. Las provincias de Formosa, Misiones y Corrientes son las más susceptibles por su proximidad con Paraguay y Brasil, donde en los últimos meses se registraron decenas de casos.  

Repelentes: de no poder aplicarse la vacuna, las autoridades sanitarias recomiendan a quienes deban viajar a Misiones y otras provincias del Nordeste el uso intensivo de repelentes para evitar la picadura de mosquitos.

Ahora sugieren vacunarse antes de viajar a Misiones
Recomiendan hacerlo diez días antes de llegar a destino

Marcelo Dornelles era un perfecto desconocido y, probablemente, seguirá siéndolo. Pero ayer este poblador rural misionero terminó transformándose en el primer enfermo de fiebre amarilla en la Argentina después de 42 años. Domelles, por fortuna está fuera de peligro, pero sin querer su caso cambió la percepción del problema por parte de las autoridades sanitarias.

El Ministerio de Salud, ahora, recomienda a todas las personas que viajen o piensen hacerlo en los próximos días a Misiones vacunarse contra la enfermedad. El consejo vale también para aquellos que se dirijan a Paraguay, donde la enfermedad provocó siete muertes, o a Brasil, con 17 decesos en lo que va del año.

En caso de no contar con diez días de anticipación para realizar el viaje -tiempo que demanda la vacuna en hacer efecto- las autoridades nacionales sugieren pertrecharse con buena cantidad de repelentes contra insectos para evitar la picadura de algún mosquito vector del virus.

Si bien en la Dirección Nacional de Prevención de Enfermedades y Riesgo reiteraron que las probabilidades de contagiarse fiebre amarilla son mínimas, lo cierto es que a principios de enero esa posibilidad prácticamente no existía. Domelles cambió el "nulo" por "probable". En aspectos de circulación de virus el riesgo cero es una utopía.

"La recomendación es que quienes viajen a Misiones se vacunen diez días antes en los centros dispuestos en la Capital, y si el viaje es urgente debe protegerse con repelentes", dijo ayer el director nacional de Prevención de Enfermedades y Riesgo, Hugo Fernández.

Casos en 1871 y 1966

Habría que remontarse a 1966 para encontrar los últimos casos de fiebre amarilla con "circulación selvática" en el país. En la ciudad de Buenos Aires, la última epidemia amarílica en 1871 dejó un saldo de 14.000 muertes. La Argentina había pemanecido blindada contra esta enfermedad, que afecta en mayor medida a los países africanos.

Uno de los inconvenientes de la vacunación -compuesta por virus atenuados- es que no puede aplicarse a los menores de un año, mujeres embarazadas ni en la población adulta con bajas defensas.

Consultado acerca de cuánto tiempo podría durar la alerta, Fernández estimó que "probablemente se mantenga por un tiempo; sería muy irresponsable ponerle tiempos", y agregó que alrededor de un 20% de los infectados corre riesgo de vida.

A principios de enero pasado se encendió la primera luz de alarma con los primeros casos en Brasil. El Ministerio de Salud sugirió que se vacunaran las personas que tuvieran decidido como destino turístico algunas de las playas ubicadas en la "zona de riesgo de transmisión". Con la confirmación de enfermos en Paraguay comenzó la vacunación en la zona fronteriza con ese país en Formosa y Misiones. Y a fines de enero el hallazgo de monos muertos (huéspedes al igual que el humano del virus) infectados de fiebre amarilla en la selva misionera instaló el alerta.

"Hay que seguir con la vacunación y eliminar los reservorios de mosquitos como medidas de prevención", agregó Fernández.

Entre 1985 y 2004 se notificaron en la Organización Panamericana de la Salud un total de 3559 casos de fiebre amarilla selvática en la región, que dejaron 2068 muertos. El país que más casos presentó fue Perú con 1939 seguido por Bolivia, con 684 y Brasil con 539.

Franco Varise

Opinión
Una batalla que se da en el hogar
Por Jorge Gorodner
Para LA NACION

Ante la denuncia oficial del primer caso de fiebre amarilla en la Argentina, sería bueno reiterar, para no causar alarma, que una epidemia de esta enfermedad sería excepcional.

Sólo se presenta de manera endémica en Africa y en países del centro-norte de América del Sur. El riesgo de brote está dado por la falta de prevención a través de una oportuna vacunación en las personas expuestas a la picadura de mosquitos infectados y por la irresponsabilidad de la comunidad de permitir un índice vectorial superior a lo aceptable, al no limpiar los reservorios de agua donde se reproducen los mosquitos Aedes aegypti .

