Guido no se acuerda de cuando se fracturó un brazo; era muy chico, tenía poco más de un año. Tampoco se acuerda de cuando le dijeron que era celíaco; también era muy chico, pues tenía un año y medio.
"Guido un día apareció con el brazo fracturado -recuerda Daniela, su mamá-. Era una fractura sin desplazamiento: el hueso no se había movido de lugar; se había roto espontáneante. En su momento, ningún médico le dio importancia, pero tiempo después, cuando otros síntomas de la enfermedad permitieron llegar al diagnóstico de celiaquía, le conté a la pediatra a modo de anécdota lo de la fractura, y nos dijo que era habitual que los celíacos sin tratamiento sufrieran la descalcificación de los huesos."
Fracturas sin causa aparente y a edades en las que la osteoporosis no es común pueden ser un indicio de enfermedad celíaca. Tanto es así, que recientes estudios muestran que aun los celíacos que no manifiestan los síntomas más característicos de la enfermedad (diarreas, vómitos, pérdida de peso) pueden sufrir la descalcificación de los huesos, que los predispone a fracturarse.
"Las personas con enfermedad celíaca tienen una predisposición a sufrir muchas más fracturas que la población general, y ante traumatismos mínimos", comentó a LA NACION el doctor Julio Bai, jefe de Departamento de Medicina del hospital Udaondo, y autor principal de un estudio publicado en la edición online de la revista Digestive & Liver Disease, que analizó distintos estudios realizados sobre un total de casi 21.000 celíacos, para concluir que, en promedio, las personas con enfermedad celíaca tienen un riesgo de fractura un 33% superior al de la población general.
Afortunadamente, en la mayoría de los casos, las personas celíacas sólo requieren para reducir ese riesgo observar la misma dieta que los médicos les indican para evitar que la intolerancia al gluten que padecen se traduzca en daños en las paredes internas del intestino delgado, donde tiene lugar la absorción de los nutrientes.
Desgraciadamente, en la Argentina, el subdiagnóstico es la regla: por cada celíaco que sabe su condición, hay otros ocho sin diagnosticar. En total, se estima que son 400.000 los argentinos con enfermedad celíaca.
Prevenir fracturas
La descalcificación que pueden experimentar las personas con enfermedad celíaca responde a varias causas. "En primer lugar, la atrofia de las vellosidades del intestino, causada por el gluten conlleva un defecto en la absorción de los nutrientes, entre ellos el calcio y la vitamina D, que son los que permiten la mineralización del hueso", explicó el doctor Bai.
"Durante mucho tiempo se pensó que ésta era la única causa -agregó-. Pero nosotros fuimos de los primeros en observar que aun los celíacos asintomáticos, que no tienen el problema de la malabsorción ya que la lesión intestinal es mínima, también podrían sufrir descalcificación."
Esa observación es la que llevó a un estudio más a fondo de los fenómenos inflamatorios presentes en la enfermedad celíaca, ya que, en el fondo, de lo que se trata es de una reacción del sistema inmunológico desencadenada por la intolerancia al gluten. "Lo que nos preguntamos fue si el proceso inflamatorio que se produce en el intestino no podría también estar produciéndose en el hueso", recordó Bai.
La respuesta fue afirmativa. El elemento común de ese proceso de autoinmunidad resultó ser un anticuerpo que reacciona contra la transglutaminasa, una proteína necesaria para los procesos de mineralización de los huesos.
Pero más allá de cuáles sean las causas de la pérdida de masa ósea que pueden experimentar las personas con enfermedad celíaca, agregó el doctor Bai: "La mayoría de los pacientes que realizan una dieta libre de gluten mejoran su densidad ósea".
La actividad física es otro buen aliado para mejorar la salud de los huesos y prevenir facturas (y esto vale para todas las personas, no sólo para quienes tienen enfermedad celíaca), ya que el ejercicio físico colabora con el desarrollo del hueso y la masa muscular reduce el riesgo de fracturas ante posibles caídas.
