Viviana Bernath es bióloga molecular especialista en métodos de determinación de la identidad biológica a través del ADN. Este procedimiento -que tuvo una gran expansión cuando se estandarizó el uso de la tecnología de PCR- se ha constituido en un instrumento empleado rutinariamente cuando se hace necesario conocer los vínculos de parentesco entre personas o en investigaciones criminales. El laboratorio que Viviana codirige con su colega Mariana Herrera desde hace 14 años ha intervenido en más de 4.000 casos.
Acaba de publicar un libro: “Historias reales del ADN”, (Planeta) donde algunos de esos casos cobran vida mediante la narración de sus propias biografías. Allí, los sucesos que motivaron la necesidad de realizar las pruebas alcanzan una dimensión humana que seguramente Watson y Crick no imaginaron jamás como destino para su descubrimiento en 1953.
Viviana es una bióloga con una sólida formación académica. Doblemente “hija” de la Universidad de Bs As: Colegio Nacional de Bs As –donde nace su vocación por la disciplina durante sus estudios secundarios- y graduada en la Facultad de Ciencias Exactas de la misma universidad. Su formación doctoral de post-grado la realizó en el laboratorio más prestigioso de nuestro medio dirigido por el Dr. Alberto Kornblihtt uno de los más destacados especialistas internacionalmente reconocido.
¿Qué plantea el libro?
Reúne en un texto ameno, preciso, pero sin alardes de erudición técnica, las dimensiones biológicas y biográficas de la identidad en conflicto de un grupo de personas. Sin estridencias innecesarias este libro se ocupa de un modo actual de las viejas divergencias entre naturaleza y cultura. Ese es el punto, esa la cuestión fundamental. Aquí el tema se trata del modo en que sólo alguien que sabe lo que dice y que tiene una franca voluntad de hacerse entender puede hacerlo. Sin apelar a la jerga de una secta, sin esconderse bajo la oscuridad de una lengua inaccesible, las historias que aquí se narran son creíbles, resultan conmovedoras, simplemente porque son verdaderas.
Dejo el placer de disfrutar de este texto a ustedes, pero no puedo dejar de hacer una referencia final a las reacciones que he podido observar que la obra suscita. Sé que es algo extraño, inusual, "comentarios sobre los comentarios". Tal vez excesivamente personal y, por ello, innecesario. Pero no puedo evitar hacerlo.
Entrevista a Viviana Bernath
Ya que tu tema es la identidad ¿Podrías contarnos quién sos?
Soy Viviana Bernath, nací en 1962 en Buenos Aires, curse mis estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos Aires y seguí la carrera de Biología en la UBA, me doctoré en Biología Molecular, también en la UBA. Cuando finalicé el doctorado monté junto con otros colegas, un laboratorio de diagnóstico de enfermedades genéticas y estudios de identificación de personas por análisis del ADN. Hoy ese laboratorio se llama GENDA y lo codirijo con la doctora Mariana Herrera. Pero mi identidad abarca mucho más, tengo una familia hermosa, estoy casada hace veinte años con Ariel Wilner, un apasionado de las ciencias y el conocimiento -también doctor en biología- pero abocado en este momento a otros trabajos. Tengo tres hijos de 12, 14 y 17 años. Los dos mayores concurren al Nacional Buenos Aires y la menor está preparando el ingreso. Mi vida está repartida entre mi familia y el trabajo. No tengo tiempo para agregar a mis rutinas muchas actividades más, escribir este libro fue uno de los grandes permisos que me di en los últimos años. Y a todo esto debo agregar que llevo muchos años de análisis que me ayudaron a ir eligiendo caminos.
¿Por qué tu interés en este tema dentro del inabarcable mundo de la Biología Molecular?
Cuando yo decidí trabajar en Biología Molecular tenía claro que quería dedicarme a la genética humana. Fue así que junto con una colega fundamos un laboratorio para el diagnóstico de enfermedades genéticas por Biología Molecular. Luego incorporamos los estudios de identificación de personas por análisis del ADN. Al tiempo de resolver casos de ADN comencé a cuestionarme el lugar protagónico de estas pruebas en la vida de las personas involucradas. Así poco a poco estos interrogantes me llevaron a reflexionar sobre el valor de la identidad biológica en la construcción de la verdadera identidad de una persona. De alguna manera fue el mismo trabajo el que me llevó a interesarme por este tema.
¿Qué es y cuáles son las dimensiones del concepto identidad?
La identidad tiene tantas dimensiones como subconjuntos de conceptos queramos definir. Así podemos hablar de identidad cultural, identidad religiosa o política, identidad sexual, o bien de la identidad de la música, de una pintura. La identidad de una época histórica. Y así sería inacabable el número de diferentes identidades que figurarían en ese listado.
Hay quienes creen que las identidades empequeñecen a los individuos. ¿Qué crees al respecto?
Creo que la vida de los seres humanos se desarrolla en sociedad, y justamente en el marco de esa sociedad es necesario identificarse con grupos de personas. Solamente si uno puede reconocerse como perteneciente a un determinado grupo político, religioso, laboral, educativo, etc, y sentirse afectivamente cubierto es cuando puede trabajar en la propia identidad. Resumiendo yo creo que las identidades no empequeñecen, sino que son necesarias para luego construir aquella que es la única y personal, la identidad de uno mismo.
