Roy Glover, asesor de “Bodies...” en Buenos Aires

Inauguran una muestra donde se exhiben...cadáveres

“Hay belleza en el cuerpo y la gente lo ve como si fuera arte”

El próximo miércoles se inaugura en la Argentina “Bodies... The Exhibition”, muestra en la que se exponen 16 cuerpos enteros y más de 200 órganos preservados con un método que evita su descomposición y los hace parecer de plástico. PERFIL entrevistó a Roy Glover, asesor médico de la exposición, quien insiste en que persiguen un objetivo educativo.

Luciana Diaz
 
Al desnudo. Los ejemplares reciben un tratamiento especial, que evita su descomposición y permite bucear en el interior del cuerpo humano. Así, sin la protección de la piel, músculos, tendones, huesos y vasos sanguíneos se pueden observar a simple vista.



Foto: Gentileza premier exhibition 

Tiene tres hijos, ocho nietos y está casado con una mujer cuyo último trabajo fue el de ser jefa administrativa de la Iglesia que frecuentan en familia. Por teléfono suena cordial, amable y muy interesado en saber detalles sobre la Argentina, su próximo destino. Sin embargo, la vida de Roy Glover está lejos de ser tradicional: profesor de Anatomía y Biología Celular de la Universidad de Michigan durante 35 años, a mediados de 2004 dejó los claustros para sumarse como asesor médico de “Bodies... The Exhibition”, muestra en la que se exponen cuerpos humanos preservados por un método que reemplaza fluidos y tejidos por silicona, lo que les da una apariencia “plástica”.

Pero son cadáveres. Y, por eso, la exhibición, que desde el miércoles se podrá visitar en el Abasto Shopping de Buenos Aires, muchas veces va acompañada de polémica. Desde San Pablo, Brasil, Glover accedió a una entrevista telefónica con PERFIL antes de su llegada al país.

—¿Por qué su exhibición genera tanta controversia?

—En verdad, nosotros no creemos que la exhibición sea controvertida; para nada. Cuando la gente escribe sobre ella, hace foco en la controversia; pero muy poca gente se nos acercó alguna vez para decirnos que lo que hacemos está mal...

—¿La culpa es de la prensa?

—La prensa tiene que vender diarios y a la mayoría de la gente le gusta leer sobre cuestiones polémicas. Por lo tanto, creo que, en cierto grado, los medios crean controversia donde no existe; eso los ayuda a atraer la atención de los lectores y de sus dueños. Pero desde mi experiencia, y ya hemos estado en al menos 10 países diferentes, con un público que supera los 4,5 millones de visitantes, salvo por un puñado de personas en todos lados la exhibición fue muy bien recibida. Por otra parte, uno nunca puede hacer algo con lo que todos estén contentos. Siempre va a haber gente a la que algo no le guste.

—¿Qué cree que va a pasar en la Argentina?

—Estimamos que vamos a tener una muy buena estadía. Ahora estamos en San Pablo, Brasil, muy orgullosos porque la exhibición es un récord de visitantes. Y como Brasil es muy cercano y similar a su país, estimo que la reacción de los argentinos puede ser parecida a la de acá.

—¿Qué les dice a quienes consideran que su exhibición es de mal gusto o “perversa”?

—Que sólo se trata de salud y bienestar. Nuestro mayor objetivo es educar a la gente y ayudarla a entender cómo cuidarse mejor. Los cuerpos han sido utilizados para estos propósitos durante muchos años. Y nosotros lo hacemos de una manera educativa y con el mayor respeto.

—¿Por qué los colocan en movimiento o con una pelota?

—Los disponemos en poses porque es la mejor manera no sólo de que la gente se involucre sino también de hablar de ciertas cosas. Queremos que los visitantes piensen en cómo funciona su cuerpo y usamos los ejemplares para que nos ayuden en eso. Al ponerlos en movimiento, se ven mejor los músculos, ciertos miembros...

—¿Por qué quiso ser anatomista?

—Desde niño, me interesó la biología. Y como siempre quise ser profesor e investigador, pensé que lo ideal para mí era estudiar anatomía, que me permitía enseñar en una facultad y hacer investigación. Eso es lo que hice por 35 años, hasta que en 2004 me sumé a Premier Exhibition para colaborar con “Bodies...”

—¿Qué partes del cuerpo encuentra más asombrosas y cuáles, menos interesantes?

—No creo que haya partes del cuerpo humano que no sean interesantes. Teniendo en cuenta que mi especialidad fue la neurociencia, elijo el cerebro porque es el que controla todo lo que hacemos, el que nos permite estar hablando por teléfono, que tengamos emociones. Todas las cosas que asociamos con ser un ser humano están relacionadas con nuestros cerebros. Y, sin embargo, sabemos muy poco sobre él. Creo que el cerebro es, lejos, el órgano más fascinante.

—Y pensando en su exhibición, ¿qué aconseja ver?