América Latina tiene hoy mayor riesgo de epidemias urbanas que en los últimos 50 años, debido a que la densidad de Aedes aegypti -responsable también del dengue- se ha expandido en áreas rurales y urbanas, infectando regiones de las que había sido previamente erradicado.

La fiebre amarilla es una enfermedad conocida desde hace 400 años y que tiene una vacuna efectiva desde hace más de 60 años. Desde hace dos décadas el número de infectados ha aumentado, lo que constituye un problema reemergente de salud pública, en el que los cambios climáticos y la deforestación tienen un rol importante.

Esta enfermedad es primariamente selvática y comienza en monos infectados por mosquitos. El virus circula entre los primates y pasa a otros mosquitos que se alimentan de su sangre, quienes a su vez pican a humanos que entran en la selva y producen casos esporádicos de fiebre amarilla. Lo preocupante ocurre cuando una persona infectada en la selva se desplaza durante la fase de viremia hacia centros urbanos con elevada densidad de Aedes aegypti .

Para luchar eficazmente contra la fiebre amarilla, la comunidad en zonas de riesgo debería tomar conciencia de que es necesario eliminar el Aedes aegypti y sus criaderos. Cada persona debe transformarse en un agente sanitario. La batalla se da en el hogar.

Y ante a un cuadro de fiebre abrupta (más de 39º), fuertes dolores de cabeza, escalofríos, hemorragias, mareos, malestar general, dolor muscular, vómitos y diarreas hay que consultar un médico de manera urgente.

El autor, especialista en enfermedades infecciosas, es director investigador del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional del Nordeste  


 

Clarín
Confirman en Misiones el primer caso de fiebre amarilla en humanos
Es un joven hachero. Trabajaba en la zona donde habían hallado monos muertos.

Por: Ernesto Azarkevich

Las autoridades sanitarias misioneras confirmaron ayer el primer caso de fiebre amarilla en humanos en la Provincia. Es, además, el primer caso en el país desde que la enfermedad volvió a aparecer.

El paciente -un trabajador rural de 24 años oriundo de San Vicente- se habría infectado mientras realizaba tareas de desmonte en el paraje Aguas Blancas, cercano a Montecarlo, 200 kilómetros al norte de Posadas. En esa zona se hallaron varios monos muertos, presumiblemente a causa del mismo virus. Hasta el momento, oficialmente sólo se confirmó la muerte de 14 monos por fiebre amarilla. Estos animales fueron encontrados a fines de enero en el Parque Provincial de Piñalito, en San Pedro.

El joven lleva 10 días internado en el Hospital de Oberá, donde fue derivado desde una clínica de San Vicente. Ayer, los resultados del Instituto Nacional de Virología Maiztegui confirmaron que tiene fiebre amarilla. Así lo anunció el ministro de Salud Pública, José Guccione, desde Oberá, donde concurrió a visitarlo.

En ese ámbito, Guccione afirmó: "hubo tres casos sospechosos de fiebre amarilla en la provincia; uno fue descartado, otro está en estudio y el restante fue confirmado por los profesionales del Instituto Maiztegui". Según aclaró, se trata de "un caso selvático de fiebre amarilla y no urbano. Ya se ha hecho el bloqueo epidemiológico a través de la vacunación masiva de toda la zona norte de la provincia".

Esa información fue ratificada por el Ministerio de Salud de la Nación. "El caso detectado corresponde al tipo de circulación selvática de la fiebre amarilla. La produce la transmisión de un mosquito, pero no se contagia de persona a persona. El tipo urbano lo transmite otro mosquito, el Aedes aegypti", explicó Hugo Fernández, director nacional de Prevención de Enfermedades.

El funcionario detalló: "a fines de enero observamos en Misiones mortalidad de monos e investigamos. El 22 de enero determinamos la circulación de fiebre amarilla. Si alguien ingresa a ese ciclo no inmunizado, puede contagiarse. Eso le ocurrió al hachero, que estaba expuesto al virus".

