Noticias médicas

/ Publicado el 26 de julio de 2007

Los senadores debaten una ley que permitiría a la FDA regular los cigarrillos

El tabaco bajo control de la FDA en EEUU

EEUU endurecerá las advertencias sobre los riesgos del tabaco en las cajetillas

Una cajetilla canadiense con advertencias como las que quiere incluir EEUU (Foto: Shaun Best | REUTERS)

WASHINGTON | MADRID.- Los senadores estadounidenses han votado a favor de aumentar las advertencias en las cajetillas de cigarrillos acerca de los peligros que supone el consumo de tabaco para la salud del consumidor.

La propuesta es una enmienda que acaba de incluirse en la ley sobre el tabaco que debate el senado estadounidense. De ser aprobada la ley, por primera vez la FDA (la agencia que regula de los alimentos y fármacos en EEUU) podría regular, aunque no prohibir, los cigarrillos y otros productos del tabaco. El comité de salud del senado comenzó a discutir esta normativa el miércoles, pero la votación final se ha pospuesto hasta este jueves por falta de quórum.

En lo que por el momento se han puesto de acuerdo demócratas y republicanos es en endurecer las advertencias incluidas en las cajetillas. Según los legisladores, los paquetes de cigarrillos deben tener avisos que cubran por lo menos la mitad de los envases y utilicen imágenes gráficas del cáncer para ilustrar ese peligro. Según AP, las imágenes serían similares a las que se usan en Canadá, Brasil y algunos países de la UE, como Irlanda.

Actualmente, las advertencias del Director de Salud Pública de EEUU figuran en pequeñas letras en los paquetes de tabaco. En algunos casos, señala que "el humo del cigarrillo contiene monóxido de carbono" y, en otros, indica que representa un peligro para la salud.

"Un niño de 13 años no lee las letras pequeñas. Lo que hará impacto en él es una fotografía, el color", manifestó la senadora Lisa Murkowski durante el debate en el seno del comité. "Cualquier instrumento en nuestro arsenal que haga a la gente pensar dos veces antes de fumar no debería ser una opción. Debería ser una exigencia", agregó.

"Estas nuevas advertencias deberán mostrar la verdad para que no quepa ninguna duda" del peligro que representa el tabaco, manifestó el senador Mike Enzi quien, sin embargo, se opone a la nueva ley.

Obstáculos

En virtud del proyecto, la FDA designaría un comité con facultades para determinar el texto de la advertencia, su ubicación en el paquete y de modificarla según el desarrollo de las investigaciones médicas acerca de los efectos del tabaco, dijo el senador Edward Kennedy. El senador preside el Comité de Salud, Educación y Trabajo del Senado, que deberá decidir esta semana sobre la iniciativa.

El proyecto también daría a la FDA facultades para restringir la propaganda del tabaco, impedir su venta a menores de edad y ordenar que se elimine de los cigarrillos cualquier ingrediente que se considere peligroso.

Pero algunos expertos en salud pública cuestionan que esta normativa vaya a tener un impacto significativo en el consumo de tabaco. De hecho, Philip Morris, la mayor tabaquera de EEUU, la apoya. Asociaciones relacionadas con la defensa de la salud, como la American Heart Association o la American Cancer Society, también confían en la iniciativa.

Según el Wall Street Journal, la propuesta parece tener un fuerte impulso en el Capitolio, pese a la oposición de algunos senadores. Por ahora, 52 senadores (12 de ellos republicanos) han firmado como copatrocinadores. "Reconocen que dar a la FDA autoridad sobre el tabaco es esencial para responder de modo eficaz a la crisis sanitaria del tabaco", ha declarado Kennedy. Para que sea aprobada, hace falta que cuente con el apoyo de 60 senadores (la cámara está compuesta por 100).

Un esfuerzo similar fracasó en 1998, cuando se topó en el Senado con disputas sobre el procedimiento. En la Cámara de Representantes se ha presentado una ley paralela, que todavía no ha sido votada por el comité, pero cuenta con amplio apoyo de demócratas y republicanos.

Los demócratas también quieren elevar los impuestos sobre el tabaco: un aumento de 45 centavos por paquete proporcionaría 2.700 millones de dólares a lo largo de cinco años destinados a la factura sanitaria. Esta ley sobre el gravamen se debatirá la semana que viene en el Senado y el Congreso. De ser aprobada por ambas cámaras, Bush ya ha amenazado con vetar esta última iniciativa.

