'JAMA'

Tiazolidinedionas y riesgo cardiovascular en ancianos

Aumento del riesgo de insuficiencia cardiaca, infarto y muerte en personas mayores.

CRISTINA G. LUCIO

MADRID.- Apenas unas semanas después de que la FDA recomendara aumentar las advertencias sobre la seguridad de Avandia (rosiglitazona), el antidiabético recibe otro revés. Un estudio publicado en el último número de la revista 'JAMA' asocia el uso de las tiazolidinedionas –la familia a la que pertenecen este antidiabético y su rival en el mercado, Pioglitazona con un aumento del riesgo de insuficiencia cardiaca, infarto y muerte en personas mayores.

Este trabajo, dirigido por la investigadora canadiense Lorraine L. Lipscombe, realizó un seguimiento, durante una media de 3,8 años, a 12.491 pacientes diabéticos de la región de Ontario que estuvieran recibiendo tratamiento oral para su dolencia. Todos ellos eran mayores de 65, un grupo infrarrepresentado en los estudios clínicos pese a que posee la mayor prevalencia de diabetes, según explican los autores en su estudio.

A través de los registros de hospitales y centros sanitarios de la zona, los investigadores comprobaron que, durante el tiempo del estudio, un 7,9% de los participantes necesitó asistencia médica por una insuficiencia cardiaca, otro 7.9% lo hizo a causa de un infarto y un 19% falleció.

Después de valorar los datos disponibles y desechar distintas variables que pudieran confundir los resultados de la investigación, los investigadores comprobaron que los pacientes que, en vez de otros antidiabéticos, tomaban tiazolidinedionas presentaban un riesgo mayor de sufrir insuficiencia cardiaca, infarto o incluso morir.

"Este aumento en el riesgo parece estar limitado sólo a la rosiglitazona", explican los autores en su estudio, si bien matizan que su trabajo podría no haber detectado "efectos adversos asociados a la pioglitazona debido al número relativamente pequeño de personas que tienen como único tratamiento este antidiabético".

Dudas sobre el antidiabético

"Nuestro trabajo proporciona evidencias más convincentes de que la rosiglitazona se asocia con un aumento en el riesgo de episodios cardiacos y muertes entre las personas mayores con diabetes", apuntan.

El fármaco ha estado en tela de juicio desde que el pasado mes de mayo un metaanálisis publicado en 'The New England Journal of Medicine' asociase su consumo con un aumento considerable del riesgo de infarto. En estos meses, se han sucedido los análisis que alertan de sus peligros o avalan sus beneficios probados, sin que, hasta el momento, se haya llegado a una conclusión definitiva sobre la seguridad del fármaco.

Los autores de esta última investigación reconocen que tampoco su trabajo pondrá punto y final a la polémica ya que tiene algunas limitaciones, como el hecho de que la población estudiada representa a un grupo de pacientes con una diabetes muy avanzada, lo que podría interferir en los resultados finales del trabajo.

"Son necesarios estudios más a fondo para cuantificar los riesgos y beneficios asociados a esta terapia y explorar si los riesgos asociados a estos fármacos son específicos de la rosiglitazona", concluyen.