Por su parte, el gerente asistencial del Hospital de Oberá, Eduardo Sánchez, precisó que el joven -del que no trascendió su identidad- se encuentra en un "muy buen estado de salud" y desde hace cinco días reclama su alta. No obstante, aguardarán a que se normalicen los parámetros de laboratorio antes de permitirle regresar a su casa. Por ahora, continúa su tratamiento en una habitación aislada. Para Sánchez, el paciente ya superó la viremia aguda -período en que puede contagiar, siempre y cuando sea picado por el mosquito transmisor- y su alta ya no implica riesgo alguno para la población. "Nos contó que no había tenido tiempo de vacunarse antes de ir al monte y que lamentó no haberlo hecho al toparse con un mono carayá muerto", dijo.

El joven ingresó al hospital, hace diez días, con cefalea, fiebre y fotofobia. De inmediato se le realizaron los estudios necesarios para descartar meningitis y fiebre amarilla. Tras la primera prueba de laboratorio positiva de esta última enfermedad, se envió una muestra de sangre al Instituto Nacional de Virología.

El último caso de fiebre amarilla en Misiones había sido diagnosticado en 1961. Pero desde 2001 a 2003, ante los casos registrados en Brasil y Paraguay, se incluyó esta inmunización en el calendario provincial de vacunación.

COLABORO: Pilar Ferreyra

Habilitaron más vacunatorios

Tras una semana repleta de reclamos de la gente, el Ministerio de Salud Pública misionero debió dar marcha atrás con la decisión de reducir a sólo cinco los centros de vacunación contra la fiebre amarilla en Posadas y Garupá. Desde el Gobierno provincial prometieron además que se eliminará el cupo de cien vacunas a aplicarse por día en cada centro.

Consecuentemente, desde ayer se habilitaron nueve vacunatorios exclusivos para la fiebre amarilla en Posadas y otros cuatro en Garupá. Sin embargo, no se reabrió el centro de vacunación en el Puente Internacional Roque González, donde acudían la mayoría de los ciudadanos paraguayos. Este fin de semana se recibieron 60.000 dosis de antiamarílicas desde Nación y se garantizó la entrega de más dosis.

La vacuna

Los residentes en zona de riesgo -principalmente Misiones y Formosa- y quienes viajen allí deben recibir la vacuna antiamarílica. En Capital Federal es posible aplicársela en la Dirección de Sanidad de Frontera (Huergo 690), en la Dirección de Salud Ocupacional (Carrillo 490), en el Hospital Francés y en siete vacunatorios del GCBA. También se da en el Hospital Posadas de Haedo. 

 


 

Clarín

Analizan otro posible caso de fiebre amarilla

Es un misionero de 14 años. Vive en la misma zona donde se contagió el hachero.

Por: Ernesto Azarkevich

Mientras el primer afectado por la fiebre amarilla evoluciona satisfactoriamente al tratamiento médico, las autoridades sanitarias de Misiones aguardan con expectativa el resultado de los estudios virológicos realizados a un adolescente de 14 años que presenta los síntomas característicos del temible mal. El chico es oriundo de una zona rural que está a sólo 14 kilómetros del lugar donde el hachero contrajo la enfermedad.

La confirmación del primer caso de fiebre amarilla en un trabajador rural de 24 años despertó la alarma en la población local, que ayer concurrió masivamente a vacunarse en hospitales, centros de salud y plazas. Desde el Ministerio de Salud Pública dijeron que la situación epidemiológica está controlada y en los últimos días se recibieron 100.000 dosis de la vacuna para inmunizar a toda la población. Sin embargo, se está haciendo foco en especial en la zona donde se hallaron monos muertos por el virus.

El ministro de Salud Pública, José Daniel Guccione, afirmó que el hachero que contrajo la enfermedad en el paraje Aguas Blancas, 200 kilómetros al norte de Posadas, "se encuentra evolucionando favorablemente y los análisis de sangre están llegando a sus valores normales". El joven admitió que no se había vacunado por falta de tiempo.

El muchacho que contrajo fiebre amarilla continúa internado en el Hospital Samic de Oberá, pero antes del fin de semana recibiría el alta médica, ya que su estado es casi normal. El gerente del centro asistencial, Eduardo Sánchez, explicó que el paciente superó el período de viremia aguda, que es el lapso en el que puede contagiar el mal si es picado por el mosquito transmisor.

El ministro Guccione señaló ayer que "en la ciudad de Posadas y la localidad de Garupá se reorganizaron los centros de vacunación para atender la gran demanda, en tanto que en el interior se continúa con la vacunación activa y pasiva, en terreno". La intención de las autoridades es conseguir con la vacunación masiva un bloqueo de la enfermedad para evitar la llegada a los centros poblados y el contagio entre humanos.

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