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¿Cuánto sabemos acerca de cómo los niños usan Internet?

Los padres ejercen el control de las actividades de sus hijos, pero ¿qué pasa con el uso de Internet?

Indice
1. Chicos sueltos en la red
2. Sabía Usted que…

Las precauciones que todo padre debe tomar cuando sus hijos navegan o chatean.

Las nuevas guías de la Sociedad Argentina de Pediatría.

Por Matías Loewy, mloewy@perfil.com.ar

Julieta (13) y Joaquín Munt (11) utilizan internet desde los 8 años. Y ya no conciben vivir en un mundo sin la red. Para no pelearse, cada uno tiene su computadora: una en el pasillo y otra en el dormitorio de su casa de Vicente López. Julieta usa la mensajería instantánea (Messenger) para chatear con una decena de amigas, carga una foto por día en su "fotolog" y escucha música. "Después del colegio, si no tengo nada que hacer, almuerzo, veo un poco de tele y voy a la compu", dice. Joaquín sigue sus pasos. En su lista de contacto tiene 100 amigos y familiares, con los que conversa un máximo de una hora por día. Los padres los instaron a que no chateen con desconocidos ni que brinden datos personales. Pero no pueden impedir –claro– que estructuren y consoliden su esfera de relaciones sociales a través del espacio virtual.

Noticias: ¿Tienen algún amigo sin internet?

Julieta: Una sola. Pero entra desde un locutorio.

Para muchos padres que pasaron su infancia en la prehistoria electrónica, ver al hijo de 6 años manejando el mouse y el teclado con pericia es un motivo de orgullo. En poco tiempo, los pequeños genios son capaces de dominar el lenguaje de la red, bajar música y videos, descubrir sitios, jugar online e intercambiar mensajes con los amigos. Parece maravilloso. El acceso al conocimiento y las conexiones infinitas es tal vez el fenómeno más transformador del mundo contemporáneo.

Sin embargo, especialistas en seguridad informática, médicos y asociaciones de padres dan su voz de alerta. Internet es un espacio abierto e ingobernable, donde circulan tanto las buenas como las malas intenciones. Los usuarios están expuestos a encontrar lo que quieren, lo que no quieren y lo que no saben que no quieren.

"Las personas crecen oyendo a sus padres decir que no le abran la puerta a extraños, que no acepten invitaciones de desconocidos, que no hablen con cualquiera en la calle. Pero cuando está en internet, el chico le abre la puerta a todo el mundo. Muchos padres todavía piensan que están seguros dentro del cuarto y jugando frente a la pantalla", advierte en la revista VEJA el gerente de seguridad de Microsoft de Brasil, Marinês Gomes. "Los padres tenemos que encontrar un equilibrio. La tecnología permite desarrollar la creatividad, pero, por otra parte, hay que propiciar espacios de juego y sociabilización que vayan más allá de las máquinas", coincide su par en la Argentina, Pablo Anselmo, papá de Franco (5) y Facundo (8 meses).

Caos y control. Ariel Melamud es médico pediatra y padre de tres chicos de 14, 10 y 6 años. Fanático de la tecnología, empezó a usar la web en 1995, cuando recién aparecía en la Argentina. Sabe de sus bondades, pero también de sus riesgos. "Uno no manda a los hijos solos al cine. ¿Por qué mandarlos solos a internet sin saber quién está del otro lado?", pregunta. "No es un tema de control tecnológico, sino de control parental."

Junto a otros miembros del Grupo de Informática de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Melamud presenta esta semana el primer consenso médico con recomendaciones prácticas para los padres con hijos en edad de internet. El documento, que incluye un código o decálogo de navegación segura (ver cuadro), va a salir publicado en la edición de agosto de la revista "Archivos Argentinos de Pediatría". Y coincide con el lanzamiento de una encuesta abierta para padres en el sitio de la SAP (www.sap.org.ar/encuesta_hogares) destinada a identificar las conductas de uso de Internet en el hogar de niños y adolescentes de entre 4 a 18 años con conexión a la red.

¿Cuándo nace la relación de los hijos con internet? Cada vez antes. Ya hay consolas que preparan a los bebés para el mundo interactivo y multimedial (ver recuadro pág. 76). Juan Kurz vive en Haedo, tiene tres años recién cumplidos y va de la tele a la desktop para ver dibujitos y jugar a los juegos virtuales en flash. También maneja con maestría el control remoto del plasma en el living y recorre el menú para elegir sus juegos incorporados predilectos.

Cuando el fotógrafo Pablo Viñas puso en mayo pasado la conexión a banda ancha en su domicilio, jamás imaginó que el primer interesado sería su hijo Franco, de 5. Pide que le escriban en el pizarrón las palabras que le interesan, como "Cartoon Network", "Jetix" o "High School Music". Se mete en el buscador Google, teclea las letras precisas y se zambulle en los dibujos que aparecen en pantalla. Tiene horarios para entrar y no lo dejan estar más de una hora por día. Su papá dice que Franco todavía es muy chico para pensar en instalar un filtro de contenidos, pero ya está en guardia. "Si en dos meses hizo todo esto, ¡lo que va a ser en un año!", exclama.

El documento de la SAP especifica que, a medida que los chicos crecen, varían las necesidades de cuidado paterno. Entre los 2 y los 4 años, la experiencias por internet suelen involucrar a los padres. Las imágenes estimulan la imaginación. La función principal de los adultos es enseñar un uso seguro de la red y supervisar las reacciones de los niños al material en pantalla.

Cuando los chicos cumplen 5 años, probablemente deseen explorar la web por sí solos. Hay que orientarlos –otra vez– en sus primeros derroteros. Los chicos de 5 y 6 suelen tener un punto de vista positivo y una naturaleza abierta, están orgulloso de leer y les encanta compartir sus ideas. Desean portarse bien, y sólo cuestionan la autoridad en contadas ocasiones.

Entre los 7 y 8 años, pueden aparecer algunos problemas menores. Los chicos empiezan a tramar cómo se pueden escapar. Es posible que intenten visitar sitios o hablar en salas de chat donde sus padres no les darían permiso. Sin embargo, por lo general tienen un agudo sentido de la familia y confían en ella.

Expertos. En la preadolescencia, entre los 9 y 12 años, los hijos se vuelven verdaderos expertos online. Buscan información para tareas escolares pero, sobre todo, descargan música, juegan en línea y chatean con amigos.

El 66 por ciento concibe la red como una herramienta de ocio. Y se transforman en un desafío tecnológico para los propios padres. Prevenir los riesgos es una tarea más fácil para quienes hablan el idioma de los "downloads", de los games, del MSN y de "YouTube". "Que los chicos vayan más adelantados que los adultos es un factor limitante", apunta Anselmo, de Microsoft. "¿Cómo puedo proteger a mis hijos si ellos saben más que yo?".

Un auxiliar indispensable en esta etapa –en realidad, útiles siempre que haya menores– son las aplicaciones o programas de "control parental" que se instalan en la computadora y bloquean, restringen o filtran el acceso a determinada información inadecuada para la edad. Un estudio reciente de Pew Project, una consultora norteamericana, estimó que existen por lo menos seis millones de sitios "impropios" para menores. El Asesor de Contenido de Internet Explorer, el único gratuito, efectúa controles basados en cuatro categorías: desnudos, lenguaje, sexo y violencia. El Windows Vista amplía los temas "filtrables" a once. NetNanny (www.netnanny.com), incluye la opción de bloquear el MSN y puede reconstruir el contenido íntegro de un chat, mientras que CyberPatrol (www.cyberpatrol.com) presenta trece categorías de asuntos que pueden prohibirse y permite modular la intensidad de los controles.

El pediatra Melamud cuenta la historia de una nena de 12 años –Tatiana– que quería una ilustración para el día del amigo, y puso la palabra "amigas" en el buscador de imágenes de Google. La primera foto que vio fue una imagen de lesbianismo de dos modelos desnudas.

"Todo padre debería instalar en su máquina un filtro de control", aconseja Melamud, aunque reconoce que son inútiles si no existe una supervisión adulta adecuada. "El filtro solo no alcanza", remarca. Las reglas en su casa incluyen el uso de la computadora en un lugar común, el acceso sólo cuando hay adultos y la prohibición de chatear antes de los 9 ó 10 años.

Reglas. El avance de internet es implacable. En la Argentina, dos de cada diez usuarios de la web tienen menos de 18 años. Una encuesta de la consultora Prince & Cook del 2006 reveló que el 28 por ciento de los padres argentinos señalan que no les preocupa el ingreso a internet de sus hijos, y un 17 por ciento no implementó ninguna "política familiar" específica.

Tal vez sea cuestión de tiempo. "Con internet estamos viviendo, quizás, la revolución más importante en materia de comunicación después de la imprenta. El problema es que estamos adentro de esa revolución, y somos parte de un fenómeno tan veloz que como sociedad no logramos digerir", analiza Adrián Dall´Asta, licenciado en humanidades graduado en la Universidad Nacional de Quilmes y director ejecutivo de la Fundación Proyecto Padres (www.proyectopadres.org).

Como bien corresponde a su función, Dall´Asta es padre múltiple: tiene cuatro varones, Juan Cruz, Adrián, Agustín y Francisco, con edades entre 14 y 6 años. Le preocupa la seguridad de la navegación de los chicos y jóvenes en internet desde el 2001, cuando condujo un estudio sobre el patrón de uso de los adolescentes en la zona norte del conurbano. Da conferencias sobre el tema. Y propone pautas familiares en su casa de Tigre.

Hay reglas de forma: que la computadora esté a la vista de todos, que no se use en días de sol radiante hasta la noche, que no se navegue o chatee más de una hora por día o dos en el caso de los adolescentes, y que tenga prioridad quien la necesita por razones de estudio.

Pero Dall´Asta también tiene lo que denomina "reglas de fondo": hablar mucho con los hijos, que ambos padres se pongan de acuerdo en los permisos y restricciones, y predicar con el ejemplo. "Internet como herramienta es maravillosa. Pero no hay nada en la pantalla que pueda reemplazar a la vida real, al contacto cara a cara, al deporte, la lectura o la vida con amigos. Uno tiene que usar internet, y no que internet lo use a uno", pregona.

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