Alejandro García Carrancá, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), recibió el Reconocimiento Cruzada Avon por sus aportes científicos en el estudio del cáncer en la mujer.
Por primera vez esta empresa otorgó dicho galardón a una investigación sobre el virus del papiloma. García Carrancá es investigador titular y jefe del Laboratorio de Virus y Cáncer en la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer, de Investigaciones Biomédicas y del Instituto Nacional de Cancerología de la Secretaría de Salud.
Es licenciado en Nutrición Humana por la Universidad Iberoamericana; tiene maestría y doctorado en Ciencias con especialidad en Biología Molecular y Genética por el Instituto Politécnico Nacional. Además, cuenta con estudios posdoctorales en Biología Molecular en el Instituto Pasteur de París.
En su fructífera carrera ha sido miembro y socio fundador de diversas asociaciones de biología molecular, bioquímica y genética humana.
Durante 2004 fue presidente de la 21 Conferencia Internacional de Virus del Papiloma Humano. Actualmente es vicepresidente de la Sociedad Mexicana del Virus del Papiloma, AC.
Entre otros reconocimientos, García Carrancá ha recibido el Premio Canifarma de Apoyo a la Investigación y el Desarrollo, el Premio de la Academia Nacional de Medicina- Conacyt al mejor trabajo científico y el Premio Roche-Syntex de Investigación Médica.
Al recibir su reconocimiento de manos de los representantes de la empresa Avon, agradeció a las instituciones que lo han albergado y que han confiado en él: la UNAM y especialmente los institutos de Investigaciones Biomédicas y Nacional de Cancerología.
En la ceremonia, agradeció el premio. “No sólo me halaga, también me compromete más a investigar y a tratar de encontrar una cura a este problema. Es vergonzoso que en México ocurra todavía. Aún sigue la alta incidencia de muerte por cáncer cervicouterino, enfermedad que es de las pocas que pueden curarse totalmente cuando se detectan a tiempo”.
En entrevista comentó que desde sus inicios en la biología molecular trabajó con virus que se caracterizan por no producir mucho daño en sus huéspedes, pero que en otros producen cáncer. Es el caso de los virus papiloma, los cuales estudia.
“Éstos parecerían tener nichos diferentes en un mismo huésped; es decir, lugares en donde pueden producir virus y ser lo que llamamos productivos, y otros donde no son tan productivos, lo cual lleva un riesgo muy alto para el cáncer”, explicó.
Esto es en parte la historia del cuello uterino, continuó. Es una zona en la mujer donde hay una unión de dos epitelios, una transformación de las células y un virus que llega a infectar. Si se queda mucho tiempo, tiene un riesgo grande para la mujer.
En el cáncer cervicouterino está clara la participación de estos virus papiloma. Mientras el virus permanece y la infección no se cura, el riesgo es grande para desarrollar cáncer. Las mujeres que no tienen virus o que lo tuvieron y ya no se les detecta, no están en riesgo de desarrollar la enfermedad.
Apuntó que lleva varios años dedicado a la investigación básica, pero últimamente se ha vinculado con proyectos que intentan aplicar conocimientos básicos a pronósticos, tratamientos y desarrollo de nuevos productos. “Trato de vincular la investigación básica con la generación de tecnologías o de recursos útiles a la sociedad para el diagnóstico y tratamiento”, dijo.
“Algunos de nuestros proyectos están enfocados a tratar de aprovechar el conocimiento para generar tecnologías y nuevos fármacos para combatir la enfermedad. En la población mexicana hay algunos elementos de nuestro contenido genético que hacen que algunas mujeres sean más susceptibles a desarrollar cáncer.”
García Carrancá informó que se cumplen tres años de trabajar en una unidad mixta, en colaboración con el Instituto Nacional de Cancerología, hecho que da una mayor vinculación con los problemas cotidianos de este padecimiento.
Destacó que Biomédicas –donde desarrolló sus trabajos– es una institución de las más importantes de la UNAM como generadora de recursos humanos y conocimiento; además, está a la vanguardia en varias investigaciones.
Sobre el reconocimiento obtenido, destacó la importancia de que este tipo de empresas apoyen la investigación. “Tenemos un compromiso con nuestra sociedad; debemos trabajar en la búsqueda de dar mayor utilidad al conocimiento que no sólo generamos nosotros, sino también al que ya existe, y buscarle aplicaciones”.
Cabe destacar que por primera ocasión y como parte central del evento, Avon entregó este reconocimiento a aquellas personas, asociaciones y compañías que han demostrado su compromiso para disminuir este mal, así como aquellas que desde su trinchera trabajan para combatir el cáncer de mama y cervicouterino desde distintos ámbitos de nuestra sociedad.
Marcela Lizano Soberón, quien se desempeña como subdirectora de Investigación Básica del Instituto Nacional de Cancerología, quien cursó estudios de licenciatura, maestría y doctorado en la UNAM, también fue galardonada en esa misma categoría.
lejandro García Carrancá, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), recibió el Reconocimiento Cruzada Avon por sus aportes científicos en el estudio del cáncer en la mujer.