"Una dieta libre de gluten y la actividad física permiten mantener una buena salud ósea", concluyó Bai.
Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION
Sólo una cuestión de costumbre
"Una vez que te acostumbrás, ya está", asegura Guido, de 12 años, en referencia a la estricta dieta -básicamente: evitar alimentos que contengan harinas de trigo, avena, cebada o centeno- que debe seguir para evitar que su condición de celíaco le haga pasar algo más que un mal rato.
Todavía está fresco en su memoria el recuerdo de un atracón con galletitas Sonrisas: "Mi mamá había comprado esas galletitas porque venía un amigo mío a casa -recuerda Guido-. Al final, no se las comió y el paquete quedó en casa; a la mañana siguiente me levante a desayunar y lo encontré: me comí todo el paquete. Fue algo así como una gastroenteritis terrible...".
Experiencias como ésas, sumadas al insistente consejo médico de evitar alimentos con gluten, lograron que con el tiempo Guido perdiera las ganas de infringir la dieta. Hoy, este alumno de séptimo grado, vecino del porteño barrio de Saavedra, posee no sólo la convicción, sino también el conocimiento necesario para cuidar su dieta.
"Yo sé elegir -asegura-, cuando voy a hacer las compras busco en lo que agarro el simbolito del trigo tachado [que identifica los alimentos libres de gluten], que me permite saber que ese alimento es apto para celíacos.
"Muchas veces me preguntan si es feo no poder comer todo lo que comen los demás y tener que comer una comida diferente -dice-. Pero la verdad es que me acostumbré y ya no me causa problemas."
Una afección oculta: iniciativas legislativas
Leyes que buscan ampliar la atención
Son varios los proyectos en el Congreso
En lo que va de este año, más de una decena de proyectos de ley referidos a la atención de la enfermedad celíaca fue presentada en el Congreso, pero ninguno de ellos obtuvo luz verde todavía. Es más: ni siquiera figuran en los temarios de las comisiones de Salud del Senado y de la Cámara baja.
Dichas iniciativas proponen ampliar las facultades actualmente dispuestas en la ley 24.827, que obliga a los elaboradores de alimentos a informar al Ministerio de Salud si sus productos contienen o no gluten de trigo, avena, cebada o centeno. Según la norma, los que no lo contengan llevarán impreso en sus envases el símbolo internacional que indica esa particularidad del producto.
El senador Ramón Saadi (FPV-Catamarca) propone en su iniciativa extender esta obligación a los elaboradores, comercializadores e importadores de drogas. "Es habitual la presencia de gluten en la elaboración de los productos farmacéuticos", fundamentó el legislador. Por su parte, el senador Marcelo Guinle (FPV-Chubut) propone un programa nacional especial que garantice la provisión de alimentos y fármacos para enfermos celíacos en comedores infantiles, escuelas, establecimientos de salud e institutos penitenciarios.
Su par Adriana Bortolozzi de Bogado (FPV-Santa Fe) dispone en su proyecto de ley que los hospitales públicos, seguros médicos, empresas de medicina prepaga y las obras sociales incorporen dentro de sus prestaciones "la detección temprana de la enfermedad para menores que pertenezcan a grupos de riesgo con antecedentes de la enfermedad celíaca en el entorno familiar directo y su tratamiento en caso de ser necesario".
La obligación de incorporar dentro de las prestaciones médicas públicas y privadas la atención de esta enfermedad es el común denominador de la mayoría de los proyectos de ley presentados. La senadora Mabel Caparrós (FPV-Tierra del Fuego) propone que todos los hospitales públicos deban efectuar exámenes de detección y diagnóstico de la enfermedad celíaca. En su iniciativa, el diputado Julio Martínez (UCR-La Rioja) propone que "toda persona sin cobertura médica tendrá garantizados de manera gratuita la detección y el tratamiento integral de la enfermedad celíaca". En el mismo sentido apunta el proyecto del diputado Raúl Solanas (FPV-Entre Ríos).
Laura Serra