—La muestra se divide en nueve galerías. En cada una de ellas se resalta un sistema determinado del cuerpo humano. Y la que más atrae a la mayoría de nuestros visitantes, y a mí también, es la del sistema circulatorio. Creo que porque allí los especímenes están preparados de una forma diferente. Los vasos sanguíneos están rellenos de silicona y el tejido a su alrededor fue quitado, de manera que uno puede entender mejor cómo reciben la sangre los órganos y qué pueden hacer gracias a eso. Por eso creo que hasta los médicos se quedan tan impactados. Ellos, que estudian los cuerpos durante toda la vida, ven en la muestra las bases del sistema circulatorio. Y los visitantes “comunes” quedan abstraídos por la belleza del cuerpo y su complejidad.

—¿Nunca se sintió mal luego de trabajar con los cuerpos? ¿No tuvo pesadillas con ellos?

—Nunca. Siento total respeto por los cuerpos. Cada vez que tengo alguno cerca, tengo esa sensación de que se trata del organismo de una persona, que debe ser tratado con propiedad. Y como soy anatomista y trabajé con cuerpos durante toda mi vida, ahora mi tarea es controlar que nuestra exhibición esté lo mejor hecha posible. Que sea un lugar confortable para que la gente venga a aprender, que los ejemplares sean utilizados de manera apropiada. Puedo garantizarle al público que todo esto es tenido en cuenta y que nadie debe tener miedo de venir...

—Ocurre que las imágenes son muy impresionantes...

—Le cuento una breve historia: en Inglaterra vino una pareja de unos 70 años. La mujer quería entrar y el marido, no. Tras una breve discusión, el hombre aceptó pero “sólo por media hora”. Cuatro horas después, la mujer lo estaba esperando para que saliera. Uno no se puede dar cuenta de lo que le va a pasar con la exhibición hasta que la visita. Y le puedo decir a la gente que sus impresiones probablemente sean erróneas. La gente de todas las edades se entusiasma. Al ver un hueso, una articulación, un nervio, se suele perder de vista que se está frente a un cuerpo real. Eso nos pasó en todos lados y no creo que ocurra algo distinto en la Argentina.

—¿Por qué es mejor exhibir cuerpos que reconstrucciones?

—Porque el cuerpo nunca miente. No es lo mismo decirle a una persona que el fumar daña los pulmones que mostrarle lo que hace el cigarrillo al pulmón. Eso es lo suficientemente impactante como para dejarla pensando en su propia salud y en las decisiones que toma sobre ella cada día.

—¿Cómo define su trabajo: arte o simplemente ciencia?

—-Tiene que ver con ciencia y educación. Pero hay belleza en el cuerpo y la gente lo mira como si fuera una pieza de arte.

EL PRIMER PROVOCADOR

En 1995, el alemán Gunther von Hagens sorprendió al mundo con “Body Worlds”, la primera exhibición que se basó en cadáveres humanos. Para esto, Von Hagens había creado, 20 años antes, la denominada técnica de “plastinación”, que es básicamente la misma que hoy se usa para tratar los cuerpos de la muestra que se puede ver en Buenos Aires (aunque la gente de Glover habla de “polimerización”).

De hecho, existe una fuerte rivalidad entre Premier, la empresa encargada de la muestra del Abasto, y The Institute of Plastination, la compañía de Von Hagens, que ha llegado incluso a juicios por los derechos de propiedad intelectual.

Ante la pregunta de PERFIL acerca de cuáles son las diferencias entre su exhibición y la del alemán, Glover señaló que “las dos apuntan a educar al público y, por lo tanto, se complementan”. Y agregó: “Si bien el público es el que debe juzgarlas, nosotros creemos que la nuestra es la mejor. Usamos una técnica muy similar, pero que se ha ido modificando con el tiempo y hoy reúne lo mejor de la antigua y la actual”.

 

La Nación

Se inaugura mañana, en el Abasto

Llega una polémica muestra que exhibe cadáveres humanos

Es una exposición itinerante con unos 20 cuerpos y 200 órganos; duras críticas

humanos y más de 200 órganos recorren el mundo en una exposición tan controvertida como fascinante, que desde mañana hará escala en Buenos Aires.

La convocatoria se llama Bodies. The exhibition (Cuerpos, la exhibición), pero también es conocida como Bodies revealed (Cuerpos revelados), y en el mundo ha sido vista ya por cinco millones de personas.

¿Entretenimiento freak? ¿Arte? ¿Novedosa propuesta educativa? Dondequiera que va, la muestra curada por el doctor Roy Glover, profesor emérito de anatomía y biología celular de la Universidad de Michigan (EE.UU.), levanta polvareda. Las críticas son contundentes y algunas suenan deliberadamente políticas. Argumentan, por ejemplo, que los difuntos provienen de China y que no está claro si se trata de restos de personas que murieron por causas naturales o porque el gobierno chino les apresuró el fin.

Dicen, además, que se atenta contra la dignidad humana, al exponer los cuerpos de gente que en vida no dio su consentimiento para ser exhibida como maniquíes. O bien que una exposición tan descarnada (nunca mejor el término) distorsiona la imagen de la vida humana. Y la más cruda: que los exhibe una compañía privada que obtiene ganancias con la muestra (en la Argentina, la entrada cuesta 30 pesos).

