La verdad y otras mentiras

“Homo cronicus”: médicos, monos y rompecabezas

¿Qué hacer en una época de enfermedades crónicas?

¡Cambiar o perecer!

Todos conocemos la maravillosa capacidad adaptativa de la especie humana, su extraordinaria aptitud para modificarse en función de los requerimientos del ambiente y los imperativos de superviviencia y reproducción. El cuerpo humano reemplaza el 98% de sus átomos al cabo un año. Las moléculas de agua que lo componen cambian aún más rápido, entre una y dos semanas dependiendo del calor del ambiente. La masa ósea se reemplaza en lapsos de pocos meses. Cuando los miembros de una especie registran la inconveniencia de ciertos aspectos del hábitat, modifican su conducta o sus atributos o emigran hacia ambientes más propicios. Persistir con estrategias ineficaces sería una forma segura de suicidio colectivo y el camino hacia la desaparición de la especie.

El conocimiento -nuestro entorno cultural- cambia de un modo tan vertiginoso que resulta difícil trazar un panorama preciso acerca de qué cosa es eso que llamamos “conocimiento” hoy. El número de publicaciones científicas se duplica cada quince años, pero también el número de científicos lo hace en el mismo período. El 80 al 90 por ciento de todos los científicos que han existido alguna vez están todavía vivos. (1) 
 
La versatilidad y la comunicación -silenciosa pero eficaz- que nuestra biología mantiene con el medio del que recibe las señales que procesa y que originan modificaciones de la conducta le permiten establecer una relación de equilibrio que aleja la amenaza de la muerte. La pérdida de esta condición es una de las causas de enfermedad.

Nuestras ideas sobre política, acerca de las personas y hasta nuestras parejas cambian si se espera el tiempo suficiente. El cambio parece ser una constante del ambiente y las modificaciones de los individuos una forma inteligente de adaptarse a ellos. ¡Cambiar o perecer! tal vez esa sea la consigna.

Pese a todas estos evidencias tenemos una fuerte impresión de permanencia y estabilidad. Sabemos que ocurren, pero ignoramos estos hechos en función de que aquello que persiste es lo que, finalmente, consideramos que en verdad “somos”. A la vez ilusoria y real, esta percepción tan contradictoria, pero tan potente, nos lleva por la vida con la sensación de ser siempre los mismos. La identidad se asienta en un más allá de las moléculas y los átomos que nos constituyen. Esa condición que nos permite adaptarnos para sobrevivir y que se sustenta en el cambio como estrategia principal parece derrumbarse cuando de la conducta se trata. ¿Usted ha tratado alguna vez de modificar un hábito para adaptarse a nuevas realidades? ¿Ha tratado que otros lo hagan por su sugerencia?

La epidemiología contemporánea muestra un creciente predominio de las enfermedades crónicas no transmisibles como causa principal de discapacidad y muerte. Con la misma contundencia de estos datos es posible advertir que esta tendencia no sólo no se estabiliza sino que se incrementa de manera alarmante y que las estrategias de control implementadas hasta el presente fracasan estrepitosamente.

¿Es que no disponemos de recursos terapéuticos eficaces en hipertensión, diabetes, dislipidemia?

Decididamente sí disponemos de esos recursos aunque aún hay mucho por hacer por el acceso igualitario a ellos. Pero la escasa adherencia, la imposibilidad de alcanzar los objetivos recomendados y la prevalencia de complicaciones no se da únicamente entre quienes no pueden acceder a la información sobre cambio de hábitos o a los fármacos –lo que sería muy entendible-, se da también entre quienes podrían utilizarlos que es entre quienes se realizan los grandes estudios de seguimiento.

En países con altos estándares en sus sistemas de salud como los europeos, los estudios EUROASPIRE  I; II; III –por citar sólo un ejemplo- muestran que si se comparan registros de los años 1990, 2000 y 2007: (2)

  • Se incrementó el tabaquismo entre personas menores de 50 años
  • Se incrementó el sobrepeso desde 25% al 38%
  • Se incrementó la obesidad central desde 42% al 54%
  • Se incrementó la Diabetes desde 17% al 28%

  • Pese al incremento en la disponibilidad de agentes antihipertensivos, el control efectivo de la HTA se redujo desde 41% al 39% lo que significa que el 61% de los hipertensos aún no están controlados adecuadamente.

  • El único dato positivo fue el control de los lípidos debido al incremento masivo en la prescripción de estatinas.

Muchas veces los médicos armamos una imagen con las piezas minúsculas que los datos nos aportan. Tenemos en mente la referencia completa y vamos colocando las piezas del rompecabezas en su lugar hasta que el dibujo esperado aparece. Diagnosticamos, aconsejamos, tratamos, controlamos...pero la escena final no sólo no aparece sino que cada vez se aleja más del modelo que tenemos en nuestra mente. En este curioso rompecabezas las piezas se ensamblan pero lo que aparece es una cuadro muy distinto del que suponíamos estar armando.

Estos y otros datos de la realidad en la que desempeñamos nuestra tarea cotidiana: ¿No resultan suficientes como para obligarnos pensar cómo hacemos lo que hacemos? ¿Cómo actuaría una colonia de chimpancés ante el fracaso reiterado de sus estrategias de supervivencia?

¿Dónde estamos?

  • El pensamiento unidimensional en una era de comorbilidades

  • Sistemas diseñados para asistir enfermedades agudas en un mundo de patologías crónicas

  • Una comunicación médica imperativa cuando resulta imperiosa la forma educativa.

  • La confusión entre información (un acto) con educación (un proceso).

  • Un modelo centrado en el médico como figura excluyente cuando es evidente que se requiere de uno centrado en el paciente y su autocuidado.

  • Una consulta individual, esporádica y de corta duración para enfermedades de larga duración y colectivas.

¿Tendrán estas condiciones algo que ver con los resultados que obtenemos?

¿Habrá algo que podamos hacer?

¿Estaremos capacitados para imaginar nuevas formas de asistencia más “adaptadas” al escenario epidemiológico en que nos toca vivir?  ¿Cuáles? ¿Cómo?

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Dr. Daniel Flichtentrei

Referencias:

(1) Profesor Mario Albornoz en las Jornadas IntraMed 2007
(2) Congreso Europeo de Cardiología 2007
Imagen adaptada de: Let them free, Nicola Grandi, Italy

Recursos en enfermedades crónicas:

Grupos Crea-Acciones del Htal. Italiano de Bs As

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