Oscar Wilde escribió “La mayoría de las personas son otras” ¿qué reflexión te produce esta frase?
Es imposible contestar esta frase sin aclarar que Oscar Wilde vivió en la Inglaterra ultraconservadora de fines del siglo XIX y comienzos del XX, donde su confesa homosexualidad lo llevó a estar en prisión. Su visión de la identidad estaba completamente empapada de su propia problemática de vida, que era muy complicada.
Independientemente de las situaciones en las que la identidad deba ser ocultada, seguramente en ciertas ocasiones por Oscar Wilde, tanto como la de tantos sobrevivientes de situaciones bélicas, voy a responder mi visión, que aplica a las situaciones corrientes de la vida cotidiana.
Creo que esta pregunta se relaciona estrechamente con la anterior, uno es sin duda uno mismo y el trabajo cotidiano que tiene es justamente el cómo hacer para reconocerse único y diferente de los otros. Sin embargo en muchas circunstancias de la vida necesitamos parecernos a otros y sentirnos incluidos en algunos de los múltiples espacios identificatorios que el universo nos propone, no para ser “otro” sino simplemente para lograr una cierta seguridad que luego nos permita diferenciarse de esos “otros”
Cuando se nos pregunta quiénes somos implícitamente se nos pregunta qué somos. ¿A cuál de estos interrogantes responde el ADN?
Yo creo que el ADN no responde ni a quiénes ni a qué somos. Somos sujetos que portamos en el núcleo de todas las células 23 pares de cromosomas cuyo componente principal es la molécula de ADN. Desde allí se comandan todas las funciones vitales. Allí también reside el patrón genético que hacen a la individualidad de uno, Pero lo que nos determina el quién y el qué, está dado por el medio ambiente en que vivimos, nuestra historia, los afectos, la educación, el país en que vivimos, cómo nacimos, crecimos y nos desarrollamos.
¿Qué diferencias encontrás entre la genética y el destino?
La genética en sí misma es una ciencia descriptiva de la realidad, que describe fenómenos y hechos reales, tangibles y factibles de ser estudiados. Estos entes reales, los genes, contienen información que se expresa vinculado a los diferentes estímulos que recibe del medio ambiente. Esto incluye toda clase de estímulos, desde moleculares hasta afectivos y sociales. La expresión de esta conjunción deviene en lo que somos. Hay quienes creen que esto está predeterminado y lo atribuyen a una fuerza superior y a veces la llaman destino. Mi visión es que el destino es una construcción cotidiana de la propia identidad. Es un trabajo cotidiano con el que cada uno convive.
¿Qué riesgos reconocés respecto de los usos del ADN como técnica identificatoria?
Esta pregunta es demasiado amplia, el ADN puede identificar a un sujeto con el fin de relacionarlo biológicamente con sus familiares o bien para determinar si ese sujeto es el responsable de un delito.
Creo que cuando el ADN se utiliza para la identificación del sujeto como perteneciente a un grupo familiar no es más que una herramienta con fuerte valor probatorio dentro de un conflicto afectivo que las personas involucradas están viviendo. En este contexto el riesgo de esta técnica se relaciona con el impacto que pueda tener el resultado de esta prueba en la vida de cada sujeto que se someta al análisis.
En el caso de la identificación de culpables de delitos, los riesgos dependen de los Estados en que vivamos. Son ellos quienes deberían normatizar el uso de una herramienta tan poderosa. El riesgo no está en la herramienta sino en su administración. Si pudiéramos imaginar un mundo sin corrupción creo que los riesgos del ADN para la identificación de personas dentro del ámbito criminal se acercarían a cero.
Es curioso pero tus historias dejan ver que has contribuido tanto a identificar a las Victimas como a los victimarios. ¿Qué sentías en cada caso?
Yo me pregunto quienes son las víctimas y quiénes los victimarios. Supongo que no te referís a casos de criminalística. Mi trabajo es técnico y trato de mantener la mayor profesionalidad posible. Es imposible no involucrarse desde las emociones personales ni desde las ideologías, pero trato de encuadrar mi trabajo dentro de la ética profesional más que dentro de las emociones.
"La verdadera identidad es aquella en la cual esa identidad biológica interacciona con el medio ambiente"
Existen pensadores que ejercen una crítica al modelo biológico de identidad, lo consideran reduccionista y excesivo. ¿Por qué pensás que ocurre esto?
Yo no estoy de acuerdo con el modelo reduccionista de algunos pensadores. Y esta pregunta se relaciona con aquella vinculada a las dimensiones de identidad. Si la identidad es un todo no podemos sobredimensionar el lugar que ocupa la identidad biológica en la construcción de la verdadera identidad de un sujeto. La verdadera identidad es aquella en la cual esa identidad biológica interacciona con el medio ambiente, un medio ambiente con tantas variables que finalmente esa identidad biológica pierde protagonismo frente a la construcción de la identidad. Estoy en contra de lo que se llama determinismo biológico.
¿Qué cosas no dice el ADN respecto de las personas?
Desde hace unos años trabajo diagnosticando enfermedades genéticas, detectando la falla en el ADN que produce un desorden. La velocidad con que aparecen nuevos diagnósticos es fenomenal. Simultáneamente se avanza en la detección de otros genes capaces de determinar otras caracterísitcas propias de los seres humanos. Por suerte para la humanidad aún no se han descrito aquellos genes fantasiosos como los “de la bondad”, “de la alegría” o del humor”. Si Maradona es quien es no es solamente por esa fuerte aptitud para el deporte con la que nació sino seguramente porque desde niño jugo al futbol en la vereda, y luego alguien lo reconoció como un buen jugador y le dio la oportunidad de desarrollarse. Quiero decir que, por más que se llegue a predeterminar genéticamente una persona, nunca podrán conocerse aquellos imprevistos que hacen que verdaderamente un sujeto sea quien es. Por lo tanto por más que la ciencia avance descontroladamente seremos nosotros mismos los que escribiremos nuestra propia biografía en cada instante.
Has escrito un libro espléndido que te muestra como investigadora y como narradora.¿Crees que existe una tendencia de los científicos a ocupar espacios en la cultura?
Lamentablemente no creo que exista una tendencia de los científicos a ocupar un espacio en la cultura. Creo que debería estimularse el trabajo interdisciplinario y los científicos deberían preguntarse más sobre las implicancias éticas y sociales de su trabajo cotidiano. Es duro transmitir esto, pero muchas veces los científicos se sienten satisfechos por logros que producen en el laboratorio y poco conocen de la repercusión que los mismos tendrán. Sin embargo, soy optimista, ya que tarde o temprano la ciencia básica termina involucrada de alguna u otra manera en la vida cotidiana.
¿Crees que todo lo que es técnicamente posible en ciencia finalmente será hecho?
Yo verdaderamente creo que todo lo que es técnicamente posible en ciencia será hecho, porque la ambición del hombre no tiene límites. También creo que está bien que así sea. El dilema no es hasta donde pueda llegar esta investigación sino el modo en que se aplique aquello que es técnicamente posible únicamente cuando sea necesario y no altere las normas esenciales de la vida. Debería “firmarse” un compromiso ético entre todos los investigadores de las diferentes disciplinas para limitar el uso de los nuevos descubrimientos. No me gustaría un mundo en donde una pareja pueda seleccionar si tener un hijo varón de ojos celestes inteligente y delgado o una niña rubia de ojos marrones simpática y que le guste cocinar. Pero si me gustaría un mundo en donde pueda curarse el cáncer, producir cantidad de alimentos para que no haya niños desnutridos o modificar genes alterados para revertir una enfermedad.
¿Qué vínculos estableces entre las tecnologías que manejás y la bioética?
Como no soy especialista en bioética no puedo emitir una respuesta sustentada en teorías filosóficas. Desde mi propia intuición diría que la ética no pasa por la tecnología sino por el modo en que ésta sea aplicada.
Es la sociedad la que debiera pautar hasta donde utilizar estas herramientas sin alterar las normas básicas de existencia.
¿De qué modo imaginás que biólogos como vos deberían interactuar con médicos como nosotros?
El trabajo interdisciplinario es fundamental. Es verdad que siendo que la tecnología del ADN tiene tan solo unos pocos años actualmente hay muchos médicos que desconocen las bases científicas. No creo que deban comenzar a estudiar biología molecular pero si sería interesante que poco a poco incorporen nociones básicas para comprender mejor la medicina que se viene. ¿Cómo entenderá un médico la farmacogenética si no entiende que es un polimorfismo? ¿De que le servirá indicar un estudio de predisposición si no sabe interpretar el significado del riesgo? ¿Cómo explicar a un paciente que puede transmitir una enfermedad si no conoce si es dominante o recesiva? Y creo que además remitiéndonos a la pregunta que antecede solamente una discusión conjunta entre médicos, biólogos, y otros especialistas podrá a arribar a conclusiones suficientemente amplias como para poder ser aceptadas. Los médicos deberían comunicarse más asiduamente y con mayor familiaridad con especialistas en biología molecular para disipar sus dudas.
¿Cómo imaginás el futuro? ¿Cuáles son tus sueños y tus temores?
Me gustaría una ciencia aplicada al servicio del bienestar del hombre y su entorno. Cuando imagino el futuro no son los avances científicos los que me atemorizan sino el mal uso de estos.
Vivimos en un mundo con guerras, hambre y pobreza, vivimos en un país con niños desnutridos, hospitales en pésimas condiciones y un altísimo índice de analfabetismo. Creo que para resolver los problemas no hace falta demasiada tecnología. Mi sueño es muy básico, un mundo con gente feliz, en el cual los niños nazcan como producto del amor de una pareja, donde desaparezca el terrorismo, donde la seguridad no sea un problema, donde pueda irme a dormir tranquila porque mis hijos volverán a casa luego de salir. Tal vez mis sueños resulten básicos, pero cuando sueño dejo de lado la ciencia.