La compañía Premier Exhibition es dueña de los derechos, pero también hay otras empresas privadas que en el mundo patrocinan exposiciones similares, como Body worlds (Los mundos del cuerpo) y Bodies Universe Within (El universo interior de los cuerpos). En la Argentina cuenta con el respaldo de la Fundación Favaloro.

Para aventar las malas lenguas, Glover brinda desde hace años las mismas explicaciones. Y comienza por la más razonable: en las facultades de medicina de todo el mundo los estudiantes hacen sus prácticas con cadáveres reales, que en vida pertenecieron a gente sin familia, quienes ante la falta de reclamo acaban en la morgue de esas casas de estudio.

El procedimiento aplicado a los cadáveres es impactante y la procedencia asiática también tiene su miga, según cuenta el propio Glover a LA NACION, desde los Estados Unidos, por correo electrónico. Al parecer, los chinos son verdaderos maestros en métodos de disección y preservación mortuoria. Según la información, los restos pertenecen a personas que en vida hicieron sus donaciones consentidas a la ciencia médica. Llegan a la muestra a través de un acuerdo con la Escuela de Medicina de Pekín.

"No es otra cosa que lo que ocurre en las facultades de medicina de todo el mundo, en las que los estudiantes practican sobre cadáveres de personas sin familia, que nadie reclama", es la primera explicación de Glover al defender la muestra.

Daños al cuerpo

La exposición que llega a la Argentina procede de Brasil, pero hay varias más dando vueltas por el mundo. Londres, Seattle, Las Vegas, Amsterdam, Miami, Seúl, San Pablo, Praga, Lisboa y Ciudad de México ya han vivido su hora polémica al reflejar lo que la gente vive tras asistir a la exhibición.

La muestra está dividida en los cuatro sistemas del cuerpo: nervioso, respiratorio, circulatorio y digestivo. Además, desarrolla todo el aparato reproductor masculino y femenino, el esqueleto y todos los órganos.

La increíble complejidad de esa maquinaria tan sofisticada que es el cuerpo queda develada ante la audiencia, porque la información disponible también incluye las consecuencias que producen la vida moderna, las adicciones (drogas, alcohol y tabaquismo) y enfermedades como la obesidad, el cáncer de pulmón, la osteoporosis y la artritis, entre otras.

"La muestra es fundamentalmente una lección de anatomía humana con fines educativos para todo público. Curiosamente, muchos de los visitantes comentan qué hermosos se ven estos especímenes en la muestra. Sobre todo en la galería del sistema circulatorio. Si los visitantes encuentran bello y artístico el cuerpo humano, están en su derecho y comparto esa opinión", explicó Glover a LA NACION.

¿Por qué esta muestra no va a un museo, sino a un shopping? Glover dijo: "Cada una de nuestras exhibiciones necesita una ubicación suficientemente grande como para montar las nueve galerías en las que se divide. A su vez, hay que proporcionar suficiente espacio para que las multitudes que concurren circulen con comodidad. Vimos que el Abasto Shopping es un espacio enorme porque es accesible. En cuanto a los museos con los que hemos dialogado, con frecuencia no disponen de tanto espacio y tampoco pueden acomodar sus programaciones a la disponibilidad que reclamamos".

De hecho, Bodies The Exhibition permanecerá abierta de lunes a lunes, de 10 a 22, en un espacio de 900 metros cuadrados del Abasto, que supo ser el Museo de los Niños. Hay cupos especiales para escuelas que no puedan pagar la entrada.

Glover afirma que se trata de una muestra para la familia. "Nosotros encarecemos a los padres que les adviertan a sus hijos qué van a ver y por qué es importante para ellos", subraya. Más de 300.000 estudiantes primarios y secundarios han visto la exposición en el mundo "y muchos de ellos nos cuentan el modo en que esta exhibición ha cambiado sus vidas".

No a los maniquíes

Habituado ya a las críticas, el investigador y curador sostiene que "los visitantes advierten de inmediato que tenemos un trato respetuoso por estos especímenes que integran la muestra y que el mensaje primordial es educativo. La gente aprende mucho del medio ambiente que creamos con este programa".

Para que se entiendan las razones del uso de los cadáveres en lugar de maniquíes o sucedáneos, Glover señala: "El cuerpo humano nunca miente. La visión de cuerpos reales es el mejor camino para aprender y entender el mensaje educativo que tratamos de llevar a la gente. Un modelo de yeso o de plástico responde a la mirada idealizada de un artista sobre el cuerpo. No son auténticos y no sirven para provocar el impacto educativo que sólo los órganos reales pueden causar".

Y arremete con un ejemplo que hará desistir a más de un fumador de concurrir a la muestra: "Encontré que para dejar de fumar no hay mejor camino que mostrarle a un fumador un pulmón ennegrecido y contraído por el tabaco. El impacto es tan más poderoso y motivador que hemos recogido muchos paquetes de cigarrillos en nuestras muestras".

Por Susana Reinoso
De la Redacción de LA NACION