***

El País, Madrid

El tabaco queda bajo el control de la agencia del medicamento de EE UU

El Senado vota una ley que permitirá a la FDA regular los niveles de alquitrán y nicotina

YOLANDA MONGE  -  Washington 
 
Desde ayer, el tabaco está bajo el control de la agencia para la Administración de la Alimentación y los Medicamentos (FDA, en sus siglas en inglés) del Gobierno norteamericano. A falta del voto final en el Senado (que se esperaba en cualquier momento de ayer), la ley respaldada por el senador Edward Kennedy se consideraba aprobada. La nueva legislación dará a la FDA la misma autoridad sobre los cigarros y otros productos derivados del tabaco que la que tiene sobre las medicinas, los productos alimentarios y otros artículos para el consumo. Específicamente, la norma permitirá a la agencia del Gobierno regular los niveles de alquitrán, nicotina y otros componentes dañinos que contiene el tabaco. Cada cigarrillo contiene hasta 4.000 productos químicos, de los cuales más de 40 provocan cáncer. A partir de ahora, su publicidad será regulada por el Gobierno. El tabaco mata cada año a más de 400.000 personas, es responsable de una de cada cinco muertes en Estados Unidos.

Casi todos los fabricantes de tabaco se oponen a la ley. Todos excepto el gigante Philip Morris -una de las mayores tabacaleras del mundo-, afincado en Virginia y creador de marcas como Marlboro, Chesterfield o Parliament. Steven Parrish, vicepresidente del grupo Altria, que controla Philip Morris, aseguró a principios de año que su empresa daba "su total apoyo a la ley". "Es la mejor forma de avanzar y ofrecer soluciones a los muchos y muy complejos asuntos que atañen al tabaco", afirmó. El director de Philip Morris, Mike Szymanczyk, añadió que "aplicar regulaciones nos permitirá mejorar los resultados del negocio".

Los analistas de mercado americanos ven cierto oportunismo en esta medida. Según aclara Marc Greenburg, de Deutsche Bank, "Philip Morris tiene unos fondos suficientes para seguir presionando al Gobierno para que actúe a su conveniencia". La influencia de esta empresa en Washington, la gran cantidad de empleos que genera en Virginia y su dominio del mercado americano ha hecho que el resto de competidores se refieran a esta nueva norma como la "ley del monopolio de Marlboro".

La otra gran marca americana, Reynolds, la madre de Winston, Camel y Lucky Strike, no ha tardado en reaccionar. Su portavoz, Steve Kotak, asegura que Philip Morris está "bloqueando su posición en el mercado y va a hacer que sea mucho más difícil promocionar las marcas de los competidores". Es lógico: Philip Morris es el que más vende. Si se prohíbe más publicidad, las marcas que ahora se reparten el pastel serán las beneficiadas. Se acabarán los "dos por uno", los regalos, los concursos... Una serie de prácticas publicitarias muy comunes en Estados Unidos y que compañías como Reynolds ven como legítimas para conseguir arañar algunos puntos de la cuota de mercado.

A Philip Morris también le va a beneficiar el hecho de haberse gastado más de 300 millones de dólares (219 millones de euros) en una nueva planta de investigación para diseñar cigarrillos menos perjudiciales para la salud. Con esta nueva ley, las empresas deberán enviar los prototipos de nuevos productos al Gobierno para que los someta a una evaluación científica. Esto, claro, supone un importante gasto en científicos, procesos químicos y producción. En este momento, Philip Morris está en el proceso de contratar a 500 científicos en sus oficinas de Virginia.

En 2000, el Tribunal Supremo dictaminó que la FDA se había excedido en su autoridad tras la regulación efectuada en 1996. En respuesta, los activistas antitabaco y sus aliados en el Congreso propusieron una legislación que daba a la FDA el poder necesario para imponer regulaciones. Pero la legislación nunca pasó el filtro del Congreso.

Cincuenta y dos senadores han estampado su firma en el texto de la nueva ley. Entre ellos hay 12 republicanos. Ayer sólo tenían que convencer a otros 8 compañeros para aprobarla sin problemas.

 LOS OBJETIVOS DE LA LEY  
 
Garantizar que la agencia del medicamento de EE UU (FDA) tenga la autoridad para controlar el uso y la dependencia del tabaco por los más jóvenes.

Autorizar que la FDA establezca modelos a seguir en la producción de tabaco y en sus ingredientes.

Dotar a esta agencia de la autoridad para regular los niveles de alquitrán, nicotina y otros componentes perjudiciales para la salud.

Promover políticas que reduzcan el consumo de tabaco para evitar enfermedades y costes sociales.