Amy Lorentzen
Una investigadora de Iowa, Estados Unidos, está estudiando un trastorno alimentario poco conocido que algunos médicos pueden pasar por alto. Se trata de la purga. Si bien es similar a la bulimia, que afecta especialmente a las mujeres, los pacientes que sufren este trastorno no suelen caer en atracones. "De todas maneras se sienten forzados a realizar una purga, por lo general a través del vómito, aún después de comer una cantidad de alimento normal o pequeña", explicó Pamela Keel, la investigadora de la Universidad de Iowa que dirigió un estudio sobre el tema.
Keel, profesora de Psicología, y colegas de Iowa y la Facultad de Medicina de Harvard, explican su investigación en la edición de este mes de la publicación Archivos de Psiquiatría General.
"Este desorden es nuevo en el sentido de que no fue reconocido oficialmente como una condición única en la clasificación de trastornos alimentarios. Pero no es un problema nuevo", indicó Keel. "Las mujeres ya luchaban con el trastorno de las purgas mucho antes de que comenzáramos a estudiarlo" agregó.
Si estudios posteriores confirman que se trata de un trastorno separado, Keel adelantó que la Asociación Norteamericana de Psiquiatría podría revisar sus criterios sobre diagnóstico de trastornos alimentarios.
Esto es importante porque los médicos podrían entonces evaluar mejor a este tipo de pacientes y elegir los mejores tratamientos para ellos. De otro modo, según Keel, podrían equivocarse ya que muestran un peso normal y no caen en atracones.
"Lo cierto es que hay mujeres en este momento que sufren este trastorno y que se está haciendo muy poco para descubrir por qué tienen este problema o para ver cómo ayudarlas" continuó Keel.
El estudio se centró en las mujeres porque son cerca de 10 veces más proclives que los hombres a sufrir de bulimia -cuando se come de forma compulsiva y uno se obliga después a vomitar, ayunar, tomar laxantes o hacer ejercicio de forma excesiva para quemar calorías-.
Los peligros de la purga son similares a los de la bulimia: problemas psicológicos, deshidratación, desequilibrios con los electrolitos (capaces de afectar al corazón y riñones), y potenciales problemas en los dientes a raíz de los vómitos autoinducidos.
La investigación de Keel, realizada entre 2001 y 2005, fue financiada por el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos.
Para su estudio, Keel analizó a 90 mujeres: 20 tenían síntomas de purga, 37 de bulimia y 33 ningún trastorno alimentario.
TRADUCCION: Silvia S